Barranquilla: así se reintegran los exguerrilleros de las Farc – Barranquilla – Colombia

Mientras se anuncian propuestas de paz total y se intenta consolidar el acuerdo firmado hace más de un lustro, en Barranquilla y Atlántico se ponen en práctica acciones pacíficas a partir de la exposición de saberes ancestrales culturales.

Y quienes participan en estas actividades son justamente los que decidieron dejar la guerra en el pasado y reincorporarse al entorno social, a través de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) y el programa de construcción de cambio y atención a víctimas con perspectiva de derechos de la Secretaría de Gestión Social Distrital.

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En este departamento, 69 personas están en proceso de reincorporación, sin presentarse contra ellos homicidios o atentados. No obstante, prefieren visibilizar su proyecto manteniéndose en el anonimato, por su seguridad.

Por lo anterior, uno de los beneficiarios no cuenta sobre lo que fue su vida hace unos años, cuando mantenía “en la lucha”, defendiendo sus ideales, sea vestido de camuflado o aportando desde el intelecto.

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Excombatienes

Actividad de excombatientes con la comunidad.

Ahora, prefiere narrar su presente, el mismo que le está permitiendo resocializarse, sirviendo a comunidades vulnerables de la localidad Suroccidente de Barranquilla, donde han identificado que la niñez, la adolescencia y la juventud han dejado a un lado los juegos tradicionales por ser atraídos por los aparatos tecnológicos y el mundo digital.

“La idea es darle a conocer a los niños otras maneras, que no se inclinen por un proceso por el que nosotros pasamos. Por un motivo llegamos a la guerra, pero en este tiempo, como firmantes de paz, ya pensamos diferente. Por ejemplo, a mí no me gusta mirar el monte ni aquí al frente, antes me fascinaba. Ahora lo miro y me da como terror”, dice el hombre.

Un proceso de rescate y para la no repetición

Se trata de un proceso de construcción de memoria para la no repetición y rescatar y fortalecer los saberes ancestrales.

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Para lograr ese objetivo, él, junto con un grupo de reinsertados, asiste a trabajos comunitarios para dirigir procesos de rescate de juegos tradicionales y construir por esa vía una sana convivencia y métodos de paz.

En ese sentido, cada 15 días organizan tertulias con saberes ancestrales culturales que van transmitidos a niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Los temas a enseñar varían según la época del año.

Por un motivo llegamos a la guerra, pero en este tiempo, como firmantes, ya pensamos diferente. A mí no me gusta mirar el monte ni aquí al frente, antes me fascinaba

Por ejemplo, al llegar agosto, los excombatientes se integran con los menores para enseñarles a elaborar y volar una cometa. Para esta clase, los espacios abiertos son las mejores aulas y cualquier bordillo hace las veces de un cómodo pupitre.

“Estamos haciendo este programa que ya veníamos trabajando con anticipación e incluimos los juegos ancestrales, en el cual habíamos escogido, entre otros, la cometa, que también es uno de los juegos que se ejercen en estos tiempos”, explica el firmante de paz.

El paso a paso para darle forma a la cometa

Ante la mirada atenta de los pequeños, quienes se refugian del inclemente sol bajo la sombra que da un palo de mango, llega con unos maderos de bambú, seis piezas de cometas con los colores azul, salmón, amarillo, morado, verde y rojo, pegante, tela y nylon.

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Cada paso que da, lo explica. De pronto, el ‘astro rey’ le alcanza a iluminar su rostro, por lo que debe acomodarse la cachucha que trae puesta para cubrirlo. Pese a que aprendió durante su infancia, juntar el bambú para darle forma a la cometa le significa al ‘profe’ una dura ‘batalla’.

Pero después de sudar la ‘gota gorda’, el hombre, vestido con camisa de cuadros encajada al blue jean y un par de zapatos de charol con amplio recorrido, logra su cometido. Recorta las piezas de papel en forma triangular y les pega sus bordes al bambú.

Es una colorida cometa que ya tiene forma. Los muchachos, alumnos del reincorporado, se emocionan y sonríen, creen que ya está lista para volar. Pero les hace una salvedad: ¡Momento! Hace falta la cola. Un pedazo largo de tela azul que ajusta en la parte de atrás del artefacto.

Cometas

Elaborar cometas hace parte de las actividades lideradas por los desmovilizados.

Mientras que, adelante, le da la estocada final con unos cuantos metros de nylon para poner a volar la misma. Unos 20 minutos le tomó armarla. “Ahora les toca a ustedes”, manifiesta el hombre dirigiéndose a los niños, quienes cuentan con las herramientas para hacer sus cometas, teniendo como modelo la del ‘profe’.

Va pasando por cada uno de los puestos y les afina detalles, a otro le da el visto bueno y, un tiempo después, todos tienen lista su creación. Se levantan del bordillo, y el director de la clase hace el primer intento para volarla. De pronto, aprovecha un fuerte viento, le da cuerda y se eleva la cometa.

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Los otros juegos ancestrales que se proponen rescatar

De a poco, el cielo de esa zona se iba llenando de color con los objetos voladores a medida que cada uno iba logrando poner su cometa en el aire, como lo hizo el profesor.

“Me sentí muy contento, porque, como dice el dicho, recordar es vivir. Yo tengo 66 años y estamos recordando juegos de hace 50 años. No solo yo, sino todos los adultos mayores que estamos aquí, nos sentimos bastante compenetrados en la actividad”, aseguró el reincorporado.

Si bien la cometa es el hobby de la época, los reinsertados se trazaron la tarea de impedir que se pierdan otros juegos, como la chequita, la peregrina, en el caso de las niñas, la bolita ‘e uñita y el yoyó.

De acuerdo con cifras oficiales del Distrito, esta actividad impacta a aproximadamente 80 personas. De los cuales, 30 son adultos mayores y 50 son niños.

“Hacer una tertulia es poder sentarnos a realizar el ejercicio de darle voz a estas personas mayores, de dar la oportunidad de poder contar su historia, hablar de sus recuerdos. Muchos, de manera directa o indirecta, fueron desarraigados de sus territorios en el marco del conflicto armado. También sirve para dignificar a los adultos mayores”, cerró una vocera del programa de atención a víctimas.

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Es así como este grupo de reincorporados refleja su voluntad de paz, impartiendo valores y rescatando saberes ancestrales culturales, dirigiéndose a los niños y, al menos por un momento, divirtiéndose como niños.

Deivis López Ortega
Corresponsal de EL TIEMPO Barranquilla
En Twitter: @DeJhoLopez


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