¿Cómo los países están abordando la crisis del costo de vida? – Sectores – Economía

El aumento del costo de vida está afectando a las empresas y los hogares de todo el mundo. The Conversation les pidió a expertos académicos locales que expliquen cómo sus países y regiones están abordando este problema, así como las perspectivas para 2023 de los precios y las tasas de interés de donde viven.

Reino Unido

A primera vista, la crisis del costo de vida del Reino Unido puede parecer bastante leve en comparación con otros países. Su tasa de inflación fue del 10,7 por ciento en noviembre de 2022, en comparación con el 12,6 por ciento en Italia o el 16 por ciento en Polonia. Pero el Banco de Inglaterra espera una recesión en el país para este año que se podría extender hasta, posiblemente, mediados de 2024.

Esto se debe a que la proporción de hogares del Reino Unido que carecen de protección contra los contratiempos financieros es inusualmente grande. Una encuesta previa a la pandemia encontró que tres millones de personas en el país caerían en la pobreza si perdieran un mes de pago, y los altos costos de vivienda son una fuente clave de vulnerabilidad. Otro estudio sugirió recientemente que un tercio de los adultos tendrían dificultades económicas si sus costos de vida aumentaran en tan solo 24 dólares.

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La pandemia llevó a que más de cuatro millones de hogares asumieran deudas adicionales y casi la misma cantidad se retrasó en su pago. Y los recientes aumentos en las facturas de energía y alimentos empujarán a muchos al límite, especialmente si los costos de calefacción siguen siendo altos y si no se extiende la regularización de los precios, estipulada por el Gobierno, que termina en abril.

Estos costos adicionales le restan al ingreso de un hogar. Y debido a que el consumo de los hogares representa cerca del 60 por ciento de todo el gasto en la economía, esto conducirá a una recesión

Las administraciones han estado aumentando sigilosamente los impuestos desde 2010 y, en términos reales (ajustando la inflación), el ingreso típico de los hogares ya era un 2 por ciento más bajo en 2018 que en 2007. Los ingresos reales se han erosionado aún más en el último año, ya que la tasa de inflación del 10,7 por ciento (a partir de noviembre) está muy por encima de los aumentos salariales con los que varios empleados se han conformado en los últimos meses.

Tras la posesión de Liz Truss, los mercados financieros mundiales respondieron dramáticamente a sus planes de reducción de impuestos aumentando el interés que cobran al Gobierno y a las empresas del Reino Unido por pedir prestado. Esto obligó al recién posesionado canciller de Hacienda, Jeremy Hunt, a embarcarse en otra ronda de recortes del gasto público y aumentos de impuestos en noviembre, acciones que los gobiernos generalmente reservan para un auge.

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El Banco de Inglaterra también está haciendo lo contrario de lo que otros prefieren hacer antes de una recesión. La alta inflación lo obligó a elevar las tasas a 3,5 por ciento en diciembre, y se esperan más aumentos en este año. Esto incrementa los pagos de la deuda de los millones que han pedido prestado para comprar sus casas, sin mencionar a aquellos con tarjetas de crédito sin garantía o deudas de sobregiro.

Estos costos adicionales le restan al ingreso disponible de un hogar. Y debido a que el consumo de los hogares representa cerca del 60 por ciento de todo el gasto en la economía del Reino Unido, esto conducirá inevitablemente a una recesión.

Análisis de Alan Shipman, profesor titular de economía en The Open University.

Estados Unidos

La inflación aumentó significativamente en Estados Unidos a fines de 2021 y principios de 2022, alcanzando los niveles más altos en los últimos 40 años. La Reserva Federal (Fed) respondió elevando agresivamente su tasa de referencia siete veces desde marzo en un esfuerzo por estabilizar los precios. Por lo tanto, se esperan un par de aumentos más pequeños en 2023.

El índice de precios al consumidor de Estados Unidos, medida estándar de la inflación, muestra que estos alcanzaron su punto máximo en junio de 2022, aumentando un 9,1 por ciento con respecto al año anterior. El índice ha disminuido cada mes desde junio, y los datos de noviembre indican que los precios se incrementaron en un 7,1 por ciento en los 12 meses anteriores.

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La tasa de fondos federales sirve como punto de referencia para otras tasas de interés, como las hipotecarias. Sus recientes aumentos han comenzado a reducir la demanda de bienes y servicios y la inversión. Por ejemplo, las ventas de casas usadas en noviembre fueron 7,7 por ciento más bajas que en octubre y han disminuido más de un tercio respecto al año anterior.

La razón subyacente es que las tasas hipotecarias se han doblado a más del 6 por ciento. Los efectos en la reducción de la demanda de vivienda continuarán desacelerando la actividad económica.

La Reserva Federal (Fed) respondió elevando agresivamente su tasa de referencia siete veces desde marzo.

La Fed señala que continuará elevando las tasas de interés a principios de 2023 antes de una pausa, un enfoque cauteloso justificado por datos económicos. Esto se debe en parte a la continua fortaleza del mercado laboral, a los salarios que no se han ajustado a la inflación, que continúa aumentando, y a que, aproximadamente, 10 millones de empleos permanecen abiertos.

Ya que las empresas tienen que aumentar los salarios para atraer o mantener trabajadores, esto puede conducir a precios más altos y una inflación persistente.

Esta cuestión es importante por el envejecimiento de la población y el efecto que tiene en el mercado laboral. Al mismo tiempo, es poco probable que continúe la reciente caída de los precios de la energía, por lo que las reducciones adicionales de la inflación tendrán que provenir de disminuciones en otras áreas, como la vivienda y los alimentos.

Análisis de John W. Diamond, director del Centro de Finanzas Públicas del Instituto Baker, Universidad de Rice.

Australia y N. Zelanda

‘Los principales economistas esperan que el Banco de la Reserva de Australia (RBA) mantenga las tasas bajas en 2022 a medida que caigan los salarios reales’. Este fue el título de una encuesta regular de pronósticos económicos publicada por The Conversation Australia a principios de 2022.

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Este pronóstico fue erróneo. La segunda parte resultó ser correcta: los salarios reales cayeron, no porque siguieran creciendo como esperaban los expertos, sino porque su crecimiento se empequeñeció por una explosión de la inflación.

Tras mantenerse por debajo del objetivo del 2 y 3 por ciento la mayor parte de los cinco años anteriores, la tasa anual de inflación de Australia comenzó en 2022 en 3,5 por ciento y se disparó a 5,1 por ciento en marzo, después de que Rusia invadió Ucrania, y alcanzó el 7,3 por ciento en septiembre.

El vecino de Australia, Nueva Zelanda, ha experimentado casi lo mismo, con una tasa de inflación que también alcanzó el 7,3 por ciento y desde entonces ha caído al 7,2. Pero su respuesta ha sido diferente.

Mientras que el RBA aumentó su tasa mensual a partir de mayo, ya sea en 0,25 o 0,5 puntos, el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda comenzó a subir las tasas antes y de manera más agresiva, incluido un reciente aumento de 0,75 puntos. Esto cuando se pronostica una recesión en Nueva Zelanda.

En Australia, una recesión no se pronostica comúnmente, debido a la moderación del banco frente a una inflación alta de tres décadas. Este enfoque le sirvió a Australia hasta la recesión por el covid-19 en 2020. El país evitó la Gran Recesión durante la crisis financiera mundial de 2007-08 y la recesión del “desastre tecnológico” de 2001, que afectó a gran parte del mundo.

Eso refleja la creencia entre las autoridades de que una espiral de precios y salarios no se está afianzando en Australia. El crecimiento salarial sigue estancado en el 3,1 por ciento, muy por debajo del 7,4 por ciento de Nueva Zelanda.

La presión inflacionaria parece estar disminuyendo. Los precios mundiales del petróleo y el trigo han bajado entre un cuarto y un tercio desde los picos de mitad de 2022. El Banco de la Reserva estima que la inflación australiana caerá a lo largo de 2023, del 4,7 por ciento para fines de 2023 al 3,2 por ciento para fines de 2024, casi de vuelta a su objetivo.

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Análisis de Peter Martin, investigador de la Escuela Crawford de la Universidad Nacional de Australia.

Francia

La inflación es una situación en la que Francia parece ser más resistente que sus vecinos. En diciembre de 2022, esa tasa en el país (medida por el índice de precios al consumidor) fue del 6,1 por ciento.

El principal desafío al que se enfrentan los países y que contribuye a la inflación —o incluso a la estanflación— es el enorme aumento de los precios de la energía.

Por eso, el presupuesto estatal francés total dedicado a mitigar las facturas de energía de los hogares alcanzará al menos € 75.000 millones entre 2022 y 2023, a través de esquemas que incluyen vales de energía y un escudo de tarifas.

Estas acciones han mantenido la tasa de inflación muy por debajo de la de la mayoría de las economías europeas. Además, Francia depende menos de los productos de combustibles fósiles y, por lo tanto, es menos vulnerable a las fluctuaciones de los precios de la energía.

Además, los países también se ven afectados por el mercado global. Los cambios futuros en las políticas públicas podrían influir en la tasa de inflación, que puede o no haber alcanzado su punto máximo.

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Por ejemplo, la decisión del Banco Central Europeo de elevar las tasas de interés por primera vez en una década en julio pasado podría pesar en los presupuestos de los países, dando a los gobiernos menos margen de maniobra para contener los aumentos de precios. Sin cierta estabilidad regional política y económica, Francia podría no seguir superando a sus vecinos en los próximos meses.

Análisis de Aymen Smondel y Mohamad Hassan Shahrour, de la Universidad de Costa Azul (IAE).

España

Luego de iniciar el 2022 con una inflación del 6,1 por ciento, el índice de precios al consumo alcanzó un máximo del 10,8 por ciento en julio y antes de cerrar el año a una tasa del 6,8 por ciento. Al analizar el viaje de inflación de 2021 del 0,5 por ciento en enero al 2,9 por ciento en julio y al 6,5 por ciento en diciembre, parece que los aumentos de precios se están controlando.

La inflación subyacente experimentó un aumento más gradual, pero sostenido. Fue del 2,4 por ciento en enero de 2022 y alcanzó un máximo del 6,4 por ciento en agosto y cayó al 6,3 por ciento en noviembre. El cierre de la brecha con la inflación general durante el último trimestre del año pasado se debió principalmente a las medidas gubernamentales frente a los precios de la energía.

España carece de control y eficiencia de gasto público. El sistema de pensiones del país debe apoyar a una población de edad avanzada en rápido crecimiento; depende en gran medida de los combustibles fósiles; la tasa de desempleo ha estado por encima del 10 por ciento desde 2008, y un alto déficit público también ha ayudado a inflar la burbuja de la deuda española.

Este es un año electoral para el gobierno municipal, regional y general, por lo que las reformas importantes serán difíciles, especialmente cualquier cosa que afecte a los nueve millones de pensionados o a sus más de tres millones de trabajadores públicos.

La digitalización y la formación podrían proporcionar una solución al apoyar una gestión más eficiente de los recursos. Esto podría ayudar a medir los recursos disponibles y desarrollar formas de encontrar ahorros al tiempo que aborda las necesidades de los ciudadanos españoles. Esperemos que 2023 vea más discusión sobre la identidad digital y las monedas o incluso el ingreso universal.

Análisis de Luis Garvía Vega, director del máster en Gestión de Riesgos Financieros en la Universidad Pontificia Comillas.

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