Embajadores en Colombia: las salidas en falso que han tenido los diplomáticos – Gobierno – Política

Los embajadores de Colombia en el extranjero, según explican los funcionarios de carrera de la Cancillería, deben seguir estrictamente las direcciones y líneas de la política exterior del país y una de las normas más sensibles en este sentido es la directriz que tienen los diplomáticos de no interferir en los asuntos internos de otros países, especialmente, donde son jefes de misión. 

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Pese a esto, hay algunos embajadores que han hecho declaraciones en los países donde son los jefes de la misión diplomática que han caído mal en el Ministerio de Relaciones Exteriores. 

El caso más reciente es el del embajador de Colombia en Noruega, León Fredy Muñoz, quien fue citado este martes a Bogotá para dar explicaciones por participar el pasado 7 de julio en una marcha en apoyo al criticado régimen de Daniel Ortega. Además, estaba portando símbolos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

A Muñoz se le escucha decir en videos compartidos por la prensa del país centroamericano: “Estoy de embajador desde el 30 de septiembre y es un pueblo alegre, bonito, amable y sobre todo convencido de su revolución. Estoy gratamente sorprendido”, declaró el representante de Colombia a medios nicaragüenses.

Su participación en esta movilización, y el hecho de que estuviera portando símbolos sandinistas, causó molestia en el país y especialmente en la Cancillería. 

Este lunes recibió un fuerte llamado de atención verbal por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores en el cual le pidieron “compostura y prudencia”, especialmente porque este jueves se conocerá el fallo de La Haya respecto al litigio que hay entre Colombia y Nicaragua por el mar. 

Canciller Leyva y el embajador Leon Freddy Muñoz.

La inconformidad también se genera porque el gobierno colombiano ha rechazado con dureza las actuaciones del régimen de Ortega. En febrero pasado, la Cancillería emitió un texto en el cual fijó su posición frente a lo que está sucediendo en Nicaragua, donde se les ha despojado la nacionalidad a al menos 300 personas. Tanto el canciller Álvaro Leyva y el presidente Gustavo Petro han rechazado la situación de ese país. 

(En contexto: Colombia repudia ‘dictatoriales procederes’ de Nicaragua y ofrece nacionalidades)

En ese momento, señalaron que Colombia registró “con repulsión las medidas tomadas de manera arbitraria por el jefe de gobierno de la hermana y sufrida República de Nicaragua contra ciudadanos de su país cuyo único delito ha sido defender la democracia, el derecho a la crítica y los derechos humanos universales”.

Agregaron que el país rechaza los “dictatoriales procederes de quien hace traer a la memoria los peores momentos de la dictadura de Atanasio Somoza que el sandinismo logró superar”.

Pese a esto, Muñoz fue a la marcha e incluso defendió su asistencia. “Ante las gestiones propias de la Embajada y los relacionamientos propios del protocolo entre gobiernos, es mi obligación como Embajador, participar en reuniones y/o actividades importantes para el Gobierno”, dijo en un comunicado. 

El comentario del embajador en México

El pasado 24 de marzo, el embajador de Colombia en México, Moisés Ninco Daza- cuyo nombramiento ha sido fuertemente cuestionado por no poseer la experiencia suficiente para el cargo diplomático – lanzó una propuesta que causó polémica porque fue considerada como una injerencia en los asuntos internos de ese país. 

Embajador Moisés Ninco y presidente Andrés Manuel López.

Foto:

Twitter Moisés Ninco Daza

Daza hizo una sugerencia sobre cómo se debería manejar la problemática que viven allá con los carteles dedicados al narcotráfico. Manifestó que se debería dialogar con ellos. 

“Nosotros estamos encargándonos de nuestros grupos (sic). Yo espero que, en ese mismo sentido, el Gobierno de México esté haciendo esfuerzos y lo que vamos a hacer es articular esos esfuerzos. No hay otra opción, no hay otra opción, porque tenemos problemas que ponen en riesgo la existencia de la humanidad, como el narcotráfico y la criminalidad”, aseguró.

Luego añadió que Colombia ya atravesó por todo por lo que hoy vive México. Sin embargo, matizó y dijo que el diálogo con los carteles del narcotráfico no significa necesariamente sucumbir ni someterse a estos grupos, a los que, según dijo, Colombia estuvo sometida a través de su propio aparato institucional.

Y cuando una periodista le preguntó si someterse a ese diálogo no es “tirar la toalla”, apuntó que “Colombia viene de tirar la toalla y someterse a grupos a través de gobiernos que coayudaron al narcoestado”. Después complementó: “México también. Y no lo digo yo, sino una sentencia de un tribunal en Nueva York; y nosotros (en Colombia) estamos cambiando eso”. 

Sus palabras no cayeron bien en la opinión pública, pero tampoco en la Cancillería, donde hubo molestias por sus declaraciones, pues podrían afectar las relaciones con ese país que, para el gobierno colombiano, es uno de sus aliados en términos de migración. 

La internacionalista colombiana Sandra Borda, tras conocerse el video de las declaraciones, escribió en su cuenta de Twitter: “Alguien que, por favor, le cuente a nuestro embajador en México que allá existe una gran sensibilidad a la intromisión en asuntos internos, más aún cuando se tata de Colombia intentando dar consejos para lidiar con problemas de seguridad”.

Finalmente, contra el embajador no hubo ningún tipo de sanción y las cosas no pasaron a mayores. Eso sí, un día después de sus declaraciones, el presidente de ese país, Manuel López Obrador, rechazó la propuesta. 

“El presidente Petro es un gran presidente, es compañero, amigo, nosotros llevamos muy buenas relaciones con ellos, pero son circunstancias distintas y él lo sabe, no se pueden extrapolar experiencias porque cada país, imagínense, nosotros tenemos una frontera de 3 mil 180 kilómetros con Estados Unidos, ya es un asunto de geopolítica”, expresó.

Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador.

El caso del embajador Armando Benedetti

Armando Benedetti, quien será embajador de Colombia en Venezuela hasta el próximo 19 de julio, si bien no ha tenido comentarios públicos que puedan considerarse una injerencia en asuntos internos del país donde sigue siendo jefe de misión, sí ha tenido salidas en falso que lo tienen a punto de salir del Gobierno y que, por otro lado, no han caído bien en Venezuela. 

Los audios en los que se le escucha hablar con la exjefa de gabinete Laura Sarabia desencadenaron una de las peores crisis de Gobierno que ha tenido el presidente Petro. En medio del escándalo, por el que Benedetti ya ha sido citado a la Fiscalía,  se ha cuestionado la financiación de la campaña del presidente Petro y hasta se le acusó de chuzar comunicacioneS, algo que el jefe de Estado ha negado constantemente. 

Pero además de esto, Benedetti no salió tan bien de Venezuela. Varias fuentes le dijeron a este medio que el exembajador estableció conexiones con Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente Maduro, para ganar la confianza del chavismo que él mismo aseguró, es difícil de conseguir.

Ese contacto pareció funcionar bien al principio, pero no tanto en los últimos meses. Fuentes en Caracas aseguran que Miraflores, que está empeñado en cambiar su imagen entre los venezolanos, empezó a incomodarse con el relajado estilo de Benedetti. 

Y aunque sí fue uno de los puentes entre Maduro y Petro, el jefe de Estado colombiano no lo escogió para realizar acercamientos con la oposición de ese país en medio de la cruzada que se propuso esta administración para ser una mediador entre el proceso de diálogo que sigue congelado entre el chavismo y los opositores. Dicha tarea se la designó al embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo. A lo anterior se suma su tensa relación con el canciller Álvaro Leyva. Entre los dos nunca hubo comunicación directa ni confianza. En el Ministerio aseguran que Benedetti fue ingobernable desde que llegó y una rueda suelta dentro de la cartera. 

Canciller Álvaro Leyva y embajador Armando Benedetti.

La tensa relación ha quedado en evidencia en diversas oportunidades, pero especialmente, cuando el ministro pronunció unas duras palabras contra quien todavía lidera la segunda embajada más importante para Colombia. 

“Me parece muy gracioso. En medio de todo es movimiento de noticias, ¿a Benedetti cómo se le puede creer? Es que es increíble, él mismo dice ‘yo soy un drogadicto’. Pónganse ustedes a pensar, ¿a ustedes les parece una buena fuente?”, aseguró el mes pasado.

Analistas han advertido que la controversia que ha generado Barreras puede afectar el proceso de normalización de relaciones entre Colombia y Venezuela que se abrió en septiembre del año pasado, aunque hay acciones que siguen andando sin Benedetti a la cabeza, como la repaertura de consulados. 

Aura Saavedra
REDACCIÓN POLÍTICA



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