Europa no para de sudar. La ola de calor que ha atrapado al antiguo continente no da tregua y, comparado a como se vivían los veranos antes, esta época del año se está convirtiendo en una pesadilla de noches largas y aires acondicionados prendidos.
(Ingrese al especial: Morirse de calor: altas temperaturas en el mundo)
Llegué a España hace poco más de una semana y, sin duda alguna, el comentario que más he escuchado, y que más he repetido mentalmente, ha sido: “qué calor”.
Es una realidad: salir a caminar y disfrutar de las calles es todo un desafío, especialmente en Andalucía, la comunidad de la que Málaga hace parte y que se ubica hacia el sur del país ibérico. No basta con aplicar el protector solar y usar gafas de sol, es necesario tener en el bolsillo un abanico o al menos un pedazo de papel que sirva para airearse un poco.
¿Cómo podríamos estar en paz en casa con ese calor? ¿Los ventiladores de torre ubicados en cada salón de clase darían abasto para refrescarnos?
Pero les hablaré de la situación de Málaga un poco más adelante, porque, aunque el calor está siendo insoportable, en esta zona del mundo las personas están un poco más acostumbradas al sol y a la ropa ligera, caso contrario al del Reino Unido, donde nadie sale del asombro por las altas temperaturas que ha habido en los últimos días.
Estuve estudiando durante 7 meses en Manchester, Reino Unido, ciudad famosa por el fútbol, sus canales y, por supuesto, por el frío incesante y penetrador que hace; razón por la que, las casas y edificaciones están diseñadas para soportarlo: calentadores repartidos en las habitaciones, ventanas gruesas y alfombra por todas partes. El ‘outfit’ o la vestimenta diaria debía, sí o sí, estar acompañada de ropa térmica y un buen abrigo que apaciguara los fuertes vientos, que casi podrían levantar gente.
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Esta era la normalidad incluso en el inicio del ‘verano’, hacia finales de mayo e inicios de junio, y lo pongo en comillas porque aun así no paraba de llover, al menos ocasionalmente.
Y es que para nadie es un secreto que el Reino Unido, por lo general, es frío, por eso la conmoción de las últimas semanas cuando en los noticieros y en las redes sociales empezó a viralizarse la noticia de que la temperatura llegaría a unos 30 grados centígrados y que esta cifra podría elevarse a los 40. ¿Qué? ¿Cómo podríamos estar en paz en casa con ese calor? ¿Los ventiladores de torre ubicados en cada salón de clase darían abasto para refrescarnos?
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Sin duda, las tiendas se atiborraron de gente que buscaba comprar ropa más fresca y adecuada para lo que se avecinaba, aunque por supuesto no faltaron las personas con dorso desnudo por las calles.
Dormir era insoportable. Las ventanas que antes no se podían abrir ni de chiste ahora había que dejarlas abiertas de par en par durante toda la noche para que la poca brisa que corría refrescara un poco. Dos o tres duchas al día también fueron necesarios para solventar la sudoración y el desespero. Además, varia gente del común empezó a compartir en TikTok algunas recomendaciones de cómo ‘manejar’ la ‘Heatwave’: ola de calor, como este chico que, con ‘tips’ muy sencillos trató de ayudar un poco.
Cualquier idea era válida. El objetivo: tratar de que sus cálidos hogares estuvieran un poco más frescos con lo que hubiera a la mano.
Incluso, el pasado 19 de julio, una de las pistas de aterrizaje en el aeropuerto Luton, en el norte de Londres, se derritió debido al calor, lo que obligó a la cancelación de algunos vuelos y desvíos de otros tantos. Solo para que se hagan una idea, la Agencia Meteorológica británica emitió la primera alerta roja por el calor y las autoridades les pidieron a las personas que, de no ser necesario, no salieran de sus casas y que evitaran desplazamientos en tren o en carro.
Y es que si el calor usualmente es ajeno y un poco insoportable para una bogotana (como yo), ya se podrán imaginar como lo es para un británico…
Cañas que no refrescan
Habiendo soportado esto, tomé mis maletas para venir a España y disfrutar un poco de ‘la mejor época del año’ pero, ¿es realmente este calor insoportable y jadeante –al menos– cómodo?
Basta con encender un televisor y darse cuenta de que las noticias se enfocan en las consecuencias devastadoras de las altas temperaturas
Elena Córdoba, psicóloga de 31 de años, y quien podría estar un poco más acostumbrada a estas temperaturas, sabe que no está siendo nada fácil, “el calor ha ido intensificándose, sin duda, con lo cual nos sentimos mucho más cansados todos los días”, afirma.
Una de las cosas que más me han llamado la atención es que, en el vecindario por donde estoy, las persianas y las ventanas permanecen cerradas. Es como si la gente, desde adentro, se estuviera protegiendo en un ‘búnker’ fresco para evitar el ingreso de aire caliente a sus hogares. Sin exagerar, a veces parecen calles fantasmas, tan parecido al confinamiento que todos vivimos hace tan solo dos años a raíz de la covid-19.
¿Se puede soportar una ola de calor?
Según la Aemet, Agencia Estatal de Temperaturas (en España), esta podría ser la ola de calor más larga hasta ahora registrada y récord de temperaturas por esta zona del mundo ha oscilado entre los 42 y los 47 grados centígrados. Carlos Córdoba, director y administrador de empresas de 28 años, afirma que “normalmente la ola de calor se vivía en agosto, duraba una semana y se iba. Ahora dura más y no se trata de una sola”.
Basta con encender un televisor y darse cuenta de que las noticias se enfocan en las consecuencias devastadoras de las altas temperaturas: incendios que han acabado con hectáreas de vegetación, bomberos trabajando desde la madrugada para apaciguarlos, pérdidas hasta ahora incontables y, desgraciadamente, la muerte por insolación de varias personas.
Uno de los casos más sonados y aterradores de los últimos días fue el del barrendero José Antonio González que, cumpliendo con su labor bajo el incesante rayo del sol y 42 grados de temperatura, se desplomó y perdió la vida. Este hecho ocurrió en Vallecas, muy cerca de Madrid. Tal y como lo confirma el diario El País, de España, en el momento en que los paramédicos llegaron a intentar reanimarlo, su temperatura corporal superaba los 41 grados.
Siendo conscientes de toda esta situación, ¿realmente se puede disfrutar la playa con estas temperaturas para broncearse, leer un libro y desconectarse del día a día? En lo personal, igual que varias personas con quienes he hablado, la respuesta es un rotundo: no. Hay un temor generalizado a la exposición al sol y a sufrir un golpe de calor. Tal es el caso de Maricarmen López, estudiante de medicina de 24 años, quien ha preferido irse a descansar a un lugar más fresco pues, incluso cuando llega a su casa en las noches y quiere darse un chapuzón, encuentra que la piscina no la refresca.
Quienes se han visto más afectados, sin duda, son quienes viven hacia el centro y el sur de España. En Barcelona, por ejemplo, la humedad juega un papel muy importante. Santiago Vega, productor musical de 29 años, afirma sentirse más agotado de lo normal. Asimismo, debido al levantamiento de las medidas sanitarias y a la aglomeración de personas en eventos hace que el calor se acumule y se sienta con mayor intensidad, razón por la que la instalación de ventiladores y aires en muchas zonas se ha vuelto un tema obligatorio.
Por esta razón, las tiendas de electrodomésticos y especialistas en artículos de ventilación también se han visto afectados. La primera compra que llegué a hacer fue un ventilador para dormir un poco más fresca y me encontré con tiendas con su ‘stock’ agotado. Todo el que puede está buscando la forma de no pasarla tan mal durante este tiempo.
Detrás de todo esto, hay muchas preguntas que siguen pendientes por responder y que como turista no puedo evitar formularme. ¿Cuáles son las responsabilidades de personas del común frente a esta situación? ¿Mantener tantos aparatos conectados para sentir un poco de alivio ante el calor no estaría ocasionando que el problema se haga más duradero? ¿Seguiremos quejándonos de las temperaturas o habrá alguna solución, seria, al menos a mediano plazo que ayude a apaciguar los fuertes calores?
ANA GONZÁLEZ COMBARIZA
En Twitter: @Combariiza