Los gastos que conlleva tener un carro en Colombia – Sectores – Economía

Comprar un carro, bien sea nuevo o usado, siempre ha sido, es y será una alegría de dimensión familiar que a veces se ve empañada porque en las cuentas para que el carro quede a nombre propio se olvidó sumar las de los mantenimientos que exige todo vehículo, sin importar su edad.

Y no se está hablando de ese ‘corrientazo’ que recorre el cuerpo cada vez que el indicador de gasolina exige una nueva ‘tanqueada’, pues este es el más evidente y anticipable por la necesidad que conlleva, sino que también hay otros que son pequeñas descargas al ‘ánimo’ y al bolsillo.

Entre esos gastos ‘invisibles’ está la periódica lavada del carro, el par de cambios de aceite que se hacen al año, la renovación de las plumillas, las eventuales y siempre inoportunas llantas ‘pinchadas’ o su eventual renovación, el arriendo del parqueadero, el costo de los seguros, de los impuestos, de la revisión y el mantenimiento usual, entre otros. Cuando no hay daños.

Por ello, hicimos un breve repaso contable sobre el rango de costos que tienen en la actualidad algunos de estos servicios para el ‘cacharrito’, tanto si es un automóvil o una camioneta, y su incidencia en la billetera anual del propietario, y también advirtiendo que en muchos casos los precios de los repuestos difieren si se trata de los ‘unos o de las otras’ y, por supuesto, obviando marcas de lujo en esas consideraciones.

Gasolina, la que más duele

Gasolina

Al año se requiere un presupuesto de mínimo 1.5 millones de pesos para un carro que se mueva entre la casa y la oficina.

Las estaciones de servicio ya no saben qué más inventarse para atraer a los usuarios a su ‘barra de cocteles’ para que surtan los sedientos carros cuyos dueños, con el indicador titilante, se arriesgan a un estrabismo buscando el mejor precio en los tableros.

Y no es para menos, pues con una “Extra” que ya ronda los 20.000 pesos y una corriente que en promedio está en 9.500, hay que prolongar el ayuno lo más que se pueda hasta encontrar el precio más benevolente. Y son muchas las estaciones que con solo este ‘gancho’ atrapan a los consumidores que prefieren perder hasta 10 minutos en una fila de una ‘bomba’ a esperar que el azar sople a su favor en cualquier esquina.

En números absolutos, un carro con un motor de menos de 1.5 litros tiene que pasar por lo menos cuatro veces al mes por una estación de servicio y les deja consignados 125.000 pesos para mantenerse siempre por encima de la estresante línea roja.

Esto significa que al año se requiere un presupuesto de mínimo 1.5 millones de pesos para un carro que se mueva entre la casa y la oficina, con muy poco o nulo ejercicio en el fin de semana y sin que sea frecuente la llegada de la aguja al paraíso del tanque completo. A ese ‘presupuesto’ hecho a la ligera, habrá que sumarle los frecuentes trancones que suman minutos y pesos a la cuenta.

Y si se trata de camionetas con motores de 2.0 litros o más, pues bueno, ahí hay que volver a repasar con dolor la teoría de los exponentes, porque la factura se potencia a la máxima expresión.

Arriendo del parqueadero

Este es otro de esos gastos que llegan después de la ‘alegría’ de la compra del carro. Muchas personas tienen que contratar este servicio bien sea para su hogar o para su llegada al trabajo o, peor aún, ambas.

Es otra ‘renta’ que va borrando la sonrisa si no se ha contemplado, pues al principio o final de cada mes la factura llega. Ese ‘bache’ puede desacomodar la cartera familiar pues en promedio el costo de este espacio está entre los 90.000 y los 180.000, según nuestro sondeo.

Esto significa que, al año, en el mejor de los casos, se está pagando más de 1 millón de pesos por este otro ítem que sube de ‘tono’ según el estrato o la preponderancia comercial del punto donde se va a estacionar. Y si tiene que pagar tanto en la casa como en el trabajo, la factura supera los 220.000 pesos, incrementando los gastos anuales en 2.2 millones de pesos, también en promedio. Esto sin la suma de las eventuales entradas a los parqueaderos que pueden llegar a ser aún más ‘venenosas’ porque se sabe de varios de estos sitios cuya tarifa es de 120 pesos el minuto más IVA, algo así como unos 9.000 pesos la hora, pero sabemos que los hay aún más caros.

La limpieza

Hay quienes son asépticos por vocación, oficio y compulsión y por eso quieren que su carro se vea impoluto, brillante e higiénico por dentro, por fuera, por debajo, bajo el capó, etcétera. Para ellos, esta carga no es un desperdicio a pesar de que el costo sea el doble del que tenemos que pagar el resto de los ‘mortales’ para los que esta ‘atención’ no es tan ‘religiosa’, ni perfeccionista.

En un sondeo ‘a boca de urna’ un propietario promedio lleva a lavar su vehículo unas dos veces por mes, aunque somos también legión a los que nos parece que con una ‘juagada’ mensual basta. En todo caso, el costo de este servicio está en un rango de entre 25.000 y 30.000 pesos para ese bañito de espuma exterior, y puede llegar hasta los 100.000 o 120.000 para aquellos puristas del aseo.

6 millones de pesos podrían llegar a sumar, en promedio, los gastos anuales fijos de un carro

Con la ‘calculadora en mano’ podemos decir que para un automóvil este costo es de unos 60.000 pesos al mes, pues las camionetas tienen un valor superior en 20.000 o 30.000 pesos, lo que significaría que el gasto anual de la higiene será de unos 700.000 pesos en promedio para un automóvil que cada 15 días pasa ‘a la ducha’.

El cambio de aceite

Necesario, inaplazable, obligatorio. Este gasto no es millonario, pero también hay que tenerlo en cuenta pues se debe hacer entre los 8 y 10 mil kilómetros. En algunas marcas de nuevos, el cambio se hace cada 10.000 kilómetros en promedio, por lo que no alcanzan a las dos visitas anuales para el cambio. Pero sí hay concesionarios que los piden con menos kilometraje, sin necesidad técnica evidente, so pena de anular la garantía y allí las cuentas las estiran con otros servicios como control de niveles, mirar las pastillas y cosas de menor incidencia pero que pueden llevar la factura al medio millón o superarlo. Además, suelen instalar lubricantes del rango más costoso, que en muchos casos sobrepasa las necesidades de los motores, pero alientan las arcas del taller.

En estos servicios es imperativo cambiar el filtro del aceite en cada parada y el del aire como máximo cada dos. Este mantenimiento tiene un costo en promedio de unos 220.000 pesos si hay que añadir el filtro de aire para un automóvil de menos de 2 litros y de una marca generalista.

O sea, el costo anual de este repaso es de unos 400.000 pesos en promedio para un automóvil. Pero el precio puede aumentar de forma proporcional según el tamaño del motor, la marca de aceite que se quiera o el sitio de preferencia.

Las llantas

Antes que nada, hay tres cosas por atender con las llantas. La alineación y el balanceo que los especialistas recomiendan hacer una vez por año, los eventuales ‘pinchazos’ que ya no son baratos de solucionar y el reemplazo de estas, que es el verdadero lastre en ese mundo negro y redondo.

La alineación y balanceo no son tan costosas, si se compara con los anteriores gastos. Tiene un precio en promedio de 80.000 pesos. No es gran cosa, pero suma.

¿Cuánto ha cambiado la solución de los ‘pinchazos’ al día de hoy? Atrás quedaron esos gloriosos días con los que con un billete de 10.000 se salía del lío y, además, le ‘calibraban’ el aire a las demás ruedas. Ahora hay que alistar entre 30.000 y 50.000 pesos en promedio para pagar un ‘parche’ en cuya colocación por supuesto se incluye la ‘mano de obra’, aunque no la vulcanización de la zona afectada, que a veces dicen ser necesaria por el estado de la llanta o el tamaño del hueco.

Y si tiene que cambiar las llantas ‘téngase de atrás’. El valor de una llanta rin 15’ o 16’ con medidas convencionales, sin que sean todoterreno o deportivas, arranca desde los 220.000 pesos para un automóvil y sube inmediatamente a 400.000 para una camioneta. Y a partir de allí, según la marca, la calidad, el perfil de la llanta y su uso, podemos llegar y superar la frontera del millón de pesos con mucha facilidad. En todo caso, si le toca cambiar todas las llantas, el precio anual de este cambio será de 900.000 en promedio, de nuevo para un automóvil generalista.

Los de Ley, unos ‘totazos’

El Seguro Obligatorio, el impuesto de vehículos y la revisión Técnico-mecánica, que aplica a todos los carros que tienen desde seis años o más en la expedición de su matrícula, se deben cumplir sin falta y son los primeros a tener en cuenta en este ‘doloroso’ repaso de cuentas.

Si el carro tiene más de 10 años, el SOAT o seguro obligatorio está entre 489.000 y 622.000 para automóviles, según cilindrada, y para los más ‘jóvenes’ está entre 370.000 y 524.000 pesos. Y si su carro es una SUV paga entre 785.000 y más de un millón de pesos si tiene 10 años o más, y entre 653.000 y 915.000 pesos si es una camioneta joven. Duro paso por la registradora.

Para el impuesto del carro ‘todo depende’. Depende de la marca, línea, modelo o año del carro y de su cilindrada, pues con estos el Ministerio de Transporte establece un avalúo comercial y, además, de la ciudad o departamento donde se va a pagar el impuesto, pues son diferentes los plazos y semaforizaciones y ordenanzas que aplican. Para un automóvil con menos de 10 años y de una marca normal se puede estar hablando de entre 400.000 y 500.000 pesos.

La revisión Técnico-mecánica es otro gasto que, aunque no es tan oneroso como los dos anteriores, hay que meterlo en los ‘imprevistos’ por si hay que arreglarle algo al carro para que pase ese examen. En la actualidad el precio de esta revisión es de 228.751 pesos en todo el país.

Los ‘pormenores’

Las plumillas son otro gasto ‘menor’. Se recomienda cambiarlas una vez por año y en nuestro país debería ser antes pues las condiciones de sol, polvo, lluvia, barro y demás, acortan la vida de este elemento que siempre se recuerda cambiar cuando estamos atrapados en un chaparrón.

Las hay de todas las marcas y calidades, e incluso como repuestos originales cuyos precios suelen ser prohibitivos, pero hay quienes se dan ese ‘gusto’. En cualquier caso, el valor promedio de una plumilla, en un universo de opciones, tamaño y materiales, está en un rango entre los 40.000 y los 80.000 pesos, sin brazos, soportes, ni ningún otro mecanismo. La plumilla como tal y ya. Ojo, por lo general en los vehículos de cinco puertas, bien sean automóviles o SUV, la plumilla de la quinta puerta vale el doble de las delanteras.

Y por último están los embellecedores y perfumes para el carro. Las cremas para cuidar la pintura, tapizados, los perfumes y demás ‘perendengues’ que completan el impacto visual de un carro y el gozo de conducirlo, pero aquí el gusto y las opciones son universales como para meterlas en esta ‘contabilidad’ hecha a la carrera.

‘Asústese’ con la sumatoria del año

Para quien escribe este artículo, propietario de un automóvil modelo 2015, y teniendo en cuenta los números anuales que implican los gastos de seguros, impuestos, revisión, gasolina, parqueaderos, cambio de aceite, lavadas, tres ‘pinchazos’ al año, y sin contar con un inminente reemplazo de llantas, la factura por ‘disfrutar’ del carro llegará este año a unos increíbles casi seis millones de pesos, lo que significa un 25% de su actual avalúo comercial actual.

Esto fue lo que encontramos en una pasada muy veloz sobre los gastos que implica tener un carro, pero que pueden ser más, y amén de los ‘improvistos’ que casi siempre remolcan una kilométrica factura. Así que antes de comprar su próximo carro, aliste papel y lápiz y ‘eche’ números.

GIOVANNI AVENDAÑO
Editor Motor.com.co


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