En noviembre de 2022, la Secretaría de Movilidad empezó a aplicar el límite máximo de velocidad en los últimos cuatro corredores en los que se podía circular a 60 kilómetros por hora: la Autonorte, calle 26, carrera 7.ª y Autosur entre la carrera 74G y Soacha. Desde ese momento, ningún vehículo, en ninguna vía del Distrito Capital, puede circular a una velocidad superior a los 50 kilómetros por hora.
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Con este anuncio, la entidad completó un proceso que arrancó en noviembre de 2018, cuando la medida se empezó a aplicar en cinco corredores viales principales: carrera 68, avenida Boyacá, avenida Ciudad de Cali, calle 80 y avenida de las Américas.
Meses después, y a través del Programa de Gestión de la Velocidad, la medida llegó a la calle 13, NQS, avenida Primero de Mayo, avenida Suba y avenida Villavicencio.
Y con la llegada del coronavirus los cambios se aceleraron. En mayo de 2020, la alcaldesa Claudia López anunció la decisión de implementar el límite máximo de velocidad en toda la ciudad en 50 km/h (con algunas excepciones para los 60 km/h), lo que se confirmó posteriormente con el decreto distrital 073, del 16 de marzo de 2021. Según el Distrito, las modelaciones les indicaron que esto permitiría salvar 268 vidas entre 2020 y 2023.
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Está decisión tuvo mayor respaldo con la aprobación de Ley 2251 o ley Julián Esteban, cuyo propósito es reducir a nivel nacional el número de siniestros viales adoptando ese límite de velocidad.
“A nivel mundial se ha demostrado que el exceso de velocidad es el principal factor de riesgo en la siniestralidad vial, ya que a mayor velocidad es mayor la probabilidad de una colisión, disminuye la capacidad de reacción y aumenta la distancia necesaria para detener totalmente el vehículo. Es decir, la gravedad de cualquier conducta de riesgo en la vía está directamente relacionada con la velocidad de circulación”, explicó la Secretaría de Movilidad sobre la implementación total.
¿Ha funcionado?
De acuerdo con la Secretaría de Movilidad, desde que se inició la implementación de la medida, en octubre de 2018, hasta diciembre del año 2022 se han logrado salvar en promedio 200 vidas en los corredores donde ha sido aplicada.
“En los corredores más críticos en cuanto al tema de siniestralidad se tiene una reducción del número de fallecidos en el año 2022 con respecto al promedio de los años 2015-2017 (cuando aún no se implementaba el Programa de Gestión de Velocidad) en la Boyacá, las Américas y la Primero de Mayo”, agregó la entidad.
Asimismo, según un estudio de World Resources Institute, a partir de datos de la Secretaría de Movilidad, con corredores de 50 kilómetros por hora se salvaron 13 vidas por cada 10 kilómetros de vía arterial. En aquellas vías en donde además hay cámaras de fotodetección, el dato subía a 24 vidas salvadas.
“Reducir simplemente de 60 a 50 kilómetros por hora reduce en un 45 por ciento las víctimas fatales. Por ejemplo, en París ese límite ya bajó a 30 en la zona urbana porque vieron la necesidad de que 50 sigue siendo mucho. Ahora, si se reduce de 40 a 30, la probabilidad aumenta al 72 por ciento”, dijo Jessica Kisner, gerente de Seguridad Vial de WRI Colombia, aliada de la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial Mundial (BIGRS).
No obstante la implementación de estas medidas, al revisar los datos del Observatorio de Movilidad de la capital, el panorama no es alentador. Solo el año pasado 559 personas murieron en siniestros viales, de las cuales 210 eran peatones. Además, en 2022 ocurrieron 2.845 casos de atropello en las vías de la ciudad, siendo la cifra más alta de este tipo de casos desde 2019.
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Exceso de velocidad
Uno de los aspectos que más llaman la atención –y que podría explicar el fenómeno de la accidentalidad– es el irrespeto por la medida. De hecho, de las 1’171.494 multas que se impusieron entre fotocomparendos y notificados en vía, el 47,8 por ciento, es decir, más de 560.000, corresponden a comparendos por conducir con exceso de velocidad. A este tipo de infracciones les sigue el estacionar en sitios prohibidos y no realizar la revisión técnico-mecánica con algo más de 140.000 registros entre las dos.
No hay que olvidar que desde septiembre de 2022 la responsabilidad de una multa por exceso de velocidad impuesta tras una fotodetección es del propietario del vehículo.
Datos de la Secretaría de Movilidad indican que en la autopista Norte con calle 95, en sentido norte-sur, es la vía en donde más se imponen este tipo de comparendos en la modalidad de fotodetección. En el escalafón también se encuentran otros puntos de esta vía: la calle 183 y la 127B, así como la avenida de las Américas con carrera 78 y la NQS a la altura de la 73.
José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional, les ha seguido la pista a esta y otras medidas. A su juicio, el efecto no ha sido el esperado por un motivo de cultura ciudadana y falta de regulación.
“Nos falta algo más que infraestructura y tecnología para gobernar comportamientos y nos hace falta autocontrol para cumplir la norma. Desafortunadamente esto ha generado un aumento de la siniestralidad vial y esto debería ser una llamado a la Agencia Nacional de Seguridad Vial para que adopte otras medidas más allá de la señalética”, mencionó Rojas.
Con respecto a los comparendos realizados en vía por esta misma infracción, la avenida Ciudad de Cali a la altura de la diagonal 25G encabeza el listado. Aquí, nuevamente, una de las últimas vías en donde empezó a regir la medida aparece en el escalafón: se trata de la calle 26 con la carrera 45.
Más allá de la medida
Si en algo coinciden los expertos es en que limitar la velocidad no es suficiente para tener un efecto certero en términos de seguridad vial. Para Kisner son claves la infraestructura y el contexto de la vía en donde se pretende establecer el límite.
“Decir que el corredor pasó a 50 kilómetros por hora solo es la mitad de la tarea, hay que juntar la infraestructura y el diseño, es decir, crear carriles más angostos o instalar medidas de gestión que ayuden a que la velocidad sea menor”, dijo, y agregó: “Es importante el tema del control a través de agentes en vías y de cámaras”.
En ese sentido, Movilidad insiste en que las medidas han venido acompañadas de otras acciones. “Adquirimos 109 cámaras, de las cuales tenemos operando en fotodetección 72, y estamos haciéndoles mantenimiento a las que se nos vienen dañando, que son un número sustancial”, le dijo a EL TIEMPO la secretaria de Movilidad, Deayanira Ávila, días atrás.
Finalmente, la entidad explicó que el programa incluye la evaluación de los límites de velocidad según la función, entorno, estado y características operativas de la vía, “incluyendo la presencia y densidad de usuarios viales, para establecer límites de velocidad apropiados y coherentes, y medidas para el cumplimiento que mejoren la seguridad vial y el entorno vial para todas las personas”.
CAMILO A. CASTILLO
REDACCIÓN BOGOTÁ
ccastillo@eltiempo.com
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