El drama de los habitantes de Santa Ana cada vez que hay lluvias en Bogotá – Bogotá


¿Se imagina abrir la puerta de su casa y que una corriente de agua, lodo y diferentes materiales la invadan? Esta es la situación que varios bogotanos han tenido que padecer durante el último mes y que afectado a varias zonas de la ciudad.

La fuerte temporada de lluvias que viene azotando al país y de la que la capital no es ajena a afectado a los bogotanos con encharcamientos de vías, inundaciones, desbordamiento de canales y quebradas y los desprendimiento de tierra, como fue el caso viviendo el fin de semana en la vía a La Calera. Uno de esos casos se vive en el barrio Santa Ana, en pleno corazón de la localidad de Usaquén.

Allí, algunos de los residentes han denunciado que sus viviendas se han inundado de forma reiterada y que el lodo y los escombros se volvieron en sus calles una constante durante esta temporada.

“Esto es un problema de drenaje que tenemos desde hace años, siempre que se inunda el canal Molinos. Aunque el Acueducto viene y hace labores de reparación, siempre ha sido peor”, señaló Fernando Sánchez, propietario de una de las viviendas afectadas en la carrera 8 con calle 108.

Esto es un problema de drenaje que tenemos desde hace años, siempre que se inunda el canal Molinos

El problema no solo es por las graves inundaciones de los predios, sino porque los residentes han perdido enseres y hasta vehículos, producto de las cantidades de lodo que se han alojado en esos lugares. El ultimo evento de esos los vivieron el pasado fin de semana, cuando, ante una nueva inundación, los Bomberos de Bogotá debieron realizar labores de drenaje y remoción de material.

La queja de los vecinos pasa no solamente pasa por aspectos que tienen que ver con el drenaje del canal, sino que además incluye temas del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que les impide vender esos predios, y por un elevado pago del impuesto predial, que roza los 28 millones de pesos.

¿Qué está pasando?

EL TIEMPO se comunicó con la Empresa de Acueducto de Bogotá para indagar por las razones que han llevado a la comunidad a denunciar una mala gestión en lo relacionado con las labores de drenaje y reparación y las reiteradas inundaciones.

La entidad señaló que esta situación, específicamente en la carrera 8 con calle 108, es “atípica” y se debe al desbordamiento del canal Molinos, que pasa por el sector.
También explicó que el desbordamiento del canal es un efecto colateral, no solo de las lluvias, sino de las crecientes de quebradas que se presentaron el pasado sábado en la vía a La Calera. Toda esa agua, lodo, escombros y árboles terminaron en el canal y taparon su sistema de drenaje.

“El día sábado 12 de noviembre, debido a la temporada invernal atípica que se presenta en todo el país, se registró una creciente de la quebrada Morací, desde el municipio de La Calera, afluente del canal Molinos, con arrastre de gran cantidad de lodos, escombros y árboles, entre otros materiales, lo que ocasionó el taponamiento del Box Coulvert de este canal, a la altura de la calle 108 con avenida Carrera 7”, señaló la Empresa de Acueducto.

La EAAB también señala que lo ocurrido durante el fin de semana entre la carrera séptima y novena y de la calle 108 a la 112 “no puede ser atribuible a la capacidad de la estructura de alivio construida en el año 2021, ya que ninguna obra contempla un siniestro natural de esa naturaleza, como el ocurrido en la quebrada Morací”.

Hay que recordar que debido a las denuncias de la ciudadanía por las constantes inundaciones en el barrio Santa Ana, la Empresa de Acueducto adelantó en 2021 la construcción de una estructura de alivio de las redes pluviales del sector y señaló que, desde ese entonces, se han prestado 75 actividades de mantenimiento en redes de alcantarillado. No obstante, aunque la comunidad no desconoce la acción de la Empresa, sí dicen que las intervenciones han empeorado la situación.

Problema estructural

El problema es más grave que el hecho de las inundaciones. De acuerdo con los habitantes de este sector del norte de la ciudad, llevan varios años intentando poner en venta sus predios pero hay un aspecto técnico del POT que impide que se modifique el uso del suelo asignado a esos predios, por lo que las viviendas no son atractivas para ningún eventual comprador.

“Todos los propietarios lo que más desean es vender; sin embargo, el POT nunca nos ha favorecido. En múltiples ocasiones hemos estado a punto de cerrar negocio, pero por las diferentes demandas que ha tenido el POT en las últimas seis alcaldías, nunca se pudo (…) siempre nos toca adaptarnos a un POT de hace 24 años, que solo permite, por ser zona especial, la construcción de dos pisos y altillo, lo cual no es interesante para ningún constructor”, señaló Fernando Sánchez, afectado por esa situación.

Ahora, cuando se revisa el nuevo POT, el expedido por la alcaldesa Claudia López en 2021, según dicen los residentes del sector, tampoco parece favorecerlos. Esta última carta de navegación ubicó la zona en una determinación que se denomina “acción estratégica”, donde se requiere una consideración especial de la Alcaldía para hacer modificaciones en las construcciones.

“Eso no es atractivo para ninguna industria ni para nadie que quiera comprar para construir en estos predios. Es una situación insostenible en el tiempo”, apuntó Sánchez.

Jonathan Toro Romero
REDACCIÓN BOGOTÁ


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