La siguiente semana no solo será clave para las reformas de la salud y pensional en el Senado de la República. También se espera que se inicie el segundo debate de la ley estatutaria de la educación en la plenaria de la Cámara de Representantes, que debe superar tres debates antes del 20 de junio o se hunde por falta de trámite.
Este proyecto, que fue aprobado en su primer debate en diciembre por la Comisión I de esa corporación, busca establecer las garantías del derecho fundamental a la educación, su regulación y fijar las condiciones necesarias para su efectiva protección.
Está previsto que el martes se termine la votación de todos los impedimentos y así pasar a discutir la ponencia del proyecto que tuvo un buen ambiente, pero las cuentas no están claras en la plenaria de la Cámara.
“Tal cual se previa, en Senado las presiones han sido mayores y hoy la reforma tiene un alto riesgo de que sea hundida por la alianza de los partidos políticos de oposición y el lobby de quienes persisten en mantener el derecho a la salud como un negocio”, dijo a este diario el representante del Pacto Histórico Gabriel Becerra, ponente de la iniciativa. Y agregó que “las opciones de recomponer acuerdos y avanzar en alguna medida están por el lado de la ponencia alternativa”.
Es nuestro compromiso hacer de la educación un gran acuerdo nacional para poder vivir mejor como sociedad
Uno de los temas más sensibles del proyecto, y que prende las alarmas de varios sectores, es un artículo que da facultades especiales al Presidente para la formación de herramientas y estrategias que desarrollan la reforma de la educación. Y aunque ese fue eliminado en el primer debate, persiste el riesgo de que los aliados del Gobierno busquen revivirlo.
Si bien desde el 16 de febrero el Congreso está sesionando, solo la semana pasada se agendó el segundo debate de la ley de educación. Lo anterior debido a que, por tratarse de una estatutaria, solo podía ser tramitada desde el 16 de marzo, cuando anteriormente se reanudaba la legislatura, fecha que se corrió un mes para atrás gracias a una reforma constitucional, pero esta solo permite discutir leyes ordinarias.
Sin embargo, hubo críticas porque con los tiempos tan apretados la Cámara no sesionó en Semana Santa, como sí lo hizo el Senado, para avanzar en la discusión de la reforma pensional.
MATEO GARCÍA – REDACCIÓN POLÍTICA