estos son los motores que aguardan el ‘estartazo’ para echar a andar la economía

Las más recientes cifras entregadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane) dan cuenta del mal momento por el que pasa la industria manufacturera y la construcción, así como el comercio del país desde finales del 2022. La primera de estas actividades acumuló, hasta mayo pasado, 15 meses de crecimientos negativos, mientras la segunda 13, impactadas por el débil crecimiento de la economía, los elevados precios, las altas tasas de interés, los menores ingresos de los hogares, el estancamiento en la inversión, la incertidumbre, la inseguridad jurídica y la falta de un plan de choque que permita dinamizar el consumo y la producción, entre otros factores.

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Según el índice de Seguimiento de la Economía (ISE) elaborado por el Dane, la industria manufacturera y la construcción, recibieron al nuevo gobierno dos años atrás, en conjunto, con un crecimiento anual del 12,8 por ciento anual, mientras el comercio lo hizo a un ritmo del 10,3 por ciento, explicado en buena medida, aún por el impulso de la economía luego de fuerte impacto que dejó la pandemia del covid-19 no solo a Colombia sino al mundo entero y que contrajo el producto interno bruto (PIB) del país en 6,8 por ciento anual.

Lo que siguió entonces, fue un proceso de menor crecimiento mucho más acelerado y bastaron solo tres meses para que estos dos grandes motores de la economía terminaran en terreno negativo o muy cerca de este, pues para diciembre del 2022 el primero de estos (industria y construcción) reportó un crecimiento negativo de 0,5 por ciento, mientras el segundo terminó el último mes de ese mismo año con una dinámica de apenas 1,3 por ciento, según registros del ente estadístico oficial.

Para agosto del 2023 estas actividades económicas habían alcanzado sus peores desempeños comparables solo con los observados en pandemia. Industria y construcción cayeron 8,5 por ciento y el comercio lo hizo en un 5,8 por ciento, y si bien a partir de entonces las caídas ha sido menores, pero no menos importantes, la gran preocupación de los empresarios y comerciantes del país es que todavía no están viendo las condiciones que permitan darle vuelta a esas cifras, muy a pesar de los permanentes llamados que le han hecho al Gobierno para unir esfuerzos en pro de la recuperación económica del país.

Las señales

“Tenemos por delante un año complejo, en el cual el gran reto tiene que ser el crecimiento económico. Necesitamos hacer un trabajo conjunto con diferentes sectores. En la Andi hemos pedido desde hace ya varios meses un plan urgente de reactivación económica. Es muy importante apalancar estrategias para el crecimiento de la construcción, que es uno de los sectores más golpeados, y el cual debería estar en niveles muy altos en términos de ejecución y dinamismo. Su reactivación debe ser una prioridad”, era una de las advertencias que hacía Bruce Mac Master, presidente del gremio, tras el pobre desempeño de la economía (crecimiento del 0,7 por ciento anual) en el primer semestre del 2024.

El balance que hace el máximo vocero de los empresarios del país es poco halagüeño. “El gran balance de estos dos años es que hemos desperdiciado 24 meses en términos de construcción de desarrollo, quizás por el afán de querer imponer unos cambios o unas ideas a la fuerza. Ha sido muy difícil el diálogo y la construcción colectiva y nosotros estamos convencidos de que la única forma de producir desarrollo y avance en todos los frentes es con un diálogo muy abierto y propositivo en el que todos escuchemos a todos, porque de lo contrario vamos a seguir perdiendo tiempo”

Bruce Mac Master, presidente de la Andi

Foto:EL TIEMPO

El vocero gremial no duda en señalar que el gran fallo, para llegar a la situación en que está el país, ha sido la capacidad de producir un diálogo constructivo y sincero. E insiste en que “Colombia hubiese podido avanzar mucho en muchas cosas, incluyendo los sectores donde ha habido mayor destrucción, como en el de salud, donde los indicadores financieros y de liquidez se deterioran cada día más”. 

Mac Master dice que el país ha tenido grandes oportunidades de tener diálogos de construcción francos, serenos, bien intencionados y democráticos en los que se hubiese podido construir soluciones y si bien el dirigente gremial ve señales en las que se pueda cambiar el tono ahora, dice que también es necesario cambiar las intenciones para poder hacer un trabajo en el sector empresarial. “Nosotros estamos listos para hacerlo, ojalá el gobierno tenga esa misma intención”.

“Vemos una economía con resultados extremadamente bajos en muchos sectores”, es lo que vienen repitiendo los empresarios del país desde hace más de un año, al insistir en problemas como la caída en la demanda agregada, las fuertes contracciones de la  industria, un comercio que no logra reanimarse (ver gráfico), un sector de la construcción con contracciones en casi todos sus eslabones. 

A lo anterior se suma el estancamiento en el sector de infraestructura, los problemas evidentes en materia de energía, que tienen al país en riesgo de desabastecimiento a partir del año 2027 en términos de generación, o la eventual importación de gas natural; también la difícil coyuntura en temas de salud, todo lo cual tiene un impacto directo en la generación de empleo, otra de las grandes alarmas que tienen encendidas los empresarios colombianos. 

“Estas son, sin duda, señales realmente malas para la economía”, dicen en la Andi, gremio desde el cual advierten que “parte fundamental de la confianza que hay en una economía reside en la estabilidad de las normas y regulaciones que se aplican a los sectores. Esta realidad tiene especial importancia en los esfuerzos conjuntos que se hagan entre lo público y lo empresarial, en donde el peso de la regulación es vital”. 

La reindustrialización

Uno de los planes bandera del actual gobierno del presidente Gustavo Petro ha sido la reindustrialización, una estrategia que antepone la defensa de las industrias nacionales, que incluye incentivos directos a la productividad y a la internacionalización; barreras de acceso a la oferta desde otras geografías, y exenciones tributarias, entre otras. 

Soraya Caro Vargas, exviceministra de Desarrollo Empresarial, explica que esta política se planteó en torno a cuatro macro apuestas sectoriales: transición energética, agroindustria, farmacéuticos y sector defensa, donde existe una base empresarial, con la cual se puede trabajar porque son sectores que apropian tecnología y conocimiento, lo que permite hacer ese tránsito hacia economías más avanzadas, pero además, porque son importantes en las cadenas globales de valor, lo que permite un encadenamiento internacional.

En transición energética, se avanza con el Ministerio de Minas y Energía en el fortalecimiento de los distritos mineros, que permitirá el tránsito del país al uso de minerales estratégicos.

El objetivo del Gobierno es preparar los territorios y las zonas en sus vocaciones productivas para que puedan generar corredores de proveeduría para los nuevos inversionistas o para las reinversiones que tienen lugar en el país.

Pero, ¿qué tanto se ha avanzado en esos frentes propuestos consolidar la industria del país?. Según el Ministerio de Comercio Industria y Turismo (MinCit), en el sector defensa son varios los logros, como los trabajos para definir la reglamentación de los acuerdos de compensación industrial del sector, que se derivan de las compras militares.

El inventario de proyectos de las fuerzas armadas con impacto en la industria, y el de 100 productos de las empresas del Grupo Social y Empresarial de la Defensa (GSED), que fortalecen el Registro de Productores de Bienes Nacionales. También, la posibilidad de financiamiento por 37.000 millones de pesos por parte de Bancoldex a Indumil, para el proyecto de montaje de la fábrica de puentes modulares, y los avances del programa de fabricación de aeropartes (CIAC), con el cual se incrementa la producción de partes para aeronaves tripuladas y no tripuladas, entre otros, 

En transición energética, se avanza con el Ministerio de Minas y Energía en el fortalecimiento de los distritos mineros, que permitirá el tránsito del país al uso de minerales estratégicos; en la hoja de ruta para la producción de biocombustibles sostenibles para aviación, y se coordina con la cooperación internacional la proveeduría de partes y piezas para vehículos y buses eléctricos.

Con el Ministerio de Minas y Energía se creó una mesa de trabajo para fortalecer el tránsito de los parques industriales a sistemas sostenibles y circulares, al tiempo que se avanza en los hubs de hidrógeno.

Inversión

No son las únicas acciones dentro de ese plan. Una de las apuestas del Gobierno, quizás donde más avances hay es la creación de los centros de reindustrialización Zascas encaminados a fortalecer la productividad y sofisticación de actividades en los territorios (tecnología, maquinaria, acceso a crédito y acceso a mercado).

Allí la inversión estimada es de 117.300 millones de pesos para poner en marcha, durante el cuatrienio, 99 de dichos centros de manufactura, agroindustria, metalmecánica y tecnología. Hoy ya están en operación 12 Zascas en distintas regiones del país, 4 de estos en cárceles, los cuales se convertirán en proveedores de grandes empresas con las que se han alcanzado acuerdos en este sentido.

En la mayoría de los países de la Ocde las pymes contribuyen con más del 50 por ciento del PIB.

Foto:El Tiempo / cortesía

Con el liderazgo del MinCit, Colombia Productiva, el sector público y privado se trabaja en resolver 70 barreras que afectan el desarrollo empresarial de sectores clave para las apuestas productivas de salud, agroindustria y soberanía alimentaria y defensa y vida.

En ese propósito, según el Gobierno, se han reducido los tiempos en trámites ante el Invima para medicamentos de síntesis química o biológicos; la creación de una hoja de ruta para que Colombia sea exportador de dispositivos médicos; así como la creación de una plataforma que agilice los procesos que deben cumplir las empresas para el uso de cannabis con fines médicos y científicos.

En articulación con la economía popular y productiva (Mipymes) se amplió la oferta de servicios de asistencia técnica, fortalecimiento, desarrollo empresarial, cierre de brechas productivas y comerciales, y encadenamientos productivos en el país pasando de 23 a 32 departamentos. Los recursos destinados para favorecer unidades productivas y micronegocios de la economía popular así como micros, pequeñas y medianas empresas, pasaron de 51.713 millones en 2022 a 232.304 millones de pesos en 2023 y 2024.

Lo que buscamos con la política es aportar al cierre de brechas de productividad y competitividad, al fortalecimiento de los encadenamientos productivos, la sofisticación y diversificación de la oferta de productos y servicios, la internacionalización del aparato productivo y de los territorios.

Según el MinCit, con Colombia Productiva se llevó la Política de Reindustrialización a 18.620 beneficiarios en 699 municipios, con proyectos de asistencia técnica, formación, cofinanciación y entrega de activos productivos, y a la fecha se han gestionado alianzas con 41 entidades públicas y privadas para atraer nuevos recursos. Así que, por cada 1.000 millones de pesos que el ministerio transfirió a Colombia Productiva en 2023, el patrimonio gestionó con aliados 946 millones adicionales.

“Lo que buscamos con la política es aportar al cierre de brechas de productividad y competitividad, al fortalecimiento de los encadenamientos productivos, la sofisticación y diversificación de la oferta de productos y servicios, la internacionalización del aparato productivo y de los territorios”,  señaló en su momento Caro Vargas.

Si bien estos logros son importantes, los empresarios del país continúan a la espera de la definición, por parte del Gobierno, del plan de choque que le permita al resto de sectores productivos reactivarse de una vez por todas para contribuir en el gran propósito de ‘echar a andar todo el aparato productivo y la economía del país, porque es algo que no da espera’, sostienen.



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