Colados en TransMilenio | ¿Un problema que le quedó grande a Bogotá? – Bogotá


Se duplicaron los colados en TransMilenio (TM). Si bien en 2019, la Universidad Nacional publicó un estudio –hecho entre 2018 y 2019– en el que detectó que la evasión era del 15,36 por ciento y le costaba 222.000 millones de pesos anuales al sistema, hoy el panorama es mucho peor.

Entre 2021 y 2022, TM tomó las metodologías y aprendizajes de la Nacional y realizó un nuevo estudio. Detectó que en el primer semestre de 2022 encontró que la evasión ya era del 29,66 por ciento.

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Este nuevo estudio mostró también que la mayoría de colados entra de manera irregular al sistema por los torniquetes (15,1 %), los otros por las barreras de control y acceso (BCA) de discapacidad (10,4 %) y otros accesos, como las puertas laterales (4,1 %). Las troncales con mayor evasión son la Caracas Centro, Caracas Chapinero y la carrera 10, donde 4 de cada 10 pasajeros son colados. Y detectó, además, niveles críticos de evasión en estaciones como Molinos (69,9 %) y Socorro (58,2 %) en Usme, al igual que en Bicentenario, en el centro.

EL TIEMPO, incluso, verificó esta situación en Molinos. A las 8:30 a. m. de un jueves, en un lapso de 10 minutos, este diario contó a 93 colados ingresando por una de las puertas laterales. En medio de ese conteo, un bus K54 paró y recogió a los pasajeros: fácilmente, más de la mitad de las personas que lo abordaron eran colados.
–No hagan eso. Favor validar el pasaje –le dijo, en un momento, la vigilante que supervisaba los torniquetes, a un grupo evasores.

–¡No sea sapa! –le respondieron en coro no solo los evasores, sino otros pasajeros que sí pagaron.

–Esos son los mismos que les roban el celular. Después se están quejando –les contestó la vigilante.

Y no parece haber ningún temor a la ley. La estación Molinos queda justo en frente de un Centro de Atención de la Fiscalía: a las afueras del lugar, hay parqueadas patrullas y circulan policías.

Retomando. El estudio de TM, incluso, documenta casos especiales, como el de la zona del centro y San Victorino, que “cuenta con una dinámica comercial que genera la mayor carga de usuarios y novedades de evasión los días de promoción o acciones conjuntas de los comerciantes concentrándose especialmente los miércoles, sábados y domingos”. O, también, explica que “en jornadas de la noche habitantes de calle generan paso a usuarios manipulando torniquetes y cobrando por esta acción; estaciones como Jiménez, Policarpa, Ricaurte, Santander, Bosa y Nieves son algunas de las que presentan esto”.

Todo eso sin contar el drama oculto de la evasión del zonal. Hoy, no se tienen cifras de cuántas personas se cuelan en los buses del SITP. TM, sin embargo, le confirmó a este diario que ya están montando una metodología para aplicar un estudio a finales de 2022.

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¿Cómo llegamos aquí?

De acuerdo con Luz Janeth Forero, directora técnica de Seguridad en TM, la evasión es un fenómeno multicausal en que se cruzan contextos socioculturales, económicos, urbanos y de movilidad. “Está la cultura de la ilegalidad. Lo hacemos sin el menor temor (…) Pero la evasión termina siendo un acto individual con un enorme impacto colectivo”, le dijo Forero a EL TIEMPO.

Aunque la directora reconoce que analistas han hablado de una problemática económica que llevaría a la población a recurrir a esto, asegura que “puede ser un factor asociado, pero no en la magnitud que la gente cree. Nuestra etnografía nos muestra que cuando se presiona a la gente, encuentran su tarjeta con saldo o plata”.
Y así lo demostró, literalmente, un colado que Citytv captó en el acto y cuya respuesta se ha hecho viral:

–¿No tiene plata para el pasaje? –le dijo la periodista.

–Claro, de 50 –le contestó el hombre, mostrando varios billetes– plata es lo que hay, lo que pasa es que a uno, papaya que le dan, papaya partida. Organicen esto mejor, todas las puertas abiertas, aquí se le ‘cola’ hasta un elefante.

Por otra parte, María Carolina Castillo, presidenta de ProBogotá, Fundación que hace unas semanas adelantó foro ‘Hablemos de evasión’, asegura que una de las causas estructurales del problema es la falta de pertenencia y de cultura ciudadana hacia TM. “Hay que recuperar el amor por el sistema. Ha sido cuestionado y criticado de manera agresiva en los últimos años”, dice Castillo y a esto suma “un rezago en inversiones que hace que las condiciones operacionales del sistema sean retadoras”.

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¿Qué hacer?

De acuerdo con Forero, TM tiene un plan estratégico con cuatro pilares: monitoreo y seguimiento; prevención, cultura ciudadana, incidencia y corresponsabilidad; fiscalización; e infraestructura.

En el pilar de monitoreo está contemplado actualizar los diagnósticos de evasión –se hará un nuevo estudio entre octubre y noviembre– y, además, implementar una medición con inteligencia artificial. Este sistema, de hecho, ya funciona en algunas de las estaciones con peores índices de evasión y consiste en cámaras que detectan a los infractores y, a través de un software, arrojan información periódica de la tasa de evasión y otros detalles que permitirán a las autoridades hacer un trabajo de acupuntura, estación por estación. Como explica Forero, cada punto tiene dinámicas distintas de evasión y necesita de acciones puntuales.

En términos de cultura ciudadana, una de las acciones más recientes ha sido la campaña ‘Próxima parada’, en la que usuarios de las estaciones Ricaurte, El Tiempo, calle 187, Universidad Nacional, Prado y Paloquemao vivirán una representación teatral para conocer el ‘Decálogo de viaje’ que incluye, entre otras cosas, mensajes que llaman a pagar por el servicio. En ese pilar también se trabaja con universidades, para reducir evasión desde estudiantes. Esta experiencia ya se aplicó en la anterior administración con el Sena, pero, dice Forero, es clave extenderla a otras áreas. “En Las Aguas es imposible y ya sabemos cuál universidad tenemos allí”, dice.

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En cuanto a fiscalización aplican dos tipos de controles, uno que incluye reguladores, gestores de convivencia y equipo territorial y otro que implica presencia de Policía. No obstante, no ha sido fácil: “En un mes, de esos equipos, ya llevo 42 personas lesionadas por haber requerido a una persona que evadía el pago del sistema: de estas 42, una estuvo 10 días en una UCI”. Otro reto, agrega, es la focalización de acciones, pues los presupuestos asignados no alcanzan: “un esquema óptimo de vigilancia privada para el sistema cuesta 80.000 millones de pesos. Y normalmente el recurso que tenemos para eso no supera los 20.000 millones”.

Y en términos de infraestructura se están haciendo varias intervenciones. Como medida temporal se están instalando electroimanes en los torniquetes para población con discapacidad: solo dan paso con una tarjeta TuLlave para personas con discapacidad. “Ya ha frenado un poco la evasión y en septiembre tendremos ese reforzamiento en casi todas las estaciones”. También se está adelantando un piloto de bloqueo en torniquetes, para evitar la evasión por balanceo del dispositivo; contratos de puertas laterales donde los contratistas se comprometen con un tope mínimo de evasión y, si se comprueba que se colaron más personas de ese tope, ellos asumen el costo.

Y, finalmente, se evalúa dónde se pueden instalar torniquetes tipo puerta piso-techo.

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Sugerencias multiactor desde ProBogotá

ProBogotá publicará el documento ‘Hablemos de evasión: aproximación al fenómenos y problema en TransMilenio’, que no solo reúne los hallazgos que salieron del foro que convocó a más de 60 personas que pertenecían a sectores como TM, academia y operadores, sino las recomendaciones para reducir los niveles de evasión. Entre las medidas sugeridas está “contemplar la posibilidad de hacer un ‘relanzamiento’ de TM para cambiar la imagen del sistema” y recuperar la cultura ciudadana; contemplar el control aleatorio de verificación del pago de pasaje; multas que se compensen a través de trabajo comunitario; retenciones de tiempo; revisar las tarifas a la luz de la capacidad de pago del ciudadano; recuperar los entornos degradados de las estaciones, entre otros.
ProBogotá alerta que atacar esta problemática es más que urgente: “Si no se toman medidas conjuntas, TransMilenio y la ciudad estarían perdiendo cerca de 551.200 millones de pesos, un 112 % más que en 2019 por concepto de evasión de pago”, dice el documento.

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ANA PUENTES
En Twitter: @soypuentes



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