¿Cómo serán las relaciones entre Estados Unidos y el nuevo gobierno? – EEUU – Internacional

Preocupación e incertidumbre eran palabras que no se usaban, hasta hace poco, para describir las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Colombia. De hecho, si algo las había caracterizado, al menos en estas últimas dos décadas, eran términos como estabilidad y coincidencia en los objetivos estratégicos de ambos países.

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Sin embargo, desde el triunfo de Gustavo Petro en las pasadas elecciones, ese es el ambiente que se respira en Washington, según analistas consultados por este diario y que llevan años siguiendo de cerca los lazos entre ambos países.

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Lo cierto es que, mientras expertos coinciden en que estamos ante un “nuevo capítulo” entre Bogotá y Washington, desde la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, han reiterado en varias ocasiones que están dispuestos a sentarse con el nuevo gobierno colombiano para avanzar en una agenda común.

El deseo del presidente Biden es construir sobre nuestra asociación
de larga data
para promover los valores y prioridades que comparten nuestros países

De hecho, en una entrevista que le concedió a EL TIEMPO Samantha Power, administradora de Usaid y designada por Biden para asistir a la posesión presidencial en Bogotá, reiteró que el gobierno de su país quiere “discutir con Petro cómo avanzar juntos”.

Justamente, la delegación que viajó de Washington hasta Bogotá se reunió ayer en la Casa de Nariño con Petro y sus asesores. Luego de ese en encuentro, en una rueda de prensa con periodistas, Power mencionó que le expresaron al mandatario “el deseo del presidente Biden de construir sobre nuestra asociación de larga data para promover los valores y prioridades que comparten nuestros países”.

Y si bien algunos analistas creen que la intención de ambas partes es construir, también creen que hay un potencial ambiente para el conflicto. De hecho, las fuentes consultadas, reiteran que de esa latencia devienen los gestos que viene haciendo la administración demócrata desde que se materializó la victoria del líder del Pacto Histórico.

Samantha Power

Samantha Power, administradora de USAID, encabezó la delegación que viajó a la posesión de Petro.

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Hanz Rippe / USAID Colombia

La llamada del secretario de Estado, Antony Blinken, a las pocas horas para felicitarlo; la del propio mandatario estadounidense a los dos días, seguida por la inusual visita de una delegación de alto nivel que viajó el país para iniciar el empalme con el nuevo gobierno son algunos ejemplos.

De acuerdo con Michael Shifter, expresidente del Diálogo Interamericano, fueron movidas para dejar clara la relevancia de Colombia, no solo en términos bilaterales sino a nivel regional.

A lo largo de estas últimas dos décadas ambos países dieron pasos importantes para desnarcotizar una agenda que hoy incluye muchos temas

Fue un “primer tiempo”, opina a su vez Cynthia Arnson, exdirectora para América Latina y miembro emérito del Wilson Center, que destacó el énfasis de los encuentros en los puntos en común de la agenda, como el cambio climático, la implementación de los acuerdos de paz, el desarrollo alternativo y la equidad social. Áreas en la que ya se venía trabajando y que son muy cercanas al corazón de Biden y los demócratas, hoy en poder de la Casa Blanca y el Congreso.

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Pero debajo de esa superficie aparentemente armónica están los temas que más pesan en las relaciones bilaterales y donde podrían aparecer las facturas. Allí los expertos identifican al menos tres: narcotráfico y seguridad, comercio y las relaciones con Venezuela. Especialmente el de la lucha contra las drogas, que sigue siendo el número uno para Estados Unidos

“A lo largo de estas últimas dos décadas ambos países dieron pasos importantes para desnarcotizar una agenda que hoy incluye muchos temas como la cooperación ambiental, ciencia y tecnología, migración y desarrollo. Pero la piedra angular sigue siendo el de las drogas. Colombia sigue siendo el principal productor y Estados Unidos el principal consumidor”, dice Arnson.

Imágenes de la plaza de Bolivar en la posesión de Gustavo Petro

Imágenes de la plaza de Bolivar en la posesión de Gustavo Petro como presidente de Colombia. Bogotá 7 de agosto del 2022.

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 Mauricio Moreno / EL TIEMPO

Dado que en el país los cultivos y la producción todavía permanecen en niveles récord, alejarse de estrategias como la erradicación forzada, como ha sugerido Petro, generará serias dudas entre los estadounidenses. Inclusive en la administración Biden, que si bien ha estado abierta a un enfoque “holístico” que incluye el desarrollo económico de las regiones para brindarle alternativas a los cultivadores, cree que el componente “forzoso” es igualmente necesario.

De acuerdo con Shifter, aunque las ideas de Petro son bien intencionadas y quizá con más impacto a largo plazo, en Estados Unidos hay poco apetito para inversiones masivas en el desarrollo del campo colombiano.

Sobre este punto, precisamente, Power dijo ayer desde Bogotá que desde que comenzó el proceso de transición en Colombia, funcionarios del gobierno estadounidense se han sentado con los asesores de Petro para “discutir el enfoque de la nueva administración en una amplia gama de temas”, y que hay “diferencias comprensibles sobre las que se continuarán hablando”.

Estados Unidos es muy activo en la creación de alternativas económicas para aquellos que podrían estar involucrados en la producción de drogas

“Estados Unidos es muy activo en la creación de alternativas económicas para aquellos que podrían estar involucrados en la producción de drogas y estamos muy ansiosos por aumentar ese tipo de programación para brindar a las personas una fuente de ingresos diferente. También creemos que estamos de acuerdo en que el narcotráfico ha tenido impactos devastadores en las comunidades aquí en Colombia y también en las comunidades de los Estados Unidos”, dijo Power, tras referirse en rueda de prensa a las declaraciones que hizo Petro durante su discurso sobre que la lucha contra las drogas había fracasado.

Por su parte, Juan González, el asesor de Biden para el hemisferio occidental y quien también asistió a la posesión, mencionó ayer que Estados Unidos viene con la “buena voluntad para trabajar estos temas de manera constructiva. Las diferencias las resolveremos objetivamente con base en información fáctica. Descubriremos qué funciona mejor y ciertamente queremos asegurarnos de que estamos promoviendo las mejores políticas posibles”.

Juan González

Juan González, asesor de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental.

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Desde otra perspectiva, en Washington ni demócratas ni republicanos están de acuerdo con suspender las extradiciones, algo que también consideran clave en la lucha contra el tráfico de estupefacientes.

En eso también coincide Kevin Whitaker, exembajador de Estados Unidos en Colombia.
“La relación bilateral ha crecido desde sus raíces en lo de seguridad. Pero esto fue el punto de partida de la relación actual, y el narcotráfico sigue siendo un tema muy agitado entre los jugadores relevantes en Washington. Muchos partidarios del Plan Colombia verán cualquier nueva restricción a la extradición o la erradicación forzosa –que, obviamente, el Gobierno colombiano tiene derecho a implementar– con preocupación. Esto debe ser una luz amarilla para el nuevo gobierno”, opina Whitaker.

De acuerdo con este exembajador, “la clave es la comunicación. Temo que los integrantes de la nueva administración en Colombia no captan el tamaño y complejidad de la integración bilateral en las áreas de la justicia y seguridad. Y al mismo tiempo, tampoco los estadounidenses entienden en detalle lo que son los planes de la nueva administración”.

Pero, además, opina Shifter, así Biden estuviera en línea con los cambios que sugiere Petro, no tienen ni capital político ni interés en dar la costosa pelea que implica reformular la estrategia antidrogas de su país.

Incluso, opina este analista, la relación podría entrar en un estado de crisis si los cultivos siguen creciendo, Petro se aleja de la erradicación y los republicanos recuperan el control del Congreso en las elecciones legislativas de noviembre.

De hecho, aún sin Petro haber tomado su primera decisión, ya son evidentes las tensiones con un sector de este partido. Ron DeSantis, el gobernador de Florida que suena como nominado republicano para las presidenciales del 2024, lo llamó un “narcoterrorista”, mientras que otros pesos pesados, como los senadores Marco Rubio y Ted Cruz, han dejado por sentada su antipatía frente al nuevo presidente colombiano.

Gobernador de Florida

Ron DeSantis, gobernador de Florida, ha criticado duramente a Gustavo Petro.

De hecho, Cruz propuso esta semana en la plenaria del Senado estadounidense un proyecto de ley para vigilar los recursos que Washington le entrega a Colombia. El proyecto “condicionará toda nuestra ayuda basada en el camino que Petro elija seguir”, aseguró el senador.

Lo cierto es que la iniciativa debe seguir su trámite en el Legislativo para ser aprobada, algo que podría dilatarse ya que el Congreso entró este viernes en receso.

Esperamos que ese proceso se pueda acelerar porque solo hay una forma de salir de la crisis política y económica que vive Venezuela y es a través de las elecciones libres y justas

Además, ese sector de los republicanos también tendría que llegar a acuerdos con los demócratas para sacar adelante esa iniciativa, y hasta ahora el partido de Biden ha mostrado su intención de seguir apoyando a su mayor aliado de la región.

En esa misma línea, Rubio, junto al mismo Cruz, también pidieron en julio reimponer sanciones contra las Farc y volverlas a incluir en la lista de organizaciones terroristas. Además, ambos señalaron y solicitaron sanciones por “terrorismo” a la senadora del Pacto Histórico, Piedad Córdoba, algo que podría tensionar las relaciones con el partido de Gobierno.

Otra área de conflicto en el horizonte es el Acuerdo de Libre Comercio (TLC). El presidente electo ha dicho en varias ocasiones que una de sus prioridades con Washington es la renegociación del tratado.

Pero como dice Antonio Ortiz-Mena, analista senior en Albright Stonebridge Group, en el contexto actual de Estados Unidos hay “cero interés” entre republicanos y demócratas por reabrir o negociar tratados comerciales. Dado que el presidente electo ya creó la expectativa, opinan los expertos, lo que se vienen son meses de tensión en este frente.

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Nicolás Maduro

La relación con Venezuela también será clave en la ecuación con Estados Unidos.

Foto:

EFE/ Prensa Miraflores

Y en el caso de Venezuela, mucho va a depender de los pasos que de Petro. Shifter, por ejemplo, cree que la normalización de las relaciones no tiene por qué necesariamente afectar las relaciones. Aunque sin duda habrá críticas, en particular de los republicanos en la Florida, se trata de una movida en la misma dirección de lo que ya han hecho otros en la región y que responde a la realidad: Maduro es quien está en el poder y, dado la importancia de Venezuela como país fronterizo, debe ser pragmático.

Por su parte, Power dijo que “haga lo que haga un gobierno soberano sobre cómo maneje sus intereses regionales es su elección, pero creo que es importante respaldar el proceso político para unas comicios libres y justos”.

“Nosotros reconocemos a Juan Guaidó y respaldamos las negociaciones que se adelantan. Esperamos que ese proceso se pueda acelerar porque solo hay una forma de salir de la crisis política y económica que vive Venezuela y es a través de las elecciones libres y justas”, acotó Power.

Pero como dice Arnson, una cosa es restablecer relaciones por intereses nacionales y otra “encamarse” con Maduro que “encabeza un gobierno autoritario y represivo”. Eso es algo que no sería bien recibido ni por republicanos ni por demócratas.

Cómo evolucionará esta crítica relación entre Estados Unidos y Colombia es algo que está por verse y dependerá en buena parte de las realidades políticas en ambos países. Lo único que sí está claro es que lo que viene, para ponerlo en términos estadounidenses, ya no es el clásico business as usual (lo de siempre).

SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
WASHINGTON

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