Para muchos deudores en Colombia, cambiar de número de teléfono o de dirección era una estrategia común para evadir las insistentes llamadas de cobro de los bancos. Sin embargo, esa práctica tiene los días contados.
Una nueva ley, irónicamente llamada “Dejen de fregar”, ha otorgado a las entidades financieras una poderosa herramienta que va más allá de las centrales de riesgo como Datacredito, permitiéndoles rastrear a los deudores en múltiples bases de datos para actualizar su información de contacto.
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¿Cuál es el cambio que lo cambia todo?
Hasta ahora, cuando una persona adquiría un crédito, el banco solo podía contactarla a través de los datos que el propio cliente suministraba: un número de celular, un teléfono fijo y una dirección de residencia. Si esa información quedaba desactualizada, localizar al deudor se convertía en una tarea casi imposible, engrosando las cifras de cartera vencida de las entidades.
Con la sanción del artículo 11 de la ley “Dejen de fregar”, este panorama cambia radicalmente. La nueva normativa autoriza a los bancos y entidades financieras a consultar registros públicos y bases de datos privadas para actualizar la información de contacto de sus clientes morosos.
Esto significa que si usted tiene una deuda, el banco ahora puede buscar su número de teléfono o dirección actual en bases de datos como:
* El RUNT: El Registro Único Nacional de Tránsito.
* El sistema de salud (ADRES): La Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud.
* Otras bases de datos de carácter público o privado que contengan información de contacto.
Es crucial aclarar que esta medida no es para consultar su historial crediticio —para eso siguen existiendo las centrales de riesgo—, sino exclusivamente para encontrar datos de localización actualizados y así poder gestionar el cobro de la deuda.
Las personas deben tener claros los aspectos de la situación. Foto:iStock
El fin de la evasión y el impacto para el deudor
En la práctica, esta ley pone fin a la posibilidad de “desaparecer” del radar de los acreedores. La estrategia de ignorar el problema ya no es viable, pues las entidades tendrán muchas más facilidades para encontrar a la persona y notificarla sobre sus obligaciones pendientes.
Para los deudores, esto implica una nueva realidad: la evasión es prácticamente imposible. La medida busca hacer más eficiente el proceso de cobro y reducir las pérdidas para el sector financiero, pero también obliga a los ciudadanos a ser más responsables con sus compromisos y, en caso de dificultades, a dar la cara y buscar acuerdos de pago en lugar de optar por el silencio.
Tarjetas de credito Foto:iStock.
La ironía de una ley con dos caras
El nombre de la ley, “Dejen de fregar”, resulta paradójico. Originalmente, fue creada para proteger a los consumidores del acoso de las casas de cobranza, estableciendo horarios y límites claros para las llamadas (prohibiéndolas en fines de semana y horarios nocturnos).
Sin embargo, con esta nueva adición, la ley adquiere un doble filo. Mientras por un lado protege al deudor del hostigamiento, por el otro le quita la posibilidad de esconderse, dándole a los bancos herramientas más efectivas para contactarlo. En resumen: lo buscarán menos veces, pero lo encontrarán con mucha más facilidad. La mejor opción, ahora más que nunca, es afrontar la deuda directamente.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Portafolio.*
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