El 19 de agosto de 2025, una niña de apenas seis años dio un paso que marcaría para siempre su historia: decidió contarle a su cuidadora lo que su propio padre le hacía en la intimidad del hogar que compartían. La pequeña, sin la compañía de una madre y bajo el cuidado exclusivo del hombre que debía protegerla, rompió el silencio y pidió ayuda.
Ese día, al terminar sus clases, la menor fue recogida por la mujer encargada de cuidarla mientras su padre trabajaba. Fue en ese espacio de confianza donde, con palabras sencillas y frágiles, la niña relató los abusos que había venido sufriendo en repetidas ocasiones durante los años 2024 y 2025. La cuidadora, consciente de la gravedad de lo que escuchaba, no dudó en acudir a las autoridades.
De inmediato se activó el Código Blanco, un protocolo de protección para menores víctimas de violencia sexual. El caso fue asumido por la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de Kennedy, donde se recibió el acto urgente.
La investigación quedó en manos de funcionarios de la SIJIN, quienes el mismo 19 de agosto iniciaron las diligencias judiciales y solicitaron la orden de captura.
El 28 de agosto de 2025, apenas nueve días después de la denuncia de la niña, las autoridades materializaron la orden judicial contra Jhonatan Steven Pinilla Useche, señalado como su padre y presunto responsable del delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años agravado, en concurso homogéneo y sucesivo.
Jhonatan Steven Pinilla Useche, presunto responsable del delito de acceso carnal abusivo Foto:Policía Metropolitana de Bogotá
Un historial de violencia
Al verificar sus antecedentes, los investigadores descubrieron que el capturado tenía un prontuario de violencia intrafamiliar. Desde 2014 acumulaba seis anotaciones por este delito, lo que muestra un patrón de agresión reiterado y una conducta marcada por la vulneración de los derechos de quienes lo rodeaban.
En esta ocasión, la gravedad de los hechos llevó a que la Fiscalía General de la Nación presentara el caso ante los jueces de control de garantías. Tras las audiencias concentradas, Pinilla Useche fue notificado de una medida de aseguramiento privativa de la libertad en centro carcelario.
El coraje de esta menor no solo permitió que su padre fuera procesado, sino que se convirtiera en un símbolo de la importancia de hablar, de contar lo que ocurre a tiempo, incluso cuando el agresor es alguien tan cercano y supuestamente protector.
Según voceros de la institución, casos como este, dolorosos y difíciles de narrar, recuerdan a la sociedad la urgencia de seguir trabajando en la prevención de la violencia sexual contra los niños y niñas, así como en la protección de quienes se atreven a denunciar.
Hoy, la pequeña se encuentra bajo el cuidado del Instituto Colombiano de Bienestar Familair(ICBF) para la restitución de sus derechos , mientras la justicia sigue su curso. “Su historia no es solo una denuncia, sino también un llamado a no mirar hacia otro lado frente a los signos de violencia en la niñez”, dijeron voceros de la Institución.
CAROL MALAVER
SUBEDITORA SECCIÓN BOGOTÁ
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