Por qué saldrá más costoso tomar un seguro en el 2023 – Sector Financiero – Economía


Colombia no es un país con amplia vocación aseguradora. De hecho, la penetración de los seguros se estima en 3 por ciento del producto interno bruto (PIB), una de las más bajas del mundo. Y si bien el país ha avanzado en este frente, la difícil coyuntura del 2023 sin duda tendrá un impacto fuerte en el desempeño de esta industria, que se verá obligada, entre otros, a ajustar los costos de las pólizas debido a la alta inflación.

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Solo el seguro obligatorio de accidentes de tránsito (Soat) este año tuvo un incremento del 11,7 por ciento para las categorías que no quedaron cobijadas con el beneficio del 50 por ciento de descuento (Decreto 2497 del 2022).

Un reciente informe de la calificadora de riesgo Fitch Ratings advierte que la perspectiva de los seguros en Colombia, El Salvador, Perú y Chile para este año es ‘En Deterioro’.

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Entre las razones expuestas por la firma se encuentran “el menor crecimiento económico, las depreciaciones monetarias y los niveles persistentemente altos de inflación”, factores que podrían continuar afectando los costos de los siniestros en líneas de no vida (seguros generales), los cuales podrían no ser completamente compensados por los ajustes de precios.

A lo anterior se suma el hecho de que el 2022 fue un año muy positivo para la industria aseguradora colombiana y con la desaceleración que se espera de la economía este 2023, será muy marcada esa menor dinámica.

Las ganancias, solo hasta noviembre, sumaban cerca de 2,53 billones de pesos, 149 por ciento más que en igual mes del 2021, en medio de unas circunstancias de elevada siniestralidad, según muestran cifras preliminares de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda).

Según el gremio asegurador, mientras la colocación de primas registró un crecimiento real anual del 6,6 por ciento, cerca de 38 billones de pesos hasta noviembre, los siniestros pagados, en los seguros generales, repuntaron cerca de 54 por ciento real anual, con los ramos de ingeniería (incluye corriente débil, minas y petróleos; montaje y rotura de maquinaria y todo riesgo contratista), aviación, Soat, accidentes personales, automóviles y sustracción (robo), en su orden, con los mayores repuntes de la siniestralidad al cierre de noviembre del año pasado.

Serán los ramos que más sufrirán este año en Colombia, según Fitch, si la inflación y la depreciación de la moneda no se logran contener y exceden los ajustes de precios del sector.

“Rentas vitalicias podrá verse afectado por un incremento muy alto en el salario mínimo, requiriendo un aumento de sus reservas. El deterioro también se debería a un clima de crecimiento bajo, presiones geopolíticas y macroeconómicas”, señala el análisis de Fitchs.

No será el único ramo afectado este año. En el análisis de la calificadora se advierte que la rentabilidad de los ramos de daños y automóviles tendría una afectación similar a la del año pasado, periodo en el se disparó el costo de los siniestros debido a la elevada inflación, depreciación, escasez en repuestos y una tarifa insuficiente.

“Para 2023, se espera que el combinado sea similar o superior a 2022 por presiones en la rentabilidad del Soat, entorno macroeconómico y posibles efectos de las inundaciones provocadas por la Niña”, señala el informe.

Año desafiante

Los aseguradores colombianos tienen muy claro que 2023 es un año muy desafiante para esta industria debido a la coyuntura no solo de precios, sino de menor ritmo económico.

“Es evidente que la inflación, entre otros fenómenos macroeconómicos, como un menor crecimiento del PIB y la reducción en el poder adquisitivo de los hogares, tendrá un efecto considerable en todos los sectores de la economía, incluido el asegurador”, señala David Colmenares, presidente de Allianz Colombia, quien recuerda que, precisamente, en momentos de alta volatilidad como el actual es fundamental recordar que es mejor tener un seguro y no necesitarlo que necesitarlo y no tenerlo.

Colmenares, quien también preside la junta directiva de Faseolda, comenta que, como todas las industrias del país, la aseguradora no es ajena a la actual coyuntura e igual se ve bastante golpeada por costos asociados, como el valor de materiales de construcción, repuestos o insumos médicos, que podrían llegar a causar un incremento en el costo de los seguros, en línea con lo que sucede con todos los renglones de la economía nacional y global.

También es un convencido de que este año factores como la ola invernal, que se prevé vaya hasta marzo próximo, tendrán una incidencia negativa en la siniestralidad, sobre todo en el ramo de seguros de hogar. “Estamos analizando con cuidado cómo se desenvuelve el comportamiento en los ramos de vida y salud, teniendo en cuenta situaciones como el estado de las vías o la seguridad en ciudades y carreteras”, precisó.

Pese a ese panorama difícil, Fitch dice que las aseguradoras colombianas tienen buenos índices de apalancamiento y varias se han capitalizado, lo que las deja en una posición holgada para responder a la coyuntura esperada.
Sin embargo, advierte que la volatilidad de los mercados, que ha golpeado la valoración de los portafolios de inversión, unido a una mayor siniestralidad, sin duda ejercerá más presión sobre el apalancamiento de la industria.

Ramos más siniestrados

El año pasado, la siniestralidad les asestó un duro golpe a los seguros generales. Las compañías tuvieron que desembolsillar cerca de 7,5 billones de pesos para cubrir las reclamaciones de las pólizas afectadas por distintas causas, esto es 53,5 por ciento más de lo pagado en el 2021, según reporte de Fasecolda.

Ese monto correspondió al 38,2 por ciento del total asumido por ese concepto por toda la industria, el cual llegó a 19,5 billones de pesos, incluidos los más de 2,2 billones que costaron los siniestros del Soat, los cuales aumentaron el año pasado cerca de 15,2 por ciento real anual.

Los ramos de ingeniería, con más de 2,9 billones de pesos en siniestros, y un repunte del 340 por ciento real anual, en gran parte por el siniestro de Hidroituango; automóviles, con 2,6 billones, un crecimiento real del 13 por ciento, y Soat, con más de 2,2 billones, serían los responsables del 40 por ciento de los siniestros pagados por toda la industria en 2022.

Los segmentos de personas y seguridad social tuvieron un mejor desempeño en materia de siniestralidad, según cifras de la industria hasta el cierre de noviembre.
El año pasado, los seguros de personas pagaron cerca de un billón de pesos menos que en el 2021. Los siniestros pagados en seguridad social, por su parte, solo crecieron 2,1 por ciento.


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