El abogado chileno, doctor en filosofía, Axel Kaiser, que estará en noviembre en Barranquilla en el Congreso Colombiano de la Construcción, del próximo 6 al 8 de noviembre, en el Centro de eventos Puerta de Oro, habló con EL TIEMPO sobre las oportunidades y cambios que requiere Colombia y el sector de cara a la reactivación.
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El experto, cofundador y presidente de la Fundación para el Progreso, uno de los centros de estudios liberales más influyentes de Hispanoamérica y que ha sido profesor visitante en la Institución Hoover de la Universidad de Stanford y es columnista de los diarios Financiero y El Mercurio, también ha trabajado de la mano del presidente de Argentina, Javier Milei así que conoce el desafiante contexto latinoamericano para las compañías.
¿Cómo ve el tema de la creación de libre empresa en Colombia y en la región?
Las empresas no existen de manera independiente de las personas que las construyen. Cuando uno tiene un orden social que permite a las personas seguir su proyecto de vida, inevitablemente se van a crear bienes y servicios.
No es que los que defendemos el mercado seamos partidarios de las empresas, somos partidarios de la libertad individual y las empresas surgen como resultado de esa libertad.
Si hay una expresión propia de la capacidad creativa de nuestra especie es la creación de las empresas, y habiendo libertad habrá desarrollo de empresas, y así nos vemos a ir asociando. El problema del socialismo es que destruye la libertad individual y al hacerlo, hace imposible la existencia de las empresas como proyecto de vida de las personas para mejorar la condición propia y de los demás.
¿Cómo ve el sector de la construcción e inmobiliario en el país?
Hay problemas en el sector inmobiliario en distintas partes del mundo y la asfixia de este sector se da por cuenta de una cantidad de regulaciones y más impuestos que se han aplicado, también cuándo se suben las tasas de interés se tienen condiciones que hacen más difícil el comprar vivienda.
Si uno tiene un mercado abierto y libre con regulaciones razonables, debiera entonces este sector permanecer robusto. Entonces lo que hay que hacer es revisar las regulaciones sectoriales y la situación política del país, porque si la realidad es que el Gobierno es anti empresa, mercado y libertad individual las inversiones van a fugarse.
Cuando existen esas condiciones en el Gobierno y en las condiciones regulatorias, pues la inversión se irá del país y no solo un sector como el inmobiliario va a caer, sino que lo hará toda la economía.
Es difícil imaginar que hay un país en donde la economía ande bien pero la parte inmobiliaria este mal, eso no ocurre. Yo creo que el problema en Colombia es la inseguridad jurídica, el ataque a la empresa privada, el tener un gobierno que no cree en la libertad individual o en el estado de derecho ya que eso no da tranquilidad, ni confianza para la inversión, eso tiene un costo y esto lo pagan las personas que pierden sus empleos y los que se quedan sin ingresos, los más ricos que es a quienes se trata de afectar, lo que hacen es que se llevan el dinero fuera del país.
¿Qué debería suceder en las empresas para tener una resistencia a esta situación?
Eso lo saben las empresas, hay que hacer una diversificación geográfica, de capitales y demás.
Lo que se ve en Colombia actualmente también responde a la pereza y la ignorancia de la élite empresarial, porque esa comodidad de creer que nunca iba a llegar un Gobierno socialista al poder daño la situación.
Los empresarios no se prepararon para este caso, no impulsaron un conjunto de ideas que promovieran la libertad y que además empujara la libertad económica a manera de evitar muchas coaliciones de intereses políticos y económicos. Yo creo que hay una responsabilidad desde ese punto de vista.
Para evitar que las sociedades se inclinen al socialismo hay que mantener vivos los ideales de la libertad en la discusión pública.
La solución entonces es en el macro, cambiar el Gobierno y llegar a uno que sea razonable y avanzar y extender el discurso libertario así como sucede en Argentina. Colombia está mucho mejor que Argentina y si se pueden ir haciendo reforma estructurales para sacar el país adelante, no veo porque no los colombianos puedan hacerlo.
¿Qué esta pasando en el panorama regional que puede afectar la economía de las naciones?
Los países salen adelante o se hunden según lo que piensa su gente. No es por los recursos naturales, no es por la ubicación geográfica, eso influye, pero no es el factor decisivo. Lo que lo determina es las ideas, lo que se piensa.
Si la gente piensa bien y se ve simple, pero no lo es, cuando se tiene ética de trabajo, confianza en las instituciones y se hace lo que se debe hacer, eso es lo que va a ocurrir.
Hay que ver el cambio que se dan en la mentalidad en un país como Argentina, que espero que sea sostenible en el tiempo y se ven las modificaciones. Ahora, uno podría ver otro ejemplo y es el caso de Chile, que fue el país más exitoso de la región en el pasado ahora vemos las consecuencias de haber adoptado el modelo que asumimos y tenemos una situación económica muy deteriorada y llevamos ya una década sin crecer.
En el resto de la región no hay nada que rescatar salvo hasta cierto punto Uruguay y Paraguay, pero por lo demás México es una catástrofe, después está Brasil que pareciera que no hay Estado de derecho y mucho inversionistas se van. En Perú hay estabilidad pero hay inestabilidad política. Salvo lo de Argentina no hay nada positivo pasando y eso es por los gobiernos que tienen. El panorama es desolador.
¿Cuál es la esperanza para la reactivación y el cambio?
Si existe la democracia hay esperanza. Se pueden reparar los daños que se han hecho y tener proyectos, la pelea de fondo es con las ideas, si no se cambia la mentalidad, no se puede dar un cambio.
También está el esfuerzo que se debe hacer desde las élites empresariales, no es fácil, pero es lo que se debe hacer y va más allá de los partidos políticos, es una cuestión de ideas.
Es un gran desafío, pero es lo que se debe hacer, eso se ve con nuevas ideas, no se puede perder la esperanza de hacer las cosas distintas para que cambien.