El sector automotor colombiano enfrenta un panorama incierto. Tras la decisión del Gobierno colombiano de no renovar el ACE72, acuerdo firmado con Brasil —principal proveedor de vehículos nuevos en el país—, los concesionarios advierten que el fin del trato significaría un golpe directo a los precios, las ventas y la renovación del parque automotor.
Pedro Nel Quijano, presidente de la Asociación Nacional de Concesionarios Automotores (Aconauto), explica que la pérdida del beneficio arancelario del 0 por ciento para unos 50.000 vehículos al año podría elevar los costos hasta en un 16 por ciento, frenando la recuperación de un mercado que apenas comenzaba a repuntar tras dos años de caídas.
Quijano cuestiona además los aumentos propuestos al IVA y los nuevos aranceles para híbridos y eléctricos. Asegura que esas medidas van en contravía de la modernización del parque automotor y del objetivo de reducir emisiones, y plantea al Gobierno un llamado: “actualizar su visión y dejar atrás el proteccionismo de los años 80”.
Pedro Nel Quijano, presidente de la Asociación Gremial de Concesionarios de Automotores Foto:Aconauto
¿Por qué el fin del acuerdo comercial con Brasil afecta al sector automotor colombiano?
Brasil es el mayor proveedor de vehículos importados en Colombia. El Acuerdo con Brasil beneficia a 50.000 vehículos con arancel cero. Si no renuevan dicho acuerdo esos vehículos deberán pagar un arancel del 16,1 por ciento, lo cual significará un aumento sustantivo en los precios y por ende una reducción muy importante en los volúmenes de venta. Si además se cumplen los anuncios de aumentos en el IVA la situación será un verdadero desastre. Además, ese 20 o 25 por ciento de la oferta de los nuevos, aporta a la renovación del parque con tecnología moderna de bajo consumo y emisiones, y alta tecnología de seguridad preventiva de accidentes de tránsito.
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¿Ya se están aplicando medidas arancelarias que impactan la importación de carros híbridos?
Hasta ahora no hay una declaración oficial del inicio de cobro de nuevos aranceles. Lo que tenemos es la noticia de hace unos meses de la voluntad del gobierno de no renovar el acuerdo. Aún conservo la esperanza de que las negociaciones con Brasil surtan efecto positivo.
¿El IVA a vehículos híbridos que se propone en la reforma tributaria, y el arancel a buses eléctricos que alista el Ministerio de Transporte pueden frenar la compra de estos vehículos en Colombia?
La demanda de automotores es altamente sensible a los cambios de precios y, cuando son al laza, el consumidor prefiere otras opciones o simplemente no compra. En este caso, las medidas son perversas porque terminan favoreciendo a unos pocos y en contra del libre acceso del consumidor al mercado.
¿Hay medidas similares para carros eléctricos?
Ha habido declaraciones de autoridades en el sentido de aumentar también los aranceles de los eléctricos.
¿Qué impacto se espera de ese tipo de medidas?
Los vehículos son altamente sensibles a los precios. Si los precios suben demasiado la recuperación del sector que se venía teniendo este año cae en picada.
¿Qué alternativas propone Aconauto ante estas medidas que está tomando el Gobierno?
En principio las autoridades del ramo deberían informarse mejor sobre la realidad del sector automotor colombiano y actualizar su inspiración cepalina a una más actual. Así lograrían advertir que los tiempos del proteccionismo se quedaron en los años 80 del siglo pasado y que, por el contrario, el libre comercio ha beneficiado tanto a la oferta como a la demanda en Colombia.
En consecuencia, el Ejecutivo debería, mantener el ACE72, promover un vector de cambio en el sector automotor que le dé dirección a un programa de renovación del parque automotor, y en especial a aquel de más de 10 años de uso, por medio de una política pública de fomento que reduzca los precios por vías de la eliminación de los aranceles y del Impoconsumo, a cambio del desmantelamiento de los obsoletos.
A cambio, el Estado vería el aumento del recaudo tributario por el crecimiento de la ventas, pero además, tanto el aire de las ciudades como la accidentalidad vial se verían mejorados gracias a los nuevos equipos.
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¿Ha habido alguna compensación en términos de inversión industrial en Colombia y en empleo?
Colombia llegó a tener cuatro ensambladoras. Por falta de una política industrial hoy solo queda una que es más importadora que ensambladora. La inversión que esta industria exige es cuantiosa y toma tiempo en mostrar resultados en empleo. Además los bajos volúmenes sumados a la inseguridad jurídica no hacen lamentablemente a Colombia un buen prospecto de inversión industrial. Brasil y México le apostaron hace muchos años y han atraído para sí los grandes emprendimientos en esta materia.
¿Cómo ven el decreto que revive la reposición uno a uno en la flota de camiones?
La nueva política de chatarrización insiste en la reposición uno a uno con la alternativa de aportes del 25 por ciento del precio a un fondo. Lejos de conseguir la necesaria renovación del parque lo que hace es subir artificialmente el precio de las unidades viejas que deberá adquirir quien quiera comprar un camión nuevo.
¿Medidas como las de Brasil o cambios en aranceles obedecen a negociaciones hechas con el gobierno de China?
Desconozco términos de negociaciones con China pero alegar que buscan proteger la industria nacional es una mentira más. No hay industria automotriz en Colombia. La industria automotriz demanda fuertes inversiones y requiere altos niveles de comercialización, además de confianza en que no cambiarán las reglas, situaciones que por ahora no ofrece el país.
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