A Millonarios lo persigue su pasado reciente. Es una sombra. El equipo de los 50 puntos de Pinto que se reventó en el último partido, contra América, en Bogotá, para meterse en la final. El equipo de las ocho eliminaciones de Gamero, el equipo del mismo Gamero que perdió el título del apertura del 2021 en una final increíble y de pandemia contra el Tolima: empató en Ibagué 1-1 y en el ‘Día D’ –¡definitivo!–, en El Campín, terminó el primer tiempo ganando 1-0 y perdió su esperada estrella 16 por 2 a 1 de manera insólita.
En diciembre pasado, nada más en diciembre pasado, fue a Pereira, otra vez iba ganando 1-0, otra vez perdió 2-1 y otra vez Gamero y su equipo se quedaron con los crespos hechos…
¿Qué pasó, si su juego era bueno, confiable y elogiado? De entrada, muchos errores individuales puntuales: inmejorables opciones de gol desperdiciadas (¡hasta penaltis!), metidas de pata defensivas y fugas mentales que derivaron en las derrotas.
(Lea también: Un golazo de Leo Castro y una noche inspirada de Montero dejan a Millos como líder)
En este comienzo del cuadrangular semifinal B, Millos se mantiene de líder. Empató de visitante contra Medellín por un error de su portero Montero en un tiro libre. Debió haber ganado. Y derrotó en casa a Boyacá Chicó porque su portero Montero lo salvo seis veces (¡tapó hasta un penalti!) e hizo que el gol de Leo Castro en una jugada aislada fuera de oro.

Millonarios vs. Boyacá Chicó
César Melgarejo – EL TIEMPO
Ese 1-0 sobre Chicó, que no mereció perder con un jugador menos por media hora, es toda una lección para Millonarios: jugando a lo que no juega desde hace ya varios partidos, el sábado supo competir cuando la pelota le brincó como si tuviera un sapo adentro, cuando corrió detrás de los rivales porque no la quitaba en la mitad, cuando apretó los dientes, aguantó, controló y ganó.
¿Qué es saber competir?
¿Qué es saber competir? Ese es otro término de moda. Competir se confunde con la actitud, la garra, el oficio. Pero se los resumo en mis palabras: saber competir es hacer lo que piden los momentos puntuales de cada partido para lograr el resultado. Así, si toca tener la bola, pues se tiene, y si toca reventarla, pues se revienta. Si toca hacer más lento el juego, pues se hace lento, y si toca atacar y mandar a cabecear hasta el portero suplente, pues se ataca y se manda… ¡Hay que tener la madurez y capacidad de tomar y ejecutar la decisión correcta en el momento correcto!
(Además: Alberto Gamero entrega alentadora noticia a hinchas de Millonarios)
Y esa capacidad y madurez para competir empieza por las individualidades, porque el ‘1’ saque las que tiene que sacar y el ‘9’ meta las que tiene que meter. Saber jugar y saber sufrir para escribir el resultado ya sea en verso o en prosa.

Millonarios vs. Boyacá Chicó
César Melgarejo – EL TIEMPO
Pasado mañana, este Millonarios de hoy, de menos presión en campo contrario, de menos tenencia de bola y de más juego largo que corto, visita al América y su temible ataque. Examen de alta competencia.
La exigencia para Millonarios y Gamero es ser campeones de la Liga. Ya para eso debe saber competir como lo hizo contra Chicó, para derrotar sus sombras y no quedarse, otra vez, con los crespos hechos.
Meluk le cuenta…
Gabriel Meluk
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta
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