Luego de dos años de estar fuera del mercado de Bogotá y Cundinamarca, el Aguardiente Amarillo de Manzanares, uno de los productos insignia de la Industria Licorera de Caldas (ILC), vuelve a ser comercializado en la capital del país.
Así lo confirmó la Gobernación de Cundinamarca a través de la Resolución No. 00000793 del 5 de junio de 2025, expedida por la Secretaría de Hacienda de ese departamento.
Con esta decisión, la ILC recibe autorización por un periodo de diez años para introducir y distribuir el Aguardiente Amarillo de Manzanares en todas sus presentaciones dentro de la jurisdicción de Cundinamarca, lo que incluye a Bogotá.
El fallo que abre las fronteras
El regreso del Aguardiente Amarillo se produce en cumplimiento del fallo de la Corte Constitucional del pasado 4 de febrero, que abrió las fronteras comerciales para la venta de aguardientes en Colombia. Esta decisión judicial dejó sin efecto las restricciones departamentales que limitaban la distribución de licores entre territorios, en aras de fomentar la libre competencia y proteger los derechos de los consumidores.
La sentencia fue celebrada por distintos actores del sector licorero, al considerar que contribuye a dinamizar el mercado y brindar más opciones al público. En ese contexto, la ILC solicitó nuevamente la autorización para operar en Cundinamarca, una petición que fue acogida favorablemente por las autoridades.
Producción y distribución de Aguardiente Amarillo. Foto:Jaiver Nieto Álvarez
Un mercado clave
Cundinamarca, y especialmente Bogotá, representa uno de los mayores mercados de aguardiente en el país, con un consumo estimado de 15 millones de botellas anuales. Por ello, el gerente general de la ILC, Diego Angelillis Quiceno, calificó la noticia como “extraordinaria” y destacó su relevancia para la compañía.
“Podemos regresar a Bogotá y Cundinamarca, que representan el segundo mercado de aguardiente más importante del país. Tenemos una oportunidad muy grande de ganar mercado, ya que los consumidores conocen la calidad superior del Aguardiente Amarillo de Manzanares y hace mucho estaban esperando que volviéramos con este producto”, señaló Angelillis.
Tractomulas Foto:ILC
Con la reapertura del mercado en Cundinamarca, la ILC ya suma cinco departamentos donde cuenta con autorización para comercializar su aguardiente insignia: Nariño, Caquetá, Antioquia, Cauca y ahora Cundinamarca. La empresa continúa trabajando en su estrategia de expansión a nivel nacional, apoyándose en el posicionamiento que ha logrado construir con el Aguardiente Amarillo, una bebida que ha sido reconocida por su sabor suave y su alta calidad.
Angelillis resaltó el compromiso de la empresa con esta nueva etapa comercial y confió en que el respaldo del equipo interno y del distribuidor en Cundinamarca permitirá una reintroducción exitosa del producto. “Es un reto y una oportunidad histórica para nuestra empresa, pero contamos con el equipo humano, el conocimiento y el apoyo de nuestro distribuidor para que muy pronto los bogotanos puedan disfrutar nuevamente del Aguardiente Amarillo de Manzanares”, concluyó.
Un producto con historia
Producción y distribución de Aguardiente Amarillo. Foto:Jaiver Nieto Álvarez
El Aguardiente Amarillo de Manzanares es considerado uno de los pioneros en el mercado de aguardientes en Colombia. Su fórmula, desarrollada por la Industria Licorera de Caldas, ha tenido una importante acogida en distintas regiones del país. El producto estuvo presente en Bogotá, ganando un lugar en la preferencia de los consumidores.
No obstante, en 2023 su distribución en Cundinamarca fue revocada, en medio de disputas territoriales por los derechos de venta y distribución de licores entre departamentos. La sentencia de la Corte Constitucional zanjó esas disputas al declarar la inconstitucionalidad de las restricciones que impedían el acceso libre de aguardientes entre regiones.
Ahora, con el nuevo permiso y un panorama legal más favorable, la ILC planea recuperar el terreno perdido en uno de los mercados más competitivos del país.
Aunque la resolución ya fue emitida, la ILC deberá ahora coordinar con su red de distribución en Bogotá y Cundinamarca para retomar las ventas en puntos de consumo, licorerías y grandes superficies. También se espera el relanzamiento de campañas publicitarias y estrategias que acompañen el retorno del producto al mercado capitalino.
Este regreso también podría influir en la dinámica del mercado local de licores, dominado históricamente por marcas regionales como Aguardiente Néctar, con sede en Cundinamarca.