Este 6 de agosto, posiblemente, se realizarán en la Catedral de Neiva las exequias de algunos de los policías que murieron en el ataque en la vía que comunica a esta ciudad con el corregimiento de San Luis, una zona apartada a la que se llega por carretera destapada en malas condiciones.
“Las honras fúnebres serían mañana, pero aún no lo podemos confirmar”, afirmó un vocero de la Policía.
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La Fiscalía, por su parte, señaló que el Cuerpo Técnico de Investigaciones retiró el sábado los cuerpos del sitio de los hechos y los trasladó a Medicina Legal para su custodia y preservación.
Lo que viene es un informe con actas de inspección técnica a los cadáveres, soportadas en los elementos materiales probatorios encontrados en el sitio o la escena de estos hechos violentos, ocurridos cuando los uniformados iban hacia el cuartel de policía en San Luis.
La solidaridad con la Policía en Neiva se ha visto en ‘velatones’ y expresiones de afecto por parte de familiares, amigos y grupos significativos de ciudadanos que rechazaron el ataque.
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Según información oficial, en Neiva, donde nació hace 37 años, sería sepultado el intendente Luis Alberto Sabi Gutiérrez, quien deja una viuda y dos hijas.
También eran oriundos de Neiva los auxiliares Santiago Gómez Endes, de 18 años; Cristian Cubillos Borbón, de 20, y Arles Pascuas Figueroa, de 19, con varios meses en servicio.
El intendente Wilson Jair Cuéllar Losada, de 42 años, sería llevado al municipio de Rivera, Huila, donde nació.
De otro lado, familiares del patrullero Duverney Carreño Rodríguez, de 39 años, trasladarán su cuerpo a Bucaramanga, su tierra natal. Así mismo, el patrullero Jhon Bautista Vargas, de 31, será sepultado en Pesca, Boyacá.
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