Bogotá Cómo Vamos (BCV) le tomó nuevamente el pulso a la capital a través de su ‘Informe de calidad de vida’. Este miércoles, el programa presentó la edición 2021 de este documento, que en esta ocasión enfocó sus mediciones en evaluar el cumplimiento de la capital del derecho a la ciudad.
De acuerdo con Felipe Mariño, director de BCV, este es un concepto que habla “del derecho de todos los habitantes, presentes y futuros, de poder disfrutar, habitar, utilizar, ocupar y gobernar las urbes”. Dicho concepto se impulsa con la Nueva Agenda Urbana, aprobada en la Conferencia de Hábitat III, celebrada por la ONU, y marca la hoja de ruta para desarrollar ciudades sostenibles.
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En Bogotá, el informe midió la calidad de vida desde el lente de derecho a la ciudad a través de 94 indicadores en temas de salud, empresa, pobreza, educación, ambiente, seguridad, movilidad y hábitat. Mariño afirmó que “48 indicadores presentan avances y 46, retrocesos”.
Todas estas cifras son analizadas de la mano de expertos y el proceso, además, es respaldado por los socios de BCV: EL TIEMPO, Fundación Corona, la Universidad Javeriana y la Cámara de Comercio de Bogotá.
Este miércoles, particularmente, los resultados fueron conocidos no solo por los invitados al evento, sino por representantes de la Alcaldía de Bogotá, ONU Hábitat, la Cepal y el Dane, entre otros.
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¿Cómo está Bogotá?
Para definir si Bogotá cumple o no con el derecho a la ciudad, el informe verifica si los indicadores son satisfactorios desde cuatro categorías: funciones sociales, espacios y servicios públicos de calidad, una ciudad libre de discriminación e igualdad de género.
En el componente de desigualdades sociales, por ejemplo, BCV destaca que en 2021 la capital disminuyó el déficit habitacional, es decir, mejoró el acceso en cuanto a número y calidad de vivienda: el déficit pasó de 12,7 por ciento en 2020 a 10,5 por ciento en 2021.
También se reconoce que hubo una disminución en la desnutrición aguda en menores de 5 años, pasando del 3,7 al 2,8 por ciento entre 2020 y 2021.
Aunque en otros apartes el informe indica que la ciudad ha tenido una importante recuperación económica luego de la pandemia –con un aumento del PIB del 9 por ciento en 2021, la creación de 28.143 empresas y la baja de la pobreza multidimensional en 1,8 puntos porcentuales–, también reconoce que es la capital más desigual del país.
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En cuanto al componente de espacios y servicios públicos de calidad, BCV destaca que cada vez se aprovechan más los residuos: pasando de 18,45 a 19,08 por ciento de residuos aprovechados. Asimismo, se tiene que la calidad del aire está mejorando: la concentración de PM2,5 –uno de los componentes que causan las emergencias ambientales– en 2019 estaba en 18 micras por metro cúbico, en 2020 pasó a 17 y en 2021 quedó en 16.
Sin embargo, los retos principales para garantizar entornos de calidad están dados en términos de seguridad. Por un lado, la percepción de inseguridad está disparada: el año pasado, 8 de cada 10 bogotanos se sentían inseguros. También subió la violencia homicida: en 2019 había 13,9 homicidios por cada 100.000 habitantes, y en 2021 la cifra llegó a ser de 14,4. “Es importante analizar que si comparamos el primer semestre de 2021 con el primer semestre de 2022, vemos un mejoramiento de 16 por ciento”, rescató Mariño.
Desde la mirada de una ciudad libre de discriminación, las alertas están encendidas por la población migrante. Por ejemplo, mientras la pobreza monetaria a nivel general está en 35,8 por ciento, en migrantes se encuentra en 70,6 por ciento. Es decir, 7 de cada 10 subsisten cada mes con menos de 354.031 pesos colombianos. Asimismo, a los migrantes los están matando cada vez más: el año pasado, 109 venezolanos fueron asesinados. Lo alarmante es que la curva de crecimiento de esos homicidios va en ascenso, mientras que la curva de número de migrantes en Bogotá se está estabilizando.
Aunque ya se dio el primer paso de cambiar la lectura de indicadores a un lente de derecho a la ciudad y de territorialización de Objetivos de Desarrollo Sostenible, Mariño aseguró: “El esfuerzo tiene que continuar: hacemos un llamado a la sociedad civil, a la academia, al sector privado para que contribuyamos a tener una ciudad más sostenible y que pensemos en una desde una perspectiva de derechos”.
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Ocho recomendaciones que hace BCV para avanzar en el derecho a la ciudad
1. En cuanto al componente de salud, BCV recomienda “incluir en la formulación del nuevo Plan Decenal de Salud Pública 2022-2031 la detección, prevención y atención del síndrome poscovid-19”. Es decir, tener todo un plan para atender las secuelas respiratorias, cardiovasculares y de salud mental que deja el virus.
2. Asimismo, BCV hace un llamado a “aumentar las estrategias que impacten positivamente la salud mental de los bogotanos, así como ampliar las estrategias de prevención del suicidio a todos los grupos de edad”. En 2021, hubo una tasa de 3,2 suicidios por cada 100.000 habitantes y las cifras preliminares hablan de 2.962 muertes por autolesión.
3. En términos de empresas, BCV aconseja “fortalecer los sectores que presentan rezagos en torno a la recuperación económica asociada al covid-19”.
4. En la misma línea, destacó que es clave “fortalecer el Sistema Distrital de Cuidado, incorporando al sector privado en la reducción y la redistribución de las actividades de cuidado”. Esto para redistribuir la carga de cuidado de las mujeres y facilitar su acceso a empleo e ingresos.
5. En lo social, BCV invita a focalizar “en grupos en los que se observen aumentos en la incidencia de la pobreza, como es el caso de migrantes y aquellos hogares de estratos 1 y 2”.
6. También recomienda “superar las causas estructurales que puedan estar contribuyendo a la brecha de participación de las mujeres en la fuerza laboral”.
7. Para garantizar entornos de calidad, BCV no solo se enfoca en seguridad personal, sino también en seguridad vial: esto debido al crecimiento de fatalidades en siniestros viales entre 2020 y 2021. Se recomienda “fortalecer la seguridad vial a través de tres ejes: el diseño y provisión de infraestructura en el marco de Visión Cero, la intensificación de campañas de cultura ciudadana que modifiquen comportamientos de los actores viales y el ejercicio de control de la velocidad y el cumplimiento de las normas de tránsito.
8. En términos de hábitat, por el aumento de asentamientos ilegales (más de 30.000 en 2021), se recomienda “mantener actualizada una línea base de familias asentadas en zonas de riesgo no mitigable”.
EL TIEMPO
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