Profesionalización de la labor del obrero – Bogotá


Históricamente, la labor del obrero de construcción ha estado en segundo plano y la idea de que su trabajo no requiere de ninguna formación o conocimiento se ha generalizado. Sin embargo, en los últimos años y debido a la demanda de trabajadores mejor capacitados, empresas del sector de la construcción han tomado la decisión de tecnificar a sus trabajadores, lo que ha generado para muchos de ellos mejor remuneración y más oportunidades de crecimiento.

Según la Gran Encuesta Integrada de Hogares 2022 realizada por el Dane para julio pasado, 206.000 personas eran empleados del sector de la construcción de Bogotá, dato que ha venido aumentando paulatinamente desde diciembre de 2021, cuando era de 187.000 trabajadores.

Esta cifra aún está lejos de los casi 300.000 trabajadores que había en el sector en enero de 2020, antes de la llegada de la pandemia. En aquel momento, 263.744 hombres y 35.181 mujeres se dedicaban a este oficio; sin embargo, debido al covid-19 y las medidas de confinamiento que obligaron a detener varias obras, para el segundo semestre de ese año el 67 % de las personas habían perdido su trabajo.
Pero más allá de estos indicadores, existe preocupación en el sector por la escasez de mano de obra para la construcción no solo en Bogotá, sino en toda Colombia. Uno de los factores que explica esta carencia de trabajadores es la falta de formación en habilidades técnicas.

“Hace unos años lo único que se necesitaba era saber leer, escribir y pegar ladrillos. De un tiempo para acá, hemos vivido unos procesos de industrialización que hacen que los obreros ya tengan que leer planos y tener cada vez más capacidades”, dice Alejandra Robledo, gerente de Creación de Capital Social en Constructora Bolívar.

La preocupación de las empresas del sector es que, en el futuro, el conocimiento y las habilidades de los obreros locales se queden cortas ante los retos del sector.

Constructora Bolívar es una de las compañías que ha aceptado el reto y que, con varias iniciativas, desde ya trabaja en la profesionalización y la tecnificación de la labor de estos trabajadores.

Actualmente, la empresa cuenta con 11.000 trabajadores de la construcción vinculados a través de contratistas. Estos últimos pueden tener desde 20 hasta 200 personas disponibles para trabajar en construcciones por toda la ciudad.

Para atender su formación, se crearon varios proyectos. El primero fue Contratistas Competitivos, cuyo propósito es transformar ese eslabón de la cadena y generar una cultura en los contratistas de eficiencia administrativa y operativa que garantice condiciones óptimas para los trabajadores, quienes, además, reciben formación en temas de emprendimiento.

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Una de las empresas beneficiadas es Inocencio López SAS, fundada por un trabajador de la construcción hace más de 20 años y que hoy les da empleo a 190 personas. Luz Marina López, su hija, ha sido testigo de ese largo camino hacia la profesionalización de la labor de la construcción, y hoy reconoce el valor de iniciativas como estas.

“Ha sido en los últimos años que hemos visto avances y mayor necesidad de conocimiento. Hemos tenido que apoyarnos con el Sena y en empresas como Constructora Bolívar para poder capacitar a nuestro personal. Eso garantiza una buena labor y que nos sigan contratando y, al mismo tiempo, que las remuneraciones mejoren. Hoy, por ejemplo, manejamos nueve rangos de salario dependiendo de la información y la experiencia”, afirma López.

Otras necesidades

Si bien hay una necesidad de formación, las empresas también empiezan a notar falencias en otros aspectos de la vida de los trabajadores.

“Esta idea nos dio la entrada a empezar a conocer las necesidades de los obreros, porque a través de sus jefes empezamos a conocerlos más”, explica Robledo.

Contratistas y empresas por igual han empezado a trabajar para reducir las brechas que tienen las personas que se dedican a la construcción. Desde formación en educación financiera y seguridad alimentaria, pasando por talleres para fortalecer habilidades blandas, hasta la posibilidad de acceder a vivienda en alguno de los proyectos que construyen.

Para atraer gente no solamente necesitamos capacitarnos. Para las personas, ser trabajador de construcción tiene que volverse un mecanismo real para crecer patrimonialmente y familiarmente”.

“Para atraer gente no solamente necesitamos capacitarnos. Para las personas ser trabajador de construcción tiene que volverse un mecanismo real para crecer patrimonialmente y familiarmente. Y entonces pensamos en ‘Tu hogar, Tu recompensa’. Lo que busca es que la gente que construye los hogares de los colombianos sea propietaria de vivienda. Hoy, menos del 1 % de los trabajadores de obra son propietarios y eso tiene que cambiar en este país”, afirma Robledo.

Jesús Antonio Ruiz es uno de ellos. Este trabajador de Simijaca (Cundinamarca) ha pasado los últimos 17 años dedicado a este oficio en tareas que van desde la operación de maquinaria pesada hasta la instalación de tuberías.

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Como muchos en su gremio, arrancó su carrera como ayudante y fue ascendiendo poco a poco. Durante toda su vida soñó con tener su vivienda, pero hasta hace muy poco creyó que jamás tendría la oportunidad.

Un día, mientras trabajaba para Inocencio López en una obra en Cajicá, de la Bolívar, varias personas se le acercaron.

“Nos dijeron que si estábamos interesados en llenar unos formularios para tener un beneficio a la hora de tener casa. Inicié el proceso, llevé los papeles y aunque estaba en otras ciudades trabajando en otras obras, me ayudaron para aplicar a un apartamento en Ciudadela Tres Quebradas, en Usme”, cuenta este trabajador, quien en 2023 podrá disfrutar de su nueva casa.

Jóvenes y mujeres

Además de la preocupación por la falta de habilidades en el personal, también está latente la preocupación porque cada vez hay menos personas interesadas en llegar a este tipo de empleos.

Este trabajo no es fácil. Es duro y muchos pelaos prefieren rebuscarse la vida de otra forma. Hacen falta incentivos y que entiendan que por aquí también se puede empezar para ser ingeniero”, dice Jesús.

Para intentar atraer el mejor talento para la ejecución de sus proyectos, adelantan convenios con universidades para dotar a los jóvenes de las habilidades necesarias para escalar rápidamente desde el punto de vista profesional.

“Lo que buscamos es que esas personas puedan rápidamente pasar hasta los niveles más altos, especializados y sofisticados en la obra, porque si se van a quedar toda la vida de oficiales, eso no es una oferta interesante”, explican desde la Constructora Bolívar.

Otra iniciativa que está fomentando la tecnificación de esta labor es la ruta de formación y empleo para mujeres en el sector de la construcción, proyecto que nació de la alianza entre Global Opportunity Youth Network-Goyn Bogotá, Constructor, Corona, Camacol B&C, Secretaría de Desarrollo Económico, Compensar y la Fundación Corona.

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Como su nombre lo indica, esta se enfoca en la formación gratuita, durante tres meses, de mujeres entre los 18 y los 28 años en competencias técnicas del sector como plomería, enchape, mampostería y pintura.

“El objetivo es promover la vinculación de mujeres jóvenes en oportunidades de formación y empleo en el sector de la construcción en Bogotá”, señaló la Fundación Corona.

De acuerdo con la organización, para cumplir con ese objetivo se trabajará en dos ejes: acciones de sensibilización sobre género en el sector y en el fortalecimiento de los procesos de reclutamiento empresarial.

Además, la capacitación contará con talleres de formación de habilidades socioemocionales y en competencias transversales.

Para participar en esta iniciativa, las inscripciones estarán abiertas hasta el próximo 30 de agosto en las redes sociales de Goyn Bogotá.

CAMILO CASTILLO
EL TIEMPO


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