Este domingo, los chilenos se darán cita en las urnas para decidir el destino de la propuesta de nueva carta magna entregada por la Convención Constitucional luego de un año de trabajo marcado por las polémicas entre sus integrantes y por lo acordado.
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Lo que está claro es que más allá del desenlace del referéndum -cuyo resultado es incierto debido a factores inéditos, como el voto obligatorio- la única verdad que parecen compartir partidarios del “Apruebo” y del “Rechazo” es que el proceso constitucional proseguirá.
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Ya sea para ajustar algunos artículos que son objeto común de polémica y desarrollar las leyes necesarias para cumplir con la nueva carta magna, en caso de que gane el “sí”, o para crear otro texto, que igualmente deberá ser consensuado y sometido a plebiscito obligatorio, en caso de que triunfe la opción del “no”.
El voto obligatorio es, junto a la cantidad de nuevos electores, en su mayoría muy jóvenes, las variantes que probablemente desequilibren la balanza y que complican los pronósticos. Es la primera vez desde 2012 en que el sufragio es obligatorio y universal.
El pasado viernes, la panorámica de la Alameda, en Santiago, se compuso de decenas de miles de personas en el cierre de campaña del Apruebo que contrastó con el evento privado con el que los adherentes del Rechazo pusieron fin a sus actos proselitistas tras casi dos meses de propaganda electoral.
Pero, sin importar los bandos, lo claro es que las dos coaliciones oficialistas -Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático- firmaron semanas atrás un documento en el que se comprometían a proponer reformas constitucionales en cuestiones que no han generado amplio consenso y a trabajar juntos en el desarrollo en el caso de que los chilenos opten por el “sí”.
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Cierre de campaña en las calles de Santiago de Chile.
Los resultados de los últimos tres sondeos publicados a mediados de agosto, los últimos permitidos, arrojaron que el triunfo de este domingo será para la opción del Rechazo.
Los estudios de opinión liderados por las firmas Cadem, Black and White y Activa Research tuvieron muestras que oscilaron entre las 1.000 y 2.000 personas, y cuya tendencia indica que el Apruebo a la propuesta perdería con una desventaja que va desde los 7 hasta los 16 puntos frente al Rechazo, de acuerdo a cada estudio.
Sin embargo, para algunos analistas en Chile, este domingo se podría repetir la historia de consultas como el brexit, en Reino Unido; o el plebiscito por los acuerdos de paz, en Colombia, en donde las encuestas generaron una imagen distorsionada de lo que finalmente terminó sucediendo en las urnas.
No se le ha introducido complejidad al análisis, nos hemos quedado solo con la simplificación de lo que pasa en el país
“La verdad es que no se le ha introducido complejidad al análisis, nos hemos quedado solo con la simplificación de lo que pasa en el país y tanto las élites políticas como los medios de comunicación se han dejado arrastrar por el espejismo de las encuestas”, señala a EL TIEMPO Marco Moreno, director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central de Chile.
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Moreno asegura que hay otros factores que generan dificultad para predecir los resultados de este plebiscito que tienen que ver con la inestabilidad sociopolítica generada desde el estallido social en 2019. Eso sumando al hecho de que el voto sea obligatorio, salvo para los chilenos que están en el extranjero, ya que no se tiene certeza de cuántos votantes acudirán a las urnas entre los más de 15 millones habilitados para sufragar.
Pros y contras del borrador
Según la encuesta de Pulso Ciudadano, el 27,9 por ciento de los chilenos leyeron el texto completo, frente al 20 por ciento que no lo leyó y un 49,1 por ciento que dijo leer solo algunos artículos de la nueva carta magna con la que se busca reemplazar la escrita en 1980 durante la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Entre las propuestas claves redactadas por la Convención están la de garantizar una serie de derechos sociales, como la gratuidad de la educación superior o la creación de un sistema universal de salud, lo que rompería con el paradigma del rol subsidiario que tiene en estos momentos el Estado.
“Hay diferencias importantes con relación a la Constitución de 1980. Se establece el derecho a la vivienda, la obligación de cotización del empleador, el derecho a la seguridad social en un sentido amplio hacia la vejez y hacia distintas enfermedades”, dice Diego Ibáñez, uno de los coordinadores de la campaña del Apruebo.
Ibáñez destaca que, en caso de que se apruebe la propuesta constitucional, Chile sería el primer país a nivel mundial en declararse como “ecológico” en su carta magna, por lo que los animales serían reconocidos como seres sintientes.
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Campaña a favor del apruebo en Chile.
“En materia de medioambiente también hay una transformación profunda. Tiene todo un capítulo sobre la crisis climática y da herramientas institucionales para combatirla y ser vanguardia en materia ecológica”, destaca Ibáñez.
De otro lado, capítulos como la plurinacionalidad, la Cámara de las regiones o la justicia indígena son los que partidarios del “no” utilizan para proyectar la idea de que el texto divide a los chilenos y los coloca en diferentes niveles ante la ley.
La forma en la que se aborda el sistema político, donde se apuesta por la creación de una Cámara de las regiones que reemplace al Senado, así como la falta de herramientas para abordar los episodios de violencia que sacuden el sur del país, son unos de los más polémicos.
Estamos comprometidos con una nueva y buena Constitución, pero no una hecha con odio, con revanchismo
“Estamos frente a una mal proyecto elaborado por la Convención Constitucional, que debilita la estructura y la independencia de algunos poderes del Estado, como el poder judicial, estableciendo sistemas judiciales diferenciados. (El texto) no habla de terrorismo e ignora los estados de excepción constitucional”, afirma por su parte el presidente del partido Renovación Nacional, Francisco Chahuán.
En cuanto a la idea de establecer que Chile es un “Estado plurinacional”, concepto que fue incluido hace más de una década en constituciones como las de Ecuador y Bolivia, para Chahuán resulta demasiado complejo de aplicar en un país en el que el conflicto con el pueblo mapuche y los focos de violencia en la Araucanía (sur) marcan la pauta informativa a diario.
“Estamos comprometidos con una nueva y buena Constitución, pero no una hecha con odio, con revanchismo; sino una que entienda que no se puede avalar un proyecto de constitución de la extrema izquierda”, destaca Chahuán.
Eso sumado a que entre los temas que generan mayor inquietud entre los votantes está el de garantizar constitucionalmente el derecho al aborto, un asunto que divide tanto a la clase política como a la ciudadanía.
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Preparan los puestos de votación para el plebiscito constitucional.
Y es que en medio del clima de polarización generado por el plebiscito, sorprende que desde sectores de la centroizquierda chilena se apoye la opción del Rechazo, argumentando que el texto constitucional tiene fallas que van más allá de la ideología.
“Este es un texto que tendría que haber cumplido con una primera obligación que era unir al país, lograr cerrar un capítulo constitucional que tenía que ver con la historia que nos enfrentó en el pasado, y no lo logra”, asegura a este diario la senadora del Partido Demócrata Cristiano, Ximena Rincón, una de las primeras líderes de la centroizquierda que se inclinó por el “no”.
¿Qué va a pasar con el gobierno de Gabriel Boric?
Sea cual sea el resultado del plebiscito, el Ejecutivo liderado por Gabriel Boric deberá seguir gobernando durante tres años y medio más, lo que lo enfrentará al desafío de desligarse de un proceso que ha apoyado desde que hizo parte de un acuerdo nacional para la nueva constitución y en el que basó gran parte de sus propuestas de campaña.
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El presidente de Chile, Gabriel Boric.
Javier TORRES / AFP
“Es necesario que volvamos a escuchar a quien piensa distinto. Hagamos el esfuerzo (…) de no siempre tratar de leer el argumento del contrario de la peor forma posible”, sostuvo el presidente quien esta semana ocupó la portada de la prestigiosa revista Time, que lo calificó como “un presidente millennial que se ha convertido en un nuevo tipo de líder para la izquierda”.
Entretanto, el mandatario deberá tomar decisiones sobre las dos coaliciones de izquierda que sustentan su gobierno y empezar a tender puentes con un legislativo en el que no cuenta con las mayorías.
“El Gobierno va a tener que hacer ajustes en el gabinete para darle un reimpulso a la gestión, si gana el Apruebo serán menos profundos, pero si gana el Rechazo deberán ser mayores”, asegura Moreno.
Sin embargo, el gran reto del presidente más joven de la historia de Chile será justamente cerrar la fractura que surgirá tras el triunfo de cualquiera de las dos opciones cuando también existe incertidumbre sobre el día después desde el punto de vista de la seguridad. Algunos temen que incluso pudieran regresar a la calle disturbios como los protagonizados en 2019 que condujeron al estallido social.
De ahí que el tiempo que le tome a Boric unir la grieta marcará el futuro de su joven gobierno.
ANDREA AGUILAR CÓRDOBA
Para EL TIEMPO
SANTIAGO
En Twitter: @andreaaguilarc
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