Death Stranding 2: On the Beach es la segunda entrega de la saga creada por Hideo Kojima, desarrollada sobre el motor Decima en colaboración con Guerrilla Games.
Exclusivo de PlayStation 5 en su lanzamiento inicial, el juego aprovecha de forma intensiva la arquitectura de nueva generación para ofrecer una experiencia gráfica, sonora y de diseño jugable notablemente más avanzada que su predecesora.
El juego utiliza una versión ampliada del Decima Engine, conocido por su uso en Horizon Forbidden West. Para esta entrega, se han mejorado el sistema de iluminación global, la simulación de materiales y las físicas de fluidos.
Death Stranding 2 en PS5. Foto:EL TIEMPO
Aunque no incorpora ray tracing por hardware en PS5, se vale de técnicas avanzadas de rasterización para lograr reflejos de espacio de pantalla, sombras dinámicas de alta resolución y niebla volumétrica. Las texturas presentan un nivel de detalle sobresaliente incluso a larga distancia, con un sistema de LOD muy afinado que reduce el popping a mínimos casi imperceptibles.
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El SSD de PS5 permite tiempos de carga prácticamente nulos, algo fundamental para mantener la inmersión en un mundo abierto de gran escala. Al respecto, Digital Foundry ha resaltado esta optimización como una de las mejores implementaciones del hardware de la consola.
La geografía es más diversa, con biomas que incluyen desiertos australianos, selvas costeras y regiones montañosas. El motor maneja físicas de carga y balanceo en tiempo real: cada kilo de peso mal distribuido altera la estabilidad del personaje. Eventos dinámicos como tormentas de arena, terremotos o lluvias temporales (timefall) erosionan el equipo y modifican rutas en tiempo real, forzando al jugador a adaptarse.
Death Stranding 2 en PS5. Foto:EL TIEMPO
El juego también introduce vehículos anfibios y sistemas de transporte automatizados como el monorraíl, que pueden ser construidos colectivamente mediante el componente online asíncrono. La física del agua y de la brea (un fluido sobrenatural) impone restricciones a la movilidad, añadiendo realismo y dificultad táctica.
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Todo el elenco principal –Norman Reedus, Léa Seydoux, Elle Fanning, Troy Baker– realizó captura de movimiento de alta precisión, con animación facial avanzada que emplea sistemas blendshape y rigging adaptativo.
El resultado son cinemáticas con actuación naturalista, donde incluso microexpresiones y movimientos oculares transmiten matices emocionales. El arte de Yoji Shinkawa mantiene coherencia estilística con el original, modernizado con shaders de materiales más complejos y sombreado de piel subsuperficial.
El juego emplea el motor de audio Tempest 3D de PS5 para generar un campo sonoro posicional con notable precisión. Esto permite localizar la dirección de BTs, el viento en cañones estrechos o la caída de objetos de carga con notable realismo auditivo.
El DualSense contribuye con vibración háptica detallada: cada paso en barro, el peso de la carga o el goteo del timefall se transmiten con texturas hápticas diferenciadas. Los gatillos adaptativos añaden tensión al sostener carga pesada o disparar armas.
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El bucle jugable principal sigue basado en la entrega de carga en mundo abierto, pero amplía su profundidad con un árbol de habilidades (APAC) que permite personalizar a Sam en sigilo, combate o logística. Hay más opciones de equipamiento, incluyendo armas letales y no letales, gadgets, así como vehículos más variados y personalizables.
El combate se ha refinado para ser más satisfactorio, aunque el diseño sigue desincentivando el enfrentamiento letal con humanos debido a las consecuencias narrativas del universo. Los BTs tienen variantes nuevas y patrones de IA más complejos, algunos con capacidad de visión, lo que añade tensión en zonas infestadas.
El sistema Social Strand vuelve más robusto, permitiendo construir infraestructuras compartidas como puentes, carreteras y estaciones de monorraíl, donde los jugadores pueden aportar recursos para completar obras colectivas.
La personalización de contratos permite priorizar estructuras de amigos. Este diseño fomenta la cooperación indirecta y refuerza la temática central del juego: la conexión humana en un mundo fragmentado.
El juego permite elegir entre varios niveles de dificultad, desde Muy Fácil hasta Difícil, y ofrece la opción de omitir combates contra jefes para jugadores interesados únicamente en la historia. Incluye configuraciones para interfaz, subtítulos y controles adaptables, aunque no alcanza el nivel más alto de accesibilidad visto en otros títulos contemporáneos.
Death Stranding 2: On the Beach es una evolución significativa de su predecesor en todos los aspectos técnicos y de diseño. El Decima Engine se muestra en su mejor forma, con una integración casi impecable de físicas, iluminación, animaciones y audio 3D.
La propuesta jugable mantiene su originalidad con un ritmo pausado y estratégico, potenciado por un sistema social asíncrono que expande la idea de comunidad global. No es un juego diseñado para todos los públicos, pero para quienes aprecien su enfoque, ofrece una experiencia compleja, técnicamente pulida y conceptualmente ambiciosa.