El Banco Central Europeo (BCE) elevó el jeuves su tasa de interés clave en 50 puntos básicos, el primer incremento en 11 años y el mayor desde el año 2000, mientras enfrenta una creciente inflación incluso cuando aumentan los riesgos de recesión.
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Tras la reunión del Consejo de Gobierno, el BCE informó de que también incrementa en 50 puntos básicos la facilidad de crédito, a la que presta a los bancos a un día, hasta el 0,75 por ciento, y la facilidad de depósito, a la que remunera el exceso de reservas a un día, hasta el 0 por ciento.
En momentos en que Italia pasa por una importante crisis política, la presidenta del banco, Christine Lagarde, y sus colegas dieron a conocer una herramienta que esperan garantice que los mercados no aumenten los costos de endeudamiento de manera demasiado agresiva en las economías vulnerables, como sucedió en 2012, cuando se cuestionó la existencia misma del euro.
Con la decisión, el BCE se une a 80 pares internacionales, incluida la Reserva Federal de Estados Unidos, en el aumento de las tasas este año para combatir la exorbitante inflación después de meses de predecir que dichas presiones desaparecerían.
“Las presiones de los precios se están extendiendo a cada vez más sectores”, dijo Lagarde en una conferencia de prensa en Fráncfort, sede de la institución. “La mayoría de las medidas de inflación subyacente han subido más.”, agregó.
Atrapada en una compleja disyuntiva entre el aumento de los precios y los temores por el crecimiento, el BCE apostó por la subir sus tres tipos de interés clave en 50 puntos, cuando todos se esperaban una subida de 25 puntos.
Esperamos que la inflación se mantenga indeseablemente alta durante algún tiempo.
Desde que el BCE ha apuntado a un aumento del precio del dinero se han disparado las primas de riesgo de los países de Europa del sur frente al “Bund”, el bono soberano alemán a diez años que sirve de referencia, algo que se conoce como fragmentación.
Se trata de la primera subida de los tipos de interés desde julio de 2011. Además, los tipos de interés del BCE han estado en el 0 por ciento desde mediados de marzo de 2016 y la tasa de la facilidad de depósito ha sido negativa desde mediados de junio de 2014.
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En los últimos días se había especulado con la posibilidad de que el BCE tomara medidas más agresivas, ya que la inflación en la eurozona sigue aumentando bajo el impacto combinado de la recuperación poscovid, las tensiones en la cadena de suministro y la crisis energética vinculada a la ofensiva rusa en Ucrania.
El principal tipo de interés pasa de cero, donde se situaba desde 2016, a 0,5 por ciento, mientras que el tipo que grava una parte de la liquidez bancaria no distribuida en forma de crédito sube de -0,5% a cero.
Una tarea compleja
Esta decisión marca el fin de la era de los tipos de interés negativos que comenzó en 2014 y de una década de generosa política monetaria que ha ayudado al bloque a superar las crisis de los últimos años.
El endurecimiento de la política monetaria ya había comenzado en julio con el cese de nuevas compras de deuda en los mercados para reducir la masa monetaria en circulación y frenar la inflación, que el mes pasado marcó un nuevo récord en la zona euro, con un 8,6 por ciento interanual.
Sin embargo, la tarea del BCE es aún más compleja ante las amenazas de corte del gas ruso, el riesgo por la crisis política en Italia y la caída del euro.
Y es que el hasta ayer primer ministro de Italia, Mario Draghi, con su pedigrí de expresidente del BCE, era visto por los mercados como un factor de estabilidad.
Raising interest rates was the latest step on our journey to normalise monetary policy, and it won’t be the last.
There should be no doubt that we are committed to maintaining price stability.
That is our job, and we will deliver. pic.twitter.com/bcXG6xp39X
— Christine Lagarde (@Lagarde) July 21, 2022
El BCE anunció también un nuevo instrumento para proteger a los Estados más vulnerables de los ataques especulativos contra su deuda, reduciendo la diferencia entre tasas de préstamo entre países.
Esta herramienta “podrá activarse para contrarrestar dinámicas de mercado injustificadas y desordenadas que suponen una grave amenaza para la transmisión de la política monetaria en la eurozona”, cuyo objetivo es una tasa de inflación del dos por ciento a medio plazo, detalló un comunicado.
Poco después del anuncio de la partida del líder italiano, la diferencia (conocida como spread) entre la tasa de préstamo de Italia y Alemania a diez años se colocó en 240 puntos, el nivel más alto desde mediados de junio de este año.
Sin citar a Italia, la presidenta del BCE aseguró que el regulador europeo “no dudará” en recurrir a este nuevo instrumento, “aunque preferiría no tener que usarlo”, declaró.
Además, la crisis del gas complica la tarea del BCE. La dependencia europea de las importaciones energéticas rusas tiene a las autoridades europeas preocupadas, puesto que u na interrupción total del suministro de gas desde Rusia sumiría a la eurozona en la recesión y una rápida subida de los tipos de interés empeoraría la situación.
La última vez que el BCE subió sus intereses fue en 2011, pero una crisis de deuda europea rápidamente obligó a la institución a revertir el curso. El presidente del BCE que logró contener las tensiones en los mercados de valores fue Mario Draghi.
Lo cierto es que el movimiento de tasas de ayer alinea al BCE con un impulso mundial de ajuste y pone fin a un experimento de ocho años con costos de endeudamiento por debajo de cero.
El BCE dijo en un comunicado que, en las próximas reuniones, será apropiada una mayor normalización de las tasas de interés.
puede activarse para contrarrestar dinamicas de mercado desordenadas e injustificadas.
“La anticipación de hoy (ayer) de la salida de las tasas de interés negativas permite al Consejo de Gobierno realizar una transición hacia un enfoque de las decisiones sobre las tasas de interés”, dijo el banco, absteniéndose de entregar orientaciones sobre la magnitud de las futuras alzas.
A medida que se implementen estas medidas, dijo que establecerá el Instrumento de Protección de Transmisión, que “puede activarse para contrarrestar dinamicas de mercado desordenadas e injustificadas”.
El TPI se sumará al conjunto de herramientas del BCE y puede activarse para contrarrestar dinámicas de mercado no deseadas o desordenadas que constituyan una seria amenaza para la transmisión de la política monetaria en el conjunto de la zona del euro.
Por ello, el banco central de la Unión Europea no ha establecido restricciones ex ante para las compras de deuda. Para frenar la subida de las primas de riesgo de los países periféricos el BCE reinvierte desde el 1 de julio los bonos que compró durante la pandemia y que vencen de forma flexible.
Pero esta medida no es suficiente en caso de que se produzca una crisis mayor como ocurre ahora en Italia, un país muy endeudado que afronta una nueva crisis política, y por ello el BCE ha aprobado este nuevo instrumento para frenar la especulación en los mercados.
REDACCIÓN INTERNACIONAL
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