Impuestos: la campaña mundial a favor de gravar carne y la leche – Sectores – Economía


A través de una campaña buscan aplicar impuestos sobre el consumo de carnes y lácteos en los 50 principales países consumidores y, con ese dinero, impulsar proyectos que beneficien a los cultivadores de comida sana, como frutas, y vegetales, y que ayuden a los ganaderos a desarrollar proyectos ambientales sostenibles que combatan las emisiones de esos gases.

La producción de carne y lácteos representa al menos el 14,5 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y se prevé que alcance el 81% del presupuesto de emisiones de 1,5 ° C para 2050, si el consumo continúa sin ser reducido”, afirman los promotores de la campaña mundial en carta abierta.

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“Si el consumo mundial de carne y lácteos se expandiera a niveles per cápita más altos, será imposible evitar que las temperaturas globales aumenten a niveles peligrosos”, advierten.

Además, añaden que “los niveles más bajos de consumo de proteína animal no solo mejorarán la salud pública y reducirán sus costos sino que, simultáneamente, mermarán las emisiones globales de gases de efecto invernadero y la pérdida de biodiversidad”.

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La campaña es importante “porque los objetivos climáticos del Acuerdo de París no se pueden realizar sin políticas para reducir el consumo de carne en los países de la de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos Ocde”, dice a Portafolio Jeroom Remmers, director de Coalición Tapp, la unidad investigativa de la Fundación Vegetarianos hoy, organización internacional que promueve lo vegetariano trabaja por reducir el sufrimiento de los animales de producción en América Latina.

“La mejor manera de alcanzar los objetivos ambientales del Acuerdo de París es gravando la carne, como también lo hacemos con los combustibles fósiles para reducir las emisiones de GEI. Necesitamos comer menos carne para reducir, también, la deforestación, mejorar la salud pública y disminuir los costos de atención médica como resultado de su consumo excesivo”, agrega Remmers.

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Reducir el consumo de carne y lácteos per cápita en los 50 países desarrollados que tienen los niveles más altos de consumo de carne per cápita es “un imperativo para la salud humana y planetaria”, enfatiza.

El principal objetivo del Acuerdo de París es evitar que el incremento de la temperatura media global del planeta llegue los 2 grados centígrados y que el calentamiento global no supere los 1,5 grados C.

Por eso, la Carta Abierta a favor del impuesto sobre carnes y lácteos fue dirigida especialmente a los países firmantes del Acuerdo de París para que mejoren, mediante la aplicación del precio del carbono en los alimentos, las metas climáticas que apoyaron.

Firmaron la carta empresas y 5.000 ONGs de más de 100 países y la dirigieron a los presidentes y ministros de 50 países. Entre los firmantes figuran más de 100 organizaciones ambientales, alimentarias y de bienestar animal.

Campaña decisiva

La reducción en la emisión de gases de efecto invernadero es, sin duda, un imperativo para la salud ambiental del planeta pero expertos dijeron a Portafolio que no es fácil conseguir resultados inmediatos de una campaña que toca el bolsillo de muchas personas, especialmente, en la pospandemia y en la antesala de una anunciada recesión económica mundial.

Pero Remmers sostiene que “la campaña ha sido todo un éxito” porque “recibimos unas 10 reacciones formales de países, Ocde, que se comprometieron a enviar nuestra carta con la propuesta a las personas encargadas en los ministerios específicos”.

También es exitosa porque “Dinamarca está preparando una propuesta de impuesto sobre el CO2 para el ganado para finales de este año y Nueva Zelanda implementará un impuesto sobre las emisiones de GEI del ganado para 2025”.

No obstante, admite tropiezos. “Alemania quiere aumentar el IVA sobre la carne y los productos lácteos a largo plazo, pero que esto no es seguro y el gobierno holandés planeaba introducir el impuesto pero la mayoría del parlamento se opuso”.

Estima que el aumento de los precios de los alimentos, influyó para que los gobiernos de Holanda y Alemania se resistieran por ahora de aplicar el impuesto.

Los promotores de la campaña también esperaban que el Reino Unido fuera el primer país en anunciar formalmente el impuesto a la carne durante la conferencia COP26 en Glasgow pero, después de hacerlo, el Ministro de Agricultura se retractó por las críticas del parlamento y de las organizaciones campesinas, según Remmers.

Colombia, que se adhirió a la Ocde en 2020 como tercer país de la región, junto con México y Chile y antes de Costa Rica, no se había pronunciado hasta mediados de julio. Tampoco países como Argentina, y Brasil, grandes productores y consumidores de carne y lácteos, afirma Remmers.

Es urgente que se encuentren los caminos apropiados y se tomen las medidas necesarias. De acuerdo con los últimos estudios realizados por Naciones Unidas y por científicos, el aumento de la temperatura global por encima de los 1,5 grados centígrados podría desencadenar los peores impactos climáticos y comprometer la salud y vida del planeta.


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