Semanas después de tener a su segundo hijo, Daniela Gómez, de 29 años, notó que su congelador no iba a ser suficiente para almacenar toda la leche que producía. Lo mismo había sucedido dos años antes con Benjamin, su primer bebé, solo que esta vez no estaba dispuesta a desperdiciarla.
Daniela, que producía 130 onzas por semana, sabía que la donación del alimento era posible en otros países del mundo, sin embargo, desconocía que en Colombia había personas o entidades que se dedicaran a esta labor.
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Revisaron mis exámenes para verificar que todo estuviera bien. Luego vinieron y me trajeron los frascos de vidrio en donde debía guardar la leche
“Sigo varias cuentas de lactancia de afuera, pero no tenía idea que había un banco de leche y un grupo de personas hacía el proceso de recolección”, dice esta madre de 29 años.
Entonces una amiga le habló de Yalile Giraldo. “Me pasaron su contacto y enseguida le escribí. Le conté que estaba produciendo mucha leche. Ella me contó cómo era el proceso y desde ese momento viene cada semana por su paquete de donación”, cuenta.
Yalile es una auxiliar de enfermería de la Subred Sur Occidente, trabaja en el Banco de Leche Humana y es la persona encargada de ir, puerta a puerta, recogiendo el alimento natural de decenas de madres que quieren ayudar a los recién nacidos. “Soy la responsable de la recolección y estoy capacitada para el control de calidad de las donaciones”, explica.
Por un motivo similar, desde hace tres años Daniela Charry empezó a entregar la leche que Martín, su primer hijo, no consumía. La arquitecta llegó al programa igual que su homónima: por recomendación de una amiga.
“Me puse en contacto con ellos. Revisaron mis exámenes para verificar que todo estuviera bien. Luego vinieron y me trajeron los frascos de vidrio en donde debía guardar la leche. En esa época doné durante seis meses”, cuenta la madre de dos niños.
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Ellas dos, junto con otras 31 madres de toda la ciudad, son las benefactoras de 318 niños prematuros con condiciones especiales de salud y nutrición. Yalile es consciente de que esta cifra podría ser mayor, pero que existe una idea poco favorable alrededor de esta práctica. Misma que Charry tenía antes de realizar su primera donación.
“Me parecía algo super personal, es decir, como algo que era de mi bebé y de nadie más”, confiesa.
Tal vez la preocupación más frecuente, según la enfermera, tiene que ver con qué tan segura es. “Nosotros la conservamos en cadena de frío desde que nos la entregan las mamás hasta que llegan al banco. Luego, se le realiza un deshielo y debe pasar por un control de calidad”, explica.
Agrega que durante ese proceso se verifica que la leche no tenga ninguna impureza u olor raro y que a cada frasco que entregan las donantes se le extrae una muestra en donde se mide la acidez.
“Para pasteurizarla, la acidez variable debe estar por debajo de ocho”, dice Yalile, quien cada mañana sale con dos neveras llenas de frascos vacíos, los cuales, al finalizar la tarde, suelen estar llenos de frascos y bolsas con alimento natural.
“Lo que buscamos es que mueran todos los agentes patógenos que tenga la leche. Finalmente se deja en cuarentena y se le toman unas muestras microbiológicas”, agrega la especialista de la Subred.
Si bien existe una infraestructura robusta para tratar el líquido (antes se realizaba en el hospital de Kennedy pero ante la pandemia se activó el servicio domiciliario), el proceso para que el líquido llegue en las mejores condiciones a los bebés empieza desde la extracción.
“Yo uso un extractor eléctrico doble, siempre teniendo un proceso de higiene que incluye el lavado de manos y el tapabocas. También es muy importante el esterilizado de los teteros, de los embudos y de los frascos de vidrio, que es donde se deposita”, agrega Daniela Charry.
Uno de los beneficiados es Valentin, un bebe nacido en el octavo mes de gestación y al que su madre, Mariana, no puede amamantar.
“Fue muy difícil saber que no podía alimentar a mi bebé, eso me hacía sentir muy triste. También sentía temor porque siempre nos dicen que la leche es la que crea el vínculo. Aún así, creo que tomé una buena decisión al permitir que mi bebé recibiera la leche”, cuenta.
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Cifras de recolección
El Banco de leche Humana de la Subred Sur Occidente es el único en la red pública hospitalaria del Distrito, y se encuentra ubicado en el Hospital de Kennedy. Inició sus operaciones en el 2016 y en su primer año logró recolectar 388 litros del líquido. “Este es un centro especializado para la colecta, procesamiento, control de calidad y distribución de leche humana, siguiendo la normativa de la Red Iberoamericana de Bancos de Leche Humana”, señaló Martha Yolanda Ruiz, gerente de la Subred Sur Occidente.
En 2022, el banco ha recolectado más de 293.000 mililitros de leche materna donada que han beneficiado a 318 niños prematuros con condiciones especiales de salud y nutrición. Justamente, uno de los puntos fuertes de la estrategia es la posibilidad de que los especialistas de la Subred puedan visitar a las donantes y recoger la leche a domicilio. Actualmente, el banco cuenta con 33 donantes activas, las cuales suplen las necesidades de la Unidad de Recién Nacidos.
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Nutrición en la primera infancia
De acuerdo con el más reciente informe de Bogotá Cómo Vamos, publicado en julio de este año, en el que se realizó seguimiento a 25.145 familias con 11.029 niños menores de un año con eventos priorizados en la capital, se encontró que hay 2.390 casos de bebés sin lactancia materna exclusiva, 123 sin lactancia materna complementaria, 2.198 recién nacidos prematuros, 3.149 sin control de crecimiento y desarrollo y 1.241 con desnutrición aguda.
CAMILO CASTILLO
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