Francia Márquez: análisis sobre la polémica por el tono y las palabras – Gobierno – Política

Francia Márquez, vicepresidenta de la República de Colombia, ha sido protagonista de controversia en las redes sociales y motivo de análisis en las discusiones políticas: ¿Le sirven el tono y el lenguaje usado en algunas de sus respuestas cuando se le cuestiona?

En los últimos días, la vicepresidenta respondió en una entrevista a quienes la han criticado por utilizar un helicóptero para movilizarse a su casa en Dapa, un corregimiento del municipio de Yumbo, en el Valle del Cauca, con la expresión popular “de malas”.

“Perdónenme los colombianos por decirlo así, pero de malas. Soy la vicepresidenta de este país y mientras lo sea, el Estado tiene la responsabilidad de brindarme todas las garantías de seguridad necesarias para yo cumplir con mi tarea como vicepresidenta”
, dijo.

“Después de haber vivido un atentado frustrado en la vía que conduce a mi casa, donde me ponen ocho kilos de explosivos, pues no me voy a dar el lujo de facilitarles las condiciones para que me maten más rápido. No voy a hacer eso”, argumentó ella en una entrevista con Semana.

“De malas les digo a los enemigos de la paz, a quienes se benefician de la guerra y no dejan que Colombia avance hacia una sociedad más justa y equitativa. No voy a dejar de cumplir con mi tarea de trabajar por la paz, la justicia, por igualdad y dignidad en nuestro país”, añadió también en sus redes sociales. “Yo no llegué hasta aquí para tirar la toalla”, dijo.

La afirmación causó controversia, como ya en el pasado la había provocado cuando ella dijo que no se siente bien vista por muchas personas. Se nota, dijo, “la rabia con que me miran y se expresan incluso dentro del Gobierno”.

A la senadora opositora María Fernanda Cabal, una de las legisladoras que más ha reprochado que viaje constantemente a su casa en Dapa, le dijo: “Amiga, cálmate, porque ese veneno te hace daño”.

La vicepresidenta Francia Márquez inauguró la feria del libro de Cuba.

Foto:

Eliana Aponte / ELTIEMPO

En esta situación hay que mirar varios escenarios. Uno, la seguridad de la vicepresidenta. A tan alta funcionaria hay que brindarle absolutamente todos los elementos necesarios para garantizarle su seguridad tanto en sus desplazamientos como a los lugares que vaya. Por su dignidad, cargo y lo que simboliza, se trata de un asunto en el que no debe haber siquiera el menor cuestionamiento.

Dos, su lugar de residencia. La vicepresidenta tiene por derecho adquirido un bello espacio para vivir. Se trata de la sede de la vicepresidencia, a escasos metros de la residencia del jefe del Estado y que fue construido por el arquitecto Rogelio Salmona, uno de los grandes creadores en la historia del país. De hecho, la edificación tiene rasgos de la espléndida casa de huéspedes en Cartagena. Los bellos jardines de la vivienda, en el centro de Bogotá, el paisaje hacia los cerros tutelares y las fuentes son detalles inigualables.

Tres, la distancia con el presidente. En estos meses en el cargo, se ha hablado de la distancia que, en ocasiones, el presidente Petro ha puesto con ella. Cierta o no esta versión, no ayuda para la fluidez de la relación que ella permanezca a tanta distancia geográfica porque si bien ella fue elegida mayoritariamente por los votos del Pacífico colombiano, podría interpretarse que está más concentrada en la política local que en la nacional.

Siendo hoy la vicepresidenta y haciendo parte de un gobierno que recibe críticas a diario, tal vez daría mejores resultados tener un tipo de comunicación más diplomática.

Ante sí, tiene nada más y nada menos que la puesta en marcha del Ministerio de la Igualdad, que fue una de las banderas de la campaña y que aún no arranca a plenitud.

Pero, volviendo al principio, ¿por qué la vicepresidenta usa este lenguaje que ahora causa controversia?

La politóloga Daniela Garzón, de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), cree que lo ocurrido en los últimos días muestra el cansancio de ella ante las muestras de racismo y a las constantes ofensas desde que alcanzó proyección nacional durante la campaña.

“Las respuestas de Francia Márquez denotan el cansancio que ella tiene con muchos de los cuestionamientos que se le han hecho a ella desde que está en campaña y que en muchas ocasiones están cargados de racismo y de clasismo”, dice la analista.

Pero, eso sí, la experta considera que ella debe reflexionar. “En la alta dignidad que ella está ocupando debe no solo ser estratégica y cuidadosa en lo que comunica, sino que podría ocuparse de promover su agenda política y sus funciones en torno, por ejemplo, a la estructuración del Ministerio de la Igualdad y a cultivar su liderazgo político, y no a alimentar polémicas que le hacen daño tanto a su imagen como a la imagen del Gobierno, que pasa por un momento difícil. Siendo hoy la vicepresidenta y haciendo parte de un gobierno que recibe críticas a diario, tal vez daría mejores resultados tener un tipo de comunicación más diplomática”, dice.

Mientras que el experto en comunicación política Pedro Viveros cree que “en el episodio de los helicópteros hay dos vicepresidentas: la que justificó la necesidad de un sistema de seguridad por los hechos a los que se ve sometida por las amenazas y atentados y otra, muy distinta, la retadora y casi que soberbia cuando llena de adjetivos a los que en su mente según ella son sus opositores”.

Para Viveros, “nadie quiere que a la señora vicepresidenta le ocurra algo en un país tan violento como el nuestro, pero el poder que ella dice tener hoy debe tener una gran dosis de humildad y prudencia que ella no la ha tenido”.

Francia Márquez, en Cuba.

Juan Lozano, periodista, analista y columnista de este diario, muestra su sorpresa al considerar que la vicepresidenta exhibe unas reacciones distintas a las de ella misma. “Cuando se suma la retórica del “de malas”, la gente se indigna. La gente no se lo esperaba de Francia. Muchos dicen que esta no es la Francia por la que votaron en campaña”.

Andrés Segura, experto en comunicación política y análisis de encuestas, dice que el tema, incluso, se ha convertido en motivo de reflexión en los centros de pensamiento que hacen seguimiento a la realidad nacional.

La vicepresidenta Francia Márquez usa de forma sistemática un discurso que se puede describir como populista, profundizando en el discurso la brecha entre las élites y el pueblo, dice él.

En las últimas declaraciones usó el recurso de resaltar los privilegios que han tenido quienes siempre han ocupado los cargos de poder, y cómo la opinión pública ha reaccionado de forma diferente frente a las acciones de actual gobierno.

Esta estrategia afianza el mensaje de cambio y de un gobierno “de los nadies” frente a sus seguidores. “Brinda un componente emocional que encuadra las discusiones en un terreno moral que evita las discusiones directas sobre los sucesos del gobierno”, dice Segura.

Este analista considera que, aun así, el tono y las palabras de la vicepresidenta para hablar de viajar en helicóptero para ir a su residencia fueron muy desafortunadas. “La soberbia con la que reafirma que va a seguir usando los recursos del Estado de la manera que lo ha venido haciendo reforzó los miedos que tiene una parte de colombianos acerca de la forma en que va a avanzar este gobierno”.

La soberbia con la que reafirma que va a seguir usando los recursos del Estado de la manera que lo ha venido haciendo reforzó los miedos que tiene una parte de colombianos (…).

Adicionalmente, dice, le regaló a la oposición la oportunidad de reforzar el mensaje de que este nuevo gobierno no representa ningún cambio, sino que busca usar los privilegios dejando de lado el discurso de equidad.

El tono de voz, la postura y las palabras coloquiales que usó la vicepresidenta aumentaron el rechazo entre opositores y no le permite a ella ganar espacio entre los indecisos, debilitando la posibilidad de apoyos en nuevos sectores de la opinión pública, añadió.

“En resumen, la vicepresidenta logró afianzar el mensaje en su núcleo de apoyo, pero debilitó la posibilidad de alcanzar mayores consensos con otros sectores alejados en el debate público”, concluyó Segura.

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