Con una producción de 1,75 millones de toneladas por valor de 2.000 millones de dólares, Colombia es el cuarto productor de aceite de palma del mundo, detrás de Indonesia, Malasia y Tailandia, por lo que la cada vez más creciente demanda mundial de este producto y su mayor precio son una oportunidad de exportación para el país.
Si bien en el 2021 las ventas externas de aceite de palma de Colombia fueron de 660 millones de dólares, el gremio palmero Fedepalma espera que este año cierren en los 800 millones de dólares, una cifra que sería histórica.
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El principal destino de las exportaciones colombianas fue el año pasado Brasil, con 113.875 toneladas; le siguió Holanda, con 89.464 toneladas; y México, con 73.811. Detrás se encuentran más países europeos como Italia, con 72.456 toneladas; y España, con otras 70.978.
Los precios internacionales de la palma han estado al alza este año por la escasez mundial de aceites, en parte, porque con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania se disminuyó la oferta de girasol o soya. Además, Indonesia, el mayor productor del mundo, frenó las exportaciones de aceite de palma para evitar una escasez local.
“Como los palmicultores han tenido buenos ingresos, han podido invertir en el cultivo. Ello ha aumentado la productividad de la palmicultura colombiana”, señaló Nicolás Pérez, presidente de Fedepalma.
Entre los usos comestibles está el aceite para freír. También se utiliza en las mezclas para hornear tortas, galletas, bizcochos o preparar sopas y salsas
Y es que el aceite de palma es en estos momentos el más utilizado del mundo y son múltiples los usos que tiene. Por ejemplo, entre los usos comestibles está el aceite para freír. También se utiliza en las mezclas para hornear tortas, galletas, bizcochos o preparar sopas y salsas, y en los sustitutos de la grasa de la leche empleados para la producción de leche condensada, leche en polvo, crema no láctea para el café y helados.
Y entre las aplicaciones no comestibles se cuentan: jabones de uso doméstico y detergentes, gomas, velas, cosméticos, tintas para impresión y combustibles. Por ejemplo, en Colombia se produce biodiésel de aceite de palma y se mezcla con diésel para mover autos y maquinaria que usan motores de este tipo en el país.
Según un estudio de Drewry, se estima que el comercio mundial de aceite de palma alcanzará los 43 millones de toneladas en el 2022, y los flujos comerciales de aceites vegetales aumentarán 2,3 por ciento anual en los próximos 5 años. Adicionalmente se estima que el valor mundial de las exportaciones de palma podría alcanzar alrededor de 64 billones de dólares en 2022.
En Colombia se benefician de esta industria más de 6.000 productores de pequeña escala de diferentes zonas del país, en especial de departamentos como Cesar, Meta, Santander, Casanare o Magdalena.
En cuanto a los ingresos del productor, en Colombia se estima que un palmicultor de 10 hectáreas, es decir, uno que se clasifica como de pequeña escala, entre 2018 y agosto de 2022 ha tenido como ingreso neto promedio mensual 3,5 salarios mínimos, que equivalen a cerca de 800 dólares mensuales.
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Los males del sector
Sin embargo, el crecimiento del sector no ha estado exento en los últimos años de cuestionamientos, especialmente en materia ambiental y de derechos humanos, sobre todo, pues una parte importante de las áreas dedicadas al cultivo en el sureste asiático trajo consigo la deforestación y afectación a la biodiversidad. Adicionalmente, en algunos países se han identificado prácticas laborales cuestionables que han sembrado un manto de duda sobre la sostenibilidad de esta agroindustria.
De ahí que en materia de sostenibilidad, Fedepalma asegure que tienen grandes retos. Tal vez uno de los más críticos –dice Pérez– es que cualquier crecimiento y desarrollo del sector sea sin deforestación, con respeto por los derechos humanos, con un uso más eficiente de los recursos y conservando la biodiversidad.
“Esta es la oportunidad que tenemos los países productores en América: demostrar que el crecimiento y la consolidación de esta agroindustria puede hacerse de forma diferente, a través del cumplimiento de los más altos estándares ambientales y sociales”, aseguró el líder gremial.
‘Precios ayudan a productores’: Nicolás Pérez, presidente de Fedepalma:

Nicolás Pérez, presidente de Fedepalma.
¿Cómo está la producción palmera este año?
Hasta agosto, la cifra de producción se ubica en 1,2 millones de toneladas de aceite de palma, lo que significa un crecimiento del 1 por ciento frente al mismo periodo del 2021. El resultado es significativo porque en el 2021 tuvimos la producción más alta de la historia. El año completo llegó a 1,75 millones de toneladas. La producción ha estado buena porque hemos estado en medio de fenómenos de la Niña moderados y eso es favorable porque mejora el agua en las zonas palmeras. Y lo segundo, por los precios internacionales.
¿Se han beneficiado de los mayores precios?
Los palmicultores han tenido buenos ingresos y han podido invertir en el cultivo. Fueron muy favorables en el primer semestre y ahora han tenido una leve corrección internacional a la baja. Claramente el aumento de los precios internacionales beneficia al precio interno. En Colombia, el 70 por ciento del aceite de palma va para el mercado nacional y 30 por ciento para exportación.
¿Cuáles son los mercados de exportación más importantes?
Este año esperamos que las exportaciones cierren en los 800 millones de dólares, una cifra récord. En cifras gruesas, la mitad se dirige a la Unión Europea y los siguientes mercados en importancia son Brasil y México, que son productores de aceite de palma, pero son deficitarios.

A parte de aceite de palma, en la finca Rionilo le apuestan al ecoturismo.
Ricardo Maldonado/EFE
Apuesta por el ecoturismo
Los productores de aceite de palma están buscando cada vez más complementar sus cultivos con el cuidado del medioambiente y del ecoturismo. Un ejemplo de ello está a tan solo una hora y media de Cartagena, en los Montes de María, donde Alejandro Espitia arrancó hace cuatro años un proyecto que busca que los turistas puedan disfrutar de la flora y la fauna.
En la finca Rionilo, donde aparte de palma también hay teca y plátano, las personas pueden realizar actividades como el avistamiento de aves, la pesca recreativa, el senderismo y disfrutar de la gastronomía local.
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