Phoenix alberga las tarántulas en dos lugares distintos, una habitación en su casa conocida como su “cueva de tarántulas” y un espacio adicional dedicado a la cría. Según explica, el espécimen más grande que posee tiene el tamaño de un plato de cena. “Suena como mucho, pero en el mundo de las arañas, no lo es”, explicó.
El interés de Phoenix por las tarántulas no es reciente. Como adolescente, tuvo una tarántula como mascota, aunque lamentablemente tuvo que renunciar a ella.
Años después, retomó la crianza de estos arácnidos como una vía para gestionar su salud mental, y desde entonces su colección ha crecido exponencialmente. Además, rescata arañas abandonadas y trabaja en un proyecto para venderlas a otros coleccionistas y amantes de las arañas.
A raíz de la exposición mediática por su colección, Phoenix halló una nueva forma de ayudar a las personas, acompañarlas en el camino de superar su miedo a las arañas. “Es muy gratificante”, aseguró y explicó que muchas personas se han acercado a él en busca de ayuda para superar la aracnofobia.
Este esfuerzo lo ha llevado a recorrer todo Inglaterra, visitando a personas que desean aprender más sobre las tarántulas y enfrentarse a sus temores. Según Phoenix, su método es efectivo: “En 9 de cada 10 casos, logro que pasen de estar aterrorizados a sostener una araña en sus manos. Es asombroso ver ese cambio”, relató.
El lugar que el hombre le da a las tarántulas en su casa: ¿cuánto espacio necesita para albergarlas?
Con más de 1.000 tarántulas, la pregunta obvia es: ¿cuánto espacio se necesita para albergarlas? Phoenix explicó que no tanto como se podría imaginar, de acuerdo a New York Post.
La mayoría de sus arácnidos están contenidos en una sola habitación de su casa, además del espacio dedicado a la cría. “Las crías, o spiderlings, suelen mantenerse en pequeños frascos hasta que crecen”, comentó.
Phoenix asegura que maneja sus tarántulas con precaución, especialmente al alimentarlas o trasladarlas, para evitar escapes. Su objetivo no solo es rescatar y criar arañas, sino también educar al público y desmitificar los temores que las rodean. Como él mismo lo expresa: “Creo que nací para salvar arañas, rescatarlas y ayudar a las personas a superar sus miedos”.