La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de ordenar ataques aéreos contra tres instalaciones nucleares en Irán desencadenó una intensa polémica en Washington sobre si el mandatario violó la Constitución al bombardear el país persa sin antes obtener la autorización del Congreso, como se supone lo establece la ley.
Esta semana, legisladores demócratas, respaldados por algunos republicanos, introdujeron sendas medidas tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, alegando que Trump, efectivamente, incumplió con las leyes vigentes y ordenando el cese de cualquier acción militar a futuro.
El debate puso en evidencia la histórica tensión que existe entre la letra original de la Constitución -que otorga solo al Congreso el poder declarar una guerra- y la práctica moderna, en la cual varios presidentes de Estados Unidos han llevado a cabo acciones militares sin el respaldo formal del Legislativo.
El mandatario republicano confirmó el sábado los ataques contra instalaciones nucleares de Irán. Foto:Trump
Los expertos coinciden en que la intención de los padres fundadores fue dejar esa potestad en manos del Congreso, mientras que, al presidente, como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, la tarea de ejecutar la operación una vez que la guerra fuese declarada. Eso, salvo que se tratara de una acción para repeler un ataque inminente, en cuyo caso el presidente estaría autorizado para actuar de manera unilateral.
Adicionalmente, el Tratado de la Carta de las Naciones Unidas, ratificado por Estados Unidos, también establece que ningún país puede usar la fuerza contra otro, salvo en defensa propia o con la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.
Planta nuclear de Isfahán, Irán, tras el bombardeo de Estados Unidos. Foto:AFP
En virtud de (1) una declaración de guerra, (2) una autorización legal específica, o (3) una emergencia nacional creada por un ataque contra Estados Unidos, sus territorios o posesiones, o sus fuerzas armadas
En 1973, y para aclarar aún más el tema, el congreso de Estados Unidos aprobó la Resolución de Poderes de Guerra (RSG) reiterando que el presidente solo puede intervenir militarmente “en virtud de (1) una declaración de guerra, (2) una autorización legal específica, o (3) una emergencia nacional creada por un ataque contra Estados Unidos, sus territorios o posesiones, o sus fuerzas armadas”.
Esta resolución, la RSG, es la que están usando los legisladores para denunciar la acción de Donald Trump contra Teherán.
La bomba GBU-57 que lanzó el ejército de Estados Unidos en Irán. Foto:AFP
A lo largo de la historia, y cuando se ha tratado de conflictos mayores como la Primera y Segunda Guerra Mundial, la guerra del Golfo Pérsico y, más recientemente, las guerras de Irak y Afganistán, los mandatarios de EE. UU. siempre han acudido al Legislativo en busca de dicha autorización. Sin embargo, en los últimos 50 años, los presidentes han invocado sus prerrogativas como comandante en jefe para lanzar ataques sin aprobación legislativa, en casos de intervenciones limitadas, como lo hizo Bill Clinton en Bosnia, Barack Obama en Libia, y el propio Trump en Siria, Yemen y ahora Irán.
En teoría, el Congreso podría iniciar un juicio de destitución contra un presidente por haber ignorado las leyes, aunque hasta este momento el Legislativo nunca optó por este camino.
Barack Obama, expresidente de EE. UU., también se enfrentó a una polémica por bombardear Libia. Foto:Getty Images via AFP
A su vez, el poder judicial se ha mantenido al margen de estos asuntos, alegando que las disputas sobre el uso de la fuerza militar constituyen “cuestiones políticas” que deben resolverse entre el Congreso y el Ejecutivo, postura que ha impedido una resolución definitiva sobre la legalidad de estas acciones en términos jurídicos.
Desde entonces, abogados del poder Ejecutivo -que defienden al presidente- han argumentado que el primer mandatario, como comandante en jefe, puede usar la fuerza militar unilateralmente si decide que un ataque redunda en el interés nacional y su naturaleza, alcance y duración previstos no alcanzan el nivel de “una guerra¨ en el sentido constitucional” y conllevaría poco riesgo de una escalada.
Esa fue la posición legal que adoptó Clinton, Obama y luego Trump durante su primer mandato (2017-2021).
El ayatolá iraní, Donald Trump y Benjamin Netanyahu. Foto:Archivo EL TIEMPO / Agencias AFP y EFE
“Dada la ausencia de tropas terrestres, la misión y el plazo limitados, y los esfuerzos para evitar la escalada, la naturaleza, el alcance y la duración previstos de estos ataques aéreos no alcanzarían el nivel de una ‘guerra’ a efectos constitucionales”, escribió Steven A. Engel, entonces fiscal general adjunto de la Oficina de Asesoría Jurídica, para justificar los bombardeos contra Siria.
La situación con Irán es al menos tan apremiante como otros casos en los que presidentes anteriores, de ambos partidos, han recurrido unilateralmente al uso de la fuerza.
Acusar a Trump de violar la Constitución borraría décadas de precedentes
Este martes, en un editorial que publica el diario Washington Post, tres expertos en la materia – Geoffrey Corn, de la Universidad de Texas; Claire Finkelstein, de la Universidad de Pensilvania; y Orde Kittrie, de la Fundación para la Defensa de la Democracia, alegan que, si bien tanto la Constitución como la RSG establecen claros límites, acusar a Trump de violar la ley borraría décadas de precedentes.
“La situación con Irán es al menos tan apremiante como otros casos en los que presidentes anteriores, de ambos partidos, han recurrido unilateralmente al uso de la fuerza. A diferencia de otras situaciones en las que presidentes recientes ordenaron acciones militares, la amenaza para Estados Unidos de un Irán con armas nucleares es directa. Estados Unidos correría un grave riesgo de un ataque nuclear iraní contra las fuerzas navales estadounidenses en el Golfo Pérsico o bases aéreas vecinas, sobre todo teniendo en cuenta que Irán ha atacado durante décadas al personal estadounidense directamente y a través de sus aliados”, destacaron los expertos.
Demócratas dicen que el Legislativo debía aprobar el ataque a Teherán. (Esta es una foto de archivo) Foto:Chip Somodevilla. AFP – Archivo EL TIEMPO
Sin embargo, muchos juristas y políticos sostienen que bombardear instalaciones nucleares de una potencia regional como Irán implica un riesgo real de escalada bélica y supera el umbral de una simple intervención. Por tanto, argumentan que la autorización del Congreso para este caso sería necesaria.
De hecho, durante la campaña presidencial del 2024, figuras que hoy están en la administración Trump como Tulsi Gabbard -directora de Inteligencia Nacional- y Robert F. Kennedy Jr. —actual secretario de Salud y Servicios Humanos— manifestaron su oposición a esa visión legal del Ejecutivo, particularmente, para el caso de Irán.
Del autoritarismo nacional, Trump ahora pasa al autoritarismo internacional en el que el presidente puede desplegar, por capricho, las fuerzas armadas más poderosas del mundo
Joe Biden, en ese momento aún presidente, también consideró que atacar a Teherán sería “una guerra en el sentido constitucional” y, por tanto, inconstitucional sin el aval legislativo.
De acuerdo con Oona Hathaway, profesora de Derecho de la Universidad de Yale, la decisión de Trump es peligrosa no solo porque viola normas internas (la Constitución) y externas (la ONU) sino por lo que implica hacia adelante.
Ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí Foto:EFE
“La falta de restricciones legales efectivas para el presidente, no solo afecta el equilibrio de poder y la seguridad nacional de Estados Unidos. Del autoritarismo nacional, Trump ahora pasa al autoritarismo internacional en el que el presidente puede desplegar, por capricho, las fuerzas armadas más poderosas del mundo. En este caso, al no lograr los acuerdos fáciles que había prometido, Trump ha demostrado que abandonará la diplomacia y la negociación en favor de la fuerza. Sus acciones podrían envalentonar aún más a los autoritarios de todo el mundo a hacer lo mismo, dando un ejemplo de una anarquía que tiene el poder de transformar el orden jurídico global regido por la ley a uno regido por la fuerza”, opina Hathaway.
El debate, en todo caso, está lejos de terminar. Actualmente, dado que los republicanos controlan ambas cámaras del Legislativo, es improbable que avance una legislación que limite el poder de Trump. Y, aún si lo logran -lo cual es posible dado que hay fracturas entre los republicanos- Trump podría usar su poder de veto para oponerse.
En gran medida, mucho va a depender del curso que tome el conflicto en Oriente Medio.
Si se resuelve pronto, probablemente baje la presión y se silencien las voces que hoy demandan más límites para el mandatario. Pero si se expande, lo más probable es que crezcan y se tornen en un problema para el líder republicano.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
@sergom68
Trump anunció alto al fuego entre Israel e Irán. Foto: