El auditorio Orígenes de la Universidad Ean en Bogotá fue el epicentro del foro sobre inteligencia artificial ‘IA: ¿ángel o demonio?’, en el cual expertos de talla mundial discutieron los beneficios, riesgos y retos que esta tecnología plantea en ámbitos como sostenibilidad, democracia, economía y educación.
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El evento fue organizado por la Fundación Innovación para el Desarrollo I+D. Durante el encuentro, uno de los temas más relevantes se centró en la necesidad de regulaciones éticas y enfoques inclusivos para maximizar el potencial de la IA en diferentes aspectos de la sociedad.
El certamen planteó además un debate entre los beneficios de la tecnología, como también los retos y riesgos que existen alrededor de esto, los cuales han sido motivo de profundas discusiones democráticas en distintos países y entes multilaterales de todo el planeta.
Iván Duque, expresidente de Colombia, y su esposa, María Juliana Ruiz, creadores de la Fundación I+D, dieron la bienvenida a la jornada.
En palabras del exjefe de Estado, la inteligencia artificial cuenta con importantes retos para ser apropiada como una herramienta útil que ayude a reducir brechas, a construir cambios sociales profundos y a dinamizar la productividad y el crecimiento socioeconómico del país.
“Tenemos que evitar la centralización de la información y los datos de la ciudadanía, que son el insumo de la IA. Cuanto más se centralicen los datos de la ciudadanía, vamos a generar sociedades más expuestas a los abusos de la IA. Nuestros datos tienen que estar protegidos y su mal uso debe acarrear responsabilidades civiles, administrativas y penales. Es uno de los principios éticos más importantes de la IA, que también debe ser escrutable, pública, para generar garantías sobre las libertades y derechos digitales”, afirmó.
De otro lado, Duque consideró: “La IA debemos verla como una herramienta para tener sociedades más solidarias, con información precisa, no sujeta a prejuicios para influir indebidamente en nuestra percepción”, ni manipular la opinión o generar información falsa y polarización.
En ese mismo sentido, se le preguntó al expresidente Duque al inicio del evento si se debe caer en la trampa de la sobrerregulación de la IA o la definición de las fronteras. “Colombia fue el segundo país del mundo en hacer público un marco ético de la IA, en plena pandemia, para poner al país a la vanguardia en esta materia”, explicó.
Con esta introducción, comenzó la jornada que tuvo cerca de 10 actividades distintas entre keynotes y paneles enfocados todos a analizar el impacto inmediato y futuro de la inteligencia artificial en distintos campos del conocimiento, la economía y la productividad.
Conferencistas de nivel
Entre los conferencistas principales se destacaron las charlas de Michael Wooldridge, del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Oxford, uno de los principales expertos en IA del mundo, quien durante su exposición hizo un recorrido por la historia del desarrollo tecnológico de la IOWA.
“La IA necesita datos, sin información no hay IA. Cuanta más calidad tenga la información, más rápido aprende la tecnología y más valioso se hace. Mi trabajo es hacer programas que ayuden a estas redes neuronales a ser más ‘inteligentes’ para resolver grandes problemas de la humanidad”, explicó.
La IA necesita datos, sin información no hay IA. Cuanta más calidad tenga la información, más rápido aprende la tecnología y más valioso se hace
Para Wooldridge, los grandes retos en el uso correcto y productivo de la IA tienen que ver con varios aspectos relacionados con “la propiedad intelectual y cómo cambiarán las reglas de juego y condiciones en ese segmento; ¿Quién controlará esta tecnología? Y también cómo impactará al empleo y la capacidad de las tecnologías actuales (almacenamiento, procesamiento, redes) para el desarrollo de la IA en el futuro”.
Por su parte, Sandra Cortesi, una de las mayores expertas del mundo en temas de IA, juventud y sociedad, profesora de la Universidad de Harvard, quien participó en el panel ‘Futuro del trabajo y nuevas habilidades: preparándonos para un mundo impulsado por la IA’, dijo: “Deberíamos enseñar habilidades prácticas, cognitivas y sociales a la sociedad en materia de IA y seguir cuatro principios: una educación intencional de estas habilidades, en un concepto inclusivo, que sea a lo largo de la vida de las personas ( enseñar estas habilidades) y con la ayuda de todos los actores (educación, gobierno, sector privado) en un esfuerzo en conjunto”, para la apropiación y dinamización de la IA a todo nivel en un país.
María Lorena Gutiérrez, presidenta de Grupo Aval, quien estuvo en el panel ‘Economía y negocios: transformación de los modelos de negocio y el mercado global con IA’, señaló que “en política pública con el Conpes de IA y los temas de finanzas abiertas y datos abiertos, tenemos el marco perfecto, lo que no está claro es la institucionalidad y la regulación. En este momento se está definiendo esto en el país”. La ejecutiva considera que es un error satanizar la IA porque esto puede generar trabas que puedan afectar la innovación y sus beneficios.
Asimismo, Víctor Muñoz, exdirector del Dapre y presidente de la junta de la Fundación I+D, manifestó: “La tecnología no es un fin, es un medio. Es un humano el que decide cómo utilizar una tecnología como la IA, por eso la regulación no resuelve nada. La tecnología seguirá siendo la misma, pero es el uso que se le dé el problema, que si bien en algo puede mitigar la regulación, vemos que hay países y regiones del mundo que están tomando caminos distintos al respecto. Debemos evitar que haya fragmentación regulatoria porque eso sí puede frenar la innovación”.
Finalmente, Karthik Ramanna, profesor de Negocios y Políticas Públicas en la Escuela de Gobierno Blavatnik, Universidad de Oxford, explicó detalles de cómo el liderazgo empresarial se debe enfrentar a momentos complejos en términos de la confianza y la polarización, precisamente impactados por el influjo de la IA