Sin ahorrar para las pensiones del futuro, el panorama de los actuales trabajadores jóvenes es que no les va a alcanzar el sueldo para pagar los crecientes impuestos que se necesitarán para pagar las mesadas.
Ese es el panorama que se deriva del proyecto de reforma pensional que se radicará esta semana en el Congreso, según Mauricio Santa María, presidente del centro de estudios económicos Anif.
Frente a la propuesta dada a conocer el pasado martes, en esta entrevista la atención del exministro de la Protección Social y exdirector de Planeación se concentra en los efectos que tendrán los cambios propuestos en la posibilidad de pagarles a los pensionados en el futuro.
Sobre el enorme flujo de recursos que ya no irá a las cuentas de ahorros de los trabajadores sino que pasará a Colpensiones, señala que si sirviera para constituir reservas “sería un buen uso. Pero ya nos dijeron que eso es exactamente lo que no va a pasar”.
De acuerdo con el exministro, ante esa nueva responsabilidad que va a tener Colpensiones, esa entidad “no puede seguir dependiendo del Presidente de la República y que cada gobierno haga lo que quiera. Debe manejarse como una entidad que maneja ahorros del público y que, por lo tanto, debe ser responsable, y en eso la reforma no dice nada”.
De tiempo atrás se dice que una reforma pensional debe apuntar a más cobertura, equidad y sostenibilidad. ¿El proyecto radicado ayuda a la cobertura?
La cobertura es un grave problema porque es muy baja. Una de cada cinco personas que están en edad de pensionarse no se pensionan. Lo más grave es que ese número es mucho más bajo casi de cero, entre personas de bajos ingresos. Llevamos los últimos 20 años prácticamente con la misma cobertura. Eso es difícil de arreglar con una reforma pensional, porque está muy ligado con el mercado laboral, que tiene unas características en Colombia que excluyen a las personas de bajos ingresos, a las personas que ganan menos del salario mínimo.
Eso será insostenible. A la generación futura –los pelados que hoy tienen menos de 30 años– no les va a alcanzar el salario para pagar los impuestos para poder pagar esa deuda.
Debido a los altos costos de generar empleo formal, esas personas nunca logran cumplir los requisitos del régimen de prima media para pensionarse, es decir, nunca logran cumplir las semanas de cotización que se requieren para pensionarse.
Mientras no arreglamos los problemas del mercado laboral, cualquier reforma pensional que se haga va a ser muy difícil que mejore la cobertura.
Si es así ahora, ¿con reforma será más difícil lograr pensionarse cuando trabajadores con tres mínimos o menos, obligados a estar en Colpensiones, ya no tendrán la posibilidad actual de pensionarse con 1.150 semanas, sino con tres años más?
Sí, especialmente para las poblaciones de ingresos bajos, porque esas son las que tienen problemas para completar las semanas.
¿Que aporta el proyecto a la equidad?

Para el presidente de Anif, la transición planteada en el proyecto es muy corta para los trabajadores que llevan toda la vida cotizando.
El grave problema es que como los que se pensionan son los empleados formales –personas de ingresos medios y altos– los que reciben un subsidio son ellos. El subsidio surge de que lo que uno cotiza durante la vida no alcanza para pagar lo que va a recibir cuando se pensiona. Y ahora que todos vivimos más y hay menos hijos, ese subsidio en vez de achicarse se va agrandando, y lo pagamos todos a través de impuestos.
Las personas con una pensión de cinco o seis millones tienen subsidios que rondan los 800 millones de pesos en valor presente neto y eso va a seguir creciendo. Una persona que hoy esté con el régimen de prima media con pensión de un millón 500 mil pesos recibe un subsidio aproximadamente de un millón 200 mil. Y una persona con pensión de 20 o 21 millones recibe un subsidio de casi 12 millones de pesos. Eso quiere decir que el subsidio va a parar en mucha mayor medida a las personas con ingresos más altos.
¿Y los cambios propuestos no resuelven eso?
La reforma ataca ese tema por los laditos, porque pone un tope al subsidio en tres salarios mínimos, entonces obliga a que todos coticemos al régimen de prima media sobre nuestros tres primeros salarios mínimos, y el resto al régimen de ahorro individual. Pero el tope de tres salarios mínimos al subsidio sigue siendo muy alto, por eso en Anif hemos dicho que si ya la decisión es irse por un sistema de pilares, el tope debe estar en un salario mínimo. Más allá de un salario mínimo es seguir con los mismos problemas y seguir acumulando deuda que pagarán las siguientes generaciones, y seguirles dando subsidios a las personas de altos ingresos.
¿Cómo ve lo planteado para quienes no aportan o no logran aportar el mínimo requerido?
Como ya todos reconocemos que el mercado laboral impide que las personas de menores ingresos se pensionen, el Gobierno propone dar, a quienes nunca se van a pensionar, un subsidio de 223 mil pesos, lo cual está muy bien, y no es idea del Gobierno, eso ya existe. Los 223 mil pesos son la línea de pobreza extrema, que es lo que en Anif habíamos dicho desde hace un año. Lo que pasa es que el subsidio que da Colombia Mayor es de 85 mil pesos, que es muy bajo. El Gobierno inicialmente había dicho que 500 mil pesos, y nosotros dijimos que esa era la peor idea del mundo. Primero, 500 mil pesos es un monto que no hay cómo pagarlo. Costaba veintipico billones de pesos. Y segundo, si usted lo paga con cotizaciones, las cotizaciones que le quita a las personas se convierten en una deuda con esas personas.
El Gobierno ha dicho que no va a pagar con las cotizaciones, sino con el presupuesto. Ahí no sabemos bien cómo es la cosa, porque si se paga con el presupuesto de todas maneras mete las cotizaciones al gasto corriente. Entonces, el punto es que usted mire el déficit consolidado y que las cotizaciones las ahorren para poder pagar las pensiones futuras.
Eso lleva al tema de la sostenibilidad. ¿En este aspecto, a dónde cree que apunta el proyecto?
Si el techo para el primer segmento del pilar contributivo queda en tres salarios mínimos, como está en el proyecto, los subsidios van a seguir creciendo a futuro, porque la gente va a vivir más. Eso será insostenible. La generación futura –no la suya ni la mía, sino los pelados que hoy tienen menos de 30 años– no les va a alcanzar el salario para pagar los impuestos para poder pagar esa deuda.
Me parece increíble que, en lo que va a quedar en el pilar contributivo de prima media, no estén aprovechando para hacer una reforma de parámetros . Es el momento para reducir esos subsidios. Hubiera sido bueno cambiar la tasa de reemplazo y otros parámetros.
Hay quienes dicen que la mejor reforma pensional es una reforma laboral. Ya se radicó una. ¿Esta va a ayudar en ese sentido?
No. Desafortunadamente no, porque el problema que tiene el mercado laboral colombiano es que tiene unos costos de generación de empleo formal muy altos que afectan especialmente a los trabajadores de bajos ingresos. Es decir, las cargas no salariales son muy altas; las normas muy inflexibles; el salario mínimo, como proporción del salario medio, es muy alto. Y la legislación colombiana no deja que uno cotice ni que se pensione por debajo del salario mínimo. Si usted quiere de verdad permitir una mayor cobertura del sistema pensional, tiene que remover esos obstáculos del mercado laboral para que la gente pueda cumplir los requisitos en términos de cotización que tiene el sistema pensional de prima media o para que pueda acumular un capital necesario en el régimen de ahorro individual. Pero la reforma laboral lo que hace es aumentar esas trabas. Esa reforma viene a profundizar el problema, sobre todo en materia pensional.
Con la reforma, las administradoras de fondos de pensiones dejarán de recibir el 90 por ciento del flujo actual de aportes. Ese monto tan grande que ahora va a recibir Colpensiones ¿alcanzaría para constituir de nuevo reservas?
Esa pregunta es la clave. Esa primera parte del pilar contributivo se lleva entre el 80 y el 90 por ciento del ahorro, como usted bien lo menciona. Colombia es un país que ahorra en este momento, por mucho, 15 puntos del PIB. Si usted le quita esos dos puntos que están ahí, o un punto y medio, pues va a reducir aún más el ahorro, y el ahorro que hacemos todos los colombianos es el que financia la inversión tanto pública como privada. Como se dice popularmente, es ‘la pepa del asunto’: a cualquier gobierno le va a parecer lo máximo recibir 20 billones de pesos anuales y los querrá gastar. Si usted los utiliza para ahorrar, sería un buen uso. Pero ya nos dijeron que eso es exactamente lo que no va a pasar.
Para el gobierno actual o el que viene dentro de tres años, va a ser excelente tener un flujo tan grande para gastar y dar subsidios aquí y allá. Pero los gobiernos dentro de 20 años empezarán a subir impuestos para poderles pagar a esas personas que cotizaron y se empezarán a pensionar dentro de 10 o 15 años.
Sin embargo, en el proyecto se menciona la constitución de un fondo de ahorro.
El Gobierno ha dicho que quiere ahorrar un pedazo de ese flujo, y el proyecto tiene un artículo que habla del ahorro. Pero ahí todavía hay muchas preguntas, ahí sí nos quedan muchas dudas. De hecho, el proyecto de ley dice que eso lo reglamentará el Gobierno, y tendremos que ver eso cómo queda al final. Porque si vamos a cambiar una cosa para tener más gasto corriente y no construir reserva pensional a futuro, pues esto es un mal negocio sin duda. Ponerle un límite de tres salarios mínimos es casi que una estocada para el ahorro y para la posibilidad de pagar pensiones futuras. Una estocada final.
¿Ve a Colpensiones asumiendo la responsabilidad de semejante magnitud de flujo de recursos?
Bajo el nuevo esquema, necesitamos que el gobierno corporativo de Colpensiones mejore de manera sustancial, si va a manejar el pilar contributivo. No puede seguir dependiendo del Presidente de la República y que cada gobierno haga lo que quiera. Debe manejarse como una entidad que maneja ahorros del público y que, por lo tanto, debe ser responsable, y en eso la reforma no dice nada.
¿Si estuviera en sus manos, qué ajustes le haría al proyecto?
El primer peldaño del pilar contributivo en tres salarios mínimos es absolutamente insostenible. Profundiza el tema de los subsidios a las personas de altos ingresos. Como ya es un hecho que nos vamos a ir con un sistema de pilares, nosotros sí seguimos diciendo que eso hay que sentarlo en un salario mínimo y no en tres, porque ahí uno logra ponerle un techo al subsidio en un salario mínimo. Con eso no quita completamente el subsidio, porque una persona como usted o como yo igual va a recibir un pequeño subsidio sobre ese primer salario mínimo, pero le pone un techo en un salario mínimo.
Lo segundo es la financiación del pilar solidario: que haya claridad ahí. Que nos expliquen cómo se van a financiar esos 223.000 pesos que se les van a dar a las personas mayores en estado de pobreza. Porque si usted los financia con las cotizaciones que va a recibir por el pilar contributivo, pues empezamos mal.
Lo tercero es que se habla, también en el pilar solidario, de tener un esquema de devolución de los saldos que la gente haya ahorrado, así haya ahorrado poquito, a manera de mesada. Eso nos parece muy bien, pero también queremos ver de dónde va a salir la plata para financiarlo. Nosotros en Anif lo habíamos propuesto hace un tiempo. Que si usted logra ahorrar cualquier monto, el Gobierno le pusiera un monto adicional, y con eso su subsidio aumenta de 223.000 pesos a 300.000 a 350.000… Pero, igual, ahí la gran pregunta es de dónde va a salir lo que va a poner el Gobierno para financiar esa mesada.
Modificar las reglas de juego es traumático para los trabajadores. ¿Cómo se puede manejar ese hecho?
La transición es fundamental. Para nosotros es muy importante, y lo hemos repetido en todas partes. Usted no puede obligar al cambio de un sistema a la gente que ya ha estado toda la vida cotizando y que tiene una expectativa. Pero eso genera conflicto con la necesidad del Gobierno de tener mayores ingresos por cotizaciones. Entonces, un periodo de transición muy corto va a ser difícil de manejar para todos.
Lo que se necesita, por lo tanto, es un periodo de transición que respete a las personas que llevan algún tiempo cotizando o que tienen cierta edad, y que durante ese periodo de transición se vayan dando los ajustes requeridos. Creemos que ese periodo de transición debe ser más largo de lo que está proponiendo el Gobierno. Fíjese que el periodo de transición de la Ley 100, en el 93, fue de 21 años, fue hasta el 2014. Este periodo de transición que se está proponiendo es muy corto y ahí vamos a tener un problema importante.
MAURICIO GALINDO
Editor de Economía
@galmau
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