¡bien hecho!/ / Análisis del Editor Multimedia


En este espacio he mencionado, en varios análisis, la importancia de controlar y gestionar la salud mental de nuestros niños y jóvenes a partir de la restricción y el acompañamiento en el acceso a teléfonos celulares y redes.

El pasado lunes 6 de mayo, el artículo de Tecnología de EL TIEMPO se tituló: ‘¿Llegó la hora de revaluar el uso de celulares y redes sociales en colegios?’. En él se revisaron datos estadísticos del impacto negativo del uso de teléfonos sin control en ambientes educativos.

(En contexto: ¿La prohibición de celulares en colegios es una estrategia efectiva? Esto dicen los expertos).

También, de las acciones que se han venido tomando en Europa y Estados Unidos para atacar de frente una problemática que deja millones de niños y jóvenes con serias afectaciones de salud mental (depresión, insomnio, bulimia), además de una reducción de los indicadores que miden su desempeño educativo.

Por tanto, no queda menos que felicitar a los rectores de la Unión de Colegios Internacionales (Uncoli) por dar ese inmenso paso, por cuenta propia, de implementar una sana y muy necesaria restricción del uso de celulares en 27 colegios de Bogotá.

El objetivo que persigue Uncoli es loable: intervenir de manera estratégica y holística en la formación de los niños y adolescentes, ayudarles a entender que la tecnología no es mala, que, al contrario, aporta mucho en su proceso formativo, pero que hay ambientes digitales que no son sanos, que no aportan, que están hechos para atraer su atención y dominar sus capacidades y quitarles tiempo para aprender, con mensajes vacíos y negativos. 

(Además: El costoso rompimiento con Israel en TIC e inversión en innovación / Análisis del Editor Multimedia).

Triste la reacción desde el Ministerio de Educación: criticar una decisión que busca contener una problemática que incluso ha desbordado a los padres de familia muestra que hay poco interés de aportar, medir y analizar un experimento que, al contrario, debería servir de piloto para repensar políticas públicas.

La invitación, por tanto, Ministerio de Educación, apunta a que acompañen a Uncoli en su piloto; analicen los impactos, revisen las mejoras y aprendizajes. Tal vez allí encuentren respuestas para ayudar a millones de niñas, niños y adolescentes que batallan a diario con matoneos, violencia, malas calificaciones y desempeños paupérrimos en pruebas educativas por el descontrol en el uso del celular y las redes.

JOSÉ CARLOS GARCÍA
​Editor Multimedia
@JoseCarlosTecno en redes

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