Por qué Israel enfrenta presión diplomática con Europa parar guerra en Gaza


La Israel del primer ministro Benjamín Netanyahu enfrentó esta semana un revés diplomático y jurídico que forzó al Estado hebreo a retomar un intento de diálogo con Hamás para frenar la guerra en Gaza y, aún más diciente, expuso una división del bloque occidental europeo que tradicionalmente lo respaldaba.

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Después de que en la última década apenas tres países dieron un paso similar, España, Irlanda y Noruega reconocieron el miércoles pasado –algo que será formalizado este 28 de mayo- la condición de Estado palestino, a pesar de la vehemente oposición israelí y estadounidense. A la vez que la mayoría de los gobiernos europeos ofrecieron su apoyo inequívoco a la Corte Penal Internacional (CPI) después de que esta solicitó órdenes de arresto para el primer ministro Netanyahu y el ministro de defensa de Israel, Yoav Gallant, junto con los líderes de Hamás.

“El reconocimiento del Estado de Palestina contribuye a una solución política al conflicto”, aseguró en declaraciones a medios el ministro de Asuntos Exteriores de Noruega, Espen Barth Eide, al insistir en que, si bien “no todo va a cambiar al día siguiente”, la decisión le da peso a Palestina ante futuros acuerdos.

Sin embargo, la presión internacional no terminó ahí. El viernes, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenó a Israel “detener de inmediato” sus operaciones militares en Rafah, poniendo en aprietos al gobierno de Netanyahu, que considera indispensable invadir esa localidad del sur de Gaza para vencer al movimiento islamista palestino Hamás.

Palestinos buscan sobrevivientes tras ataques de Israel.

Foto:AFP

Israel debe “detener de inmediato su ofensiva militar y cualquier otra acción en la gobernación de Rafah que imponga a los palestinos de Gaza condiciones de vida que puedan provocar su destrucción física total o parcial”, afirmó el tribunal, con sede en La Haya, una argumentación que el Estado hebreo niega, al tiempo que alega que un cese al fuego impuesto permitiría un reagrupamiento de los combatientes de Hamás e imposibilitaría la liberación de los rehenes.

La CIJ también ordenó a Israel mantener abierto el cruce de Rafah para que los gazatíes puedan recibir ayuda humanitaria “sin restricciones” y pidió la “liberación inmediata e incondicional” de los rehenes secuestrados por Hamás.

Tras el anuncio del fallo de la máxima instancia judicial de la ONU, Netanyahu convocó a “consultas” a varios ministros de su gabinete.

En el terreno práctico, las decisiones tuvieron un impacto inmediato. El jueves, el gabinete de guerra de Israel aseguró que buscaría revivir las negociaciones para una tregua en la Franja de Gaza con Hamás luego de que el diálogo mediado por Egipto, Catar y Estados Unidos se congeló el pasado 9 de mayo luego de que la propuesta de tregua que fue aprobada por las partes terminó con un Israel retractándose de repente y retirando su aprobación.

Y mientras que el país hebreo retiró a sus embajadores en Dublín, Madrid y Oslo; los países de la Unión Europea (UE) reanudaron desde el mismo jueves su apoyo a la agencia de la ONU para los refugiados en Palestina (UNRWA), cuestionada por Israel debido a la supuesta implicación de una docena de sus miembros en los ataques de Hamás del pasado 7 de octubre.

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En cuanto a la decisión de la CIJ, si bien es jurídicamente vinculante, el organismo no dispone de ningún medio para implementarlas por lo que depende íntegramente de Israel acatarla. No obstante, analistas consultados por este diario coinciden en que el pronunciamiento de la Corte conllevará a una mayor presión internacional contra Netanyahu y, sumado a las otras acciones, da cuenta de una suerte de aislamiento internacional cada vez más fuerte sobre Israel.

Dos caminos opuestos para negociar

La decisión de España, Irlanda y Noruega rompe la tradicional división entre Occidente ―que por lo general no ha reconocido a Palestina― y el resto del mundo.

Europa, que durante mucho tiempo fue una fuente vital de apoyo para Israel, se encamina a una división de posturas con relación a las acciones cometidas por el gobierno de Netanyahu en Gaza.

“Esto invita a pensar que, incluso del lado occidental, donde el Estado de Israel ha contado siempre con sus mayores apoyos, están empezando a haber fisuras y puntos de vista que ya no coinciden entre sí”, le dice a EL TIEMPO Ignacio Gutiérrez de Terán, director del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos y Estudios Orientales de la Universidad Autónoma de Madrid.

Dentro de la UE, Israel todavía tiene aliados incondicionales, especialmente Hungría y República Checa. En parte, de ellos depende hacia dónde se incline la balanza, además de actores claves como Alemania y Francia, que, a pesar del creciente malestar con la conducta de Israel, mantienen su postura de respaldo.

“Al apoyar a Israel, países como Hungría y la República Checa pueden desempeñar un papel decisivo a la hora de determinar lo que la Unión Europea puede y, especialmente, lo que no puede hacer en lo que respecta a Oriente Próximo”, destaca en un análisis Matina Stevis-Gridneff, jefa de la oficina de Bruselas del diario The New York Times.

Stevis-Gridneff advierte que los países europeos enfrentan una creciente presión internacional y doméstica para que adopten una postura más firme contra el manejo de los territorios palestinos por parte de Israel y, en particular, la devastadora guerra en Gaza.

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Netanyahu ha sido criticado por la manera de conducir la guerra en Gaza.

Foto:Getty Images

Se estima que, desde el inicio de la guerra, el 7 de octubre pasado, más de 35.800 palestinos murieron, cerca de 80.000 resultaron heridos y que hay unos 10.000 desaparecidos bajo los escombros de los edificios bombardeados, según el Ministerio de Sanidad palestino.

Justamente, la guerra en Gaza y la forma en que ha evolucionado es lo que ha hecho que la Unión Europea, que antes de la ofensiva se estaba acercando a Israel, incluso a través de asociaciones financiera y políticamente importantes en el comercio y la ciencia, parezca virar hacia orillas distintas.

“Por un lado, tenemos a los grandes estados europeos, como Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, que consideran que aún no es el momento de reconocer el Estado palestino y que eso, incluso, entorpecería un proceso de negociación. Por el otro, están países como Irlanda, España, Noruega y, probablemente, los más inclinados a seguirlos: Bélgica y Eslovaquia, que consideran que, por el contrario, el reconocimiento del Estado palestino creará una base sólida para acercar las posturas de las partes”, señala Gutiérrez de Terán.

El analista destaca que siendo Estados Unidos, Francia y Reino Unido miembros permanentes del Consejo de Seguridad con poder para vetar cualquier acción, el hecho de que solo Estados Unidos haya utilizado su poder de veto demuestra la creciente división con Europa.

Sin ir más lejos, aunque Francia se ha abstenido hasta ahora de actuar por su cuenta, el mes pasado votó a favor de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para reconocer a Palestina como Estado miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas. Reino Unido, que ya no forma parte de la Unión Europea, pero sigue siendo influyente, se abstuvo en esa votación.

Stevis-Gridneff agrega que la evolución de la postura de Alemania jugará un papel importante a la hora de determinar la dirección de las relaciones de la UE con Israel.

“Alemania es el miembro más grande del bloque y desde hace mucho tiempo ha expresado un compromiso único con Israel como resultado de su historia nazi y el Holocausto. Berlín comenzó en el extremo proisraelí del espectro de la UE inmediatamente después del 7 de octubre, pero ahora critica más abiertamente la forma en que Israel está conduciendo la guerra y ha pedido un alto el fuego inmediato, en oposición a Israel y a Estados Unidos”, señala al advertir que si más vecinos siguen su ejemplo, “la Unión Europea podría convertirse en un contrapeso importante a la posición estadounidense de que el Estado palestino sólo debería ser el resultado de un acuerdo negociado con Israel. Eso profundizaría la brecha entre Europa e Israel”.

Palestinos observan los escombros de una casa familiar que fue alcanzada durante la noche durante un bombardeo israelí en el barrio Tal al-Sultan de Rafah, en el sur de Gaza.

Foto:AFP

El verdadero temor de Israel

El escritor y columnista israelí Ben Dror Yemini argumenta que reconocer como Estado a Palestina es algo que el grupo yihadista Hamás, que gobierna Gaza desde 2007, no ve como una opción. “Hamás se opuso siempre a la fórmula de dos estados para dos pueblos. Por ahora, no estamos en una situación en la que el reconocimiento por parte de países europeos al Estado Palestino pueda influir en los combates que se libran en el terreno”, le dijo a este diario.

Y si bien los países europeos que dieron el paso hacia el reconocimiento palestino saben de sobra que la situación no pronostica un final cercano, la renuncia del primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina, Mohammad Shtayyeh, a finales de febrero complejiza aún más su capacidad para gobernar no solo la Cisjordania ocupada —actualmente con un control cada vez más limitado— sino Gaza.

“La Autoridad Nacional Palestina está desprovista de poderes y de autonomía. Lo que tenemos ahora es una Gaza prácticamente reducida a escombros y una Cisjordania en la que el ejército de Israel está permitiendo y acelerando que los colonos israelíes regresen a varios de esos asentamientos”, destaca por su parte Gutiérrez de Terán.

Es por esto que, desde la perspectiva de Dror Yemini, “para el gobierno de Netanyahu, cuya concepción es no tomar iniciativa de nada, lo de Europa, la CPI y la CIJ será otro pequeño golpe tras muchos más que ya ha recibido por parte de países que, de todos modos, no tienen ninguna influencia en el proceso político de la región”.

“Este reconocimiento no conducirá a un cambio político significativo. La senda principal en cuanto a la diplomacia internacional de Israel pasa frente a Estados Unidos y Arabia Saudita con la búsqueda de un pacto de defensa entre ellos que incluya la normalización de relaciones entre los saudíes e Israel. Si Netanyahu pierde esa opción, lo cual puede ocurrir, sí que será significativo”.

Y mientras que el presidente de EE. UU., Joe Biden, insiste en oponerse al “reconocimiento unilateral” de un Estado palestino y prefiere que dicho objetivo se alcance a través de negociaciones, los analistas coinciden en que agravar o no la situación dependerá desde qué punto querrá demostrar Israel su enfado.

De momento, el gobierno israelí afirmó que la decisión de España, Irlanda y Noruega tendrá “graves consecuencias” en sus relaciones con esos países que mantienen acuerdos comerciales y de otro tipo con Israel, mientras estudia qué respuesta dar ante la presión de la CIJ.

Sin embargo, las opiniones comprensivas que sostuvieron el apoyo europeo a Israel después de los ataques del 7 de octubre están menguando a medida que la situación humanitaria en Gaza empeora e Israel parece cada vez menos una víctima y más un agresor.

STEPHANY ECHAVARRÍA (*) – EDITORA INTERNACIONAL – EL TIEMPO 
En X: @dulcitodemora

(*) Jana Beris colaboró con la reportería de este artículo desde Israel. Angie Ruiz y William Hernández Moreno lo hicieron desde Bogotá.



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