Emergencia ambiental en el atlántico con mangalres muertos en Sabanilla – Barranquilla – Colombia

Vanexa Romero/El Tiempo

Manglares muertos ubicados atrás de la vía conocida como ‘Los Manatíes’ en Sabanilla, Atlántico, cerca a Punta Roca, alertan a la comunidad científica del Atlántico y a habitantes del sector. 

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De acuerdo con residentes, estos manglares comenzaron a morir hace tres años, sin embargo, imágenes satelitales muestran su deterioro desde hace un año y medio.  

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La zona identificada entre los Manatíes y la ciénaga de Mallorquín, en el Atlántico, cuenta con la presencia constante de animales de rapiña como los buitres. 

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Para llegar a dicho lugar, existen trochas entre terrenos privados aledaños a la carretera conocida como la vía de ‘Los manatíes’ o caminando por la orilla del mar desde Punta Roca. 

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Por el color de la vegetación, el cual no corresponde a un manglar sano, los biólogos de la Fundación Batis comprobaron la mortandad del manglar contiguo al mar.

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A pesar de la situación ambiental, el lugar es considerado como un aeropuerto de aves migratorias quienes llegan allí para alimentarse. 

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“Lamentablemente esta zona ha sido descuidada y no ha tenido suficiente monitoreo ni el proceso de conservación efectivo”, afirmó el biólogo Cáceres. 

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De igual manera, pescadores del corregimiento ‘La Playa’ también asisten al sitio a pescar, sin embargo, afirman que no hay una buena racha por estos días. 

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La delicadeza del caso radica en que un manglar es considerado como una solución al cambio climático, debido a que este ecosistema es capaz de absorber el dióxido de carbono que se genera en la tierra.

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Por lo tanto, su muerte representa un daño ecológico irreparable el cual también es alimentado por las malas practicas en el manejo de residuos por parte de personas que los arrojan allí, cerca a la orilla del mar.  

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Lo poco que se pesca es utilizado para alimentación propia por parte del grupo de pescadores allí presentes. Sin embargo, dichos peces pueden estar contaminados por las condiciones ambientales.  

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Otro de los grandes beneficios del manglar es que funciona como una barrera viva contra los embates del mar. Asimismo, el ecosistema es conocido como la ‘sala cuna’ del mar, según explica Cáceres, porque casi el 80 % de la pesca comercial mundial depende de los manglares.

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De acuerdo con el biólogo ambiental Samuel Cáceres, quien ha hecho seguimiento a la problemática, se trata de aproximadamente 100 hectáreas afectadas posiblemente por la ruptura de algún flujo de agua. 

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El lugar es criadero de cangrejos violinistas, como son llamados por poseer una sola tenaza. Estos se entierran en la arena para protegerse. 

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En el trabajo que viene realizando la Fundación Batis en este ecosistema, han identificado especies que se han visto afectadas, como el colibrí manglero, en peligro crítico precisamente por pérdida de hábitat.