El pasado 7 de agosto se cumplió el primer año de Gustavo Petro como presidente. En tan solo un año, hay muchos temas que han cambiado. El optimismo inicial ha pasado a un escepticismo, varias veces agudizado por las distintas crisis que ha enfrentado el Ejecutivo. Por otro lado, en 2022 se decía que parte de la victoria se debía al éxito comunicativo del entonces candidato, 365 días después se ha cuestionado grandemente la forma en que el gobierno lleva las comunicaciones.
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Distintos expertos hablaron con EL TIEMPO y coincidieron en que una de las falencias de la administración Petro ha sido la forma en la que ha llevado a cabo su comunicación. Uno de los aspectos que señalaron es que el mandatario se quedó con la fórmula le dio éxito y no se ha dado cuenta que no es lo mismo ser candidato que presidente de una nación.
“Ese sigue comunicando en clave electoral y en oposición. Están comunicando en una sola persona. Es una comunicación de una sola persona y no de un gobierno. Se comunica como adversarios”, expresó la experta en comunicación política Nury Astrid Gómez, que en un balance general habla de “fallas grandes”.

Gustavo Petro, presidente de Colombia
Para esta “hay más proselitismo que comunicación”, lo que considera que es un error debido a que, aunque todo en política, quiérase o no, es comunicación, el “gobierno no se comunica”. Esto debido a que todo estaría recayendo en la imagen presidencial y los demás miembros del gabinete estarían quedando al margen.
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Mario Morales, docente de la Pontifica Universidad Javeriana, hace un diagnóstico similar, pues expresa que uno de los errores es que ha sido una “comunicación personalista”. Sin embargo este ahonda y califica lo hecho hasta el momento en comunicaciones como “reactivo, forzado e improvisado”.
“Petro ha encontrado que el estilo personalista le ha dado resultado desde el punto de vista personal. Siente que puede mantener la comunicación política así el país lo cuestione”, agregó Morales. En este sentido, expresó que hay un intento por desintermediar la comunicación y que sea directamente con las audiencias. Sobre esta técnica, destacó que funciona con sus seguidores, pero no tiene el mismo impacto con el resto de la población.
“Al comunicarse directamente, Petro recibe buena nota en la comunicación con sus seguidores. Ellos no necesitan sino los trinos y los discursos. Pero los otros sectores, la oposición sobre todo, ha encontrado puntos flacos porque no tiene procesos sino responde la coyuntura”, señaló Morales, que apuntó a que esto ha sido aprovechado para que desde la oposición se “echen a andar narrativas desinformativas”.
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“Habla, provoca y vive diciendo más que haciendo”, dijo el profesor Ómar Rincón, especialista en temas de medios. Para el académico, hay un aparente intento por comunicar al presidente, incluso destaca que se llegaron a hacer documentales de los primeros 100 días, pero se termina fallando.
“La casa de gobierno ha querido volverse comunicador e instauran un relato, pero no es capaz aún de apoderarse del relato”, destacó Rincón frente a Colombia Hoy, el programa de entrevistas que la Casa de Nariño emite todos los días a las 6 de la mañana. En esto también agrega el intento por ir directamente hacia los medios regionales y comunicarse con ellos, pero que termina fallando en esta tarea.
Para Rincón, a pesar de la creación de este medio, realmente hay una desidia frente a la comunicación. Este lo ejemplifica con el largo interinato que hubo tanto en el Ministerio de Cultura como en RTVC. “El sistema de medios públicos estuvo abandonado por 10 meses. No le interesa. Lo que ha demostrado es desidia de la comunicación como política pública”, expresó Rincón.

Gustavo Petro este 7 de agosto en el Puente de Boyacá.
Este también apuntó a que las comunicaciones han sido llevadas como una especie de “batalla cultural”. Sobre este apunto habló directamente de la cuenta de Twitter. Para Rincón, se ha creado el imaginario de que el presidente “gobernaría mejor si le quitan el Twitter”. Este apuntó a que sus interacciones en las redes sociales han creado un ruido innecesario, en el que se terminan comunicando choques y disputas y no los hechos del gobierno.
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“Él mismo ha elevado a sus contradictores. Cuando el presidente llama la atención, la noticia empieza a existir. El impacto a veces es casi cero, pero lo vuelve enemigo y le termina dando relevancia. Quiere crear enemigos para atacar cosas indefendibles”, comentó Rincón.
Morales también habló de la cuenta Twitter del presidente y expresó que esto hace parte esencial de su intento por eliminar al periodismo de la ecuación de la comunicación con los ciudadanos. Sin embargo, esto solo ha causado que se quede con su capital político inicial y no crezca hacia otros sectores. “A Petro le va a tocar seguir la guía de Obama. Desintermediar parcialmente. Gobernar con Twitter, pero al mismo tiempo encontrarse con la prensa. Debe bajar la temperatura de los medios”, destacó el académico.
Sobre esto, Nury Astrid Gómez señala que el Twitter se ha convertido en un arma: “La forma de defensa es el ataque y montan una conspiranoia”. A esto añadió: “Él se vuelve la estrategia y eso concentra todo en él. Se convierte en un gobierno de crisis”.
Petro y la prensa
Los expertos también hablaron de la relación del presidente y los medios de comunicación. Gómez señaló que hay una alta estigmatización de la prensa que “comunica diferente a lo que quiere el gobierno”. “Termina buscándose enemigos por todos lados. Cómo no hay enemigo único, busca a distintos enemigos: Fiscalía, medios, expresidentes, empresas y más”, agregó la experta.
Mario Morales reconoció que hay un choque entre presidente y la prensa, y que en gran parte se debe al intento de desintermediar la comunicación. Sin embargo, expresó que la controversia es en doble vía. Aunque hay estigmatización por parte del gobierno, los medios deben también hacer autocrítica de la forma en que han asumido su papel.
“Los medios han entendido que debe esculcar, pero hay medios que comienzan a solo buscar lo malo. Esa mirada termina siendo sesgada. Quieren encontrarle la cáscara al presidente”, añadió Morales, que destacó que el presidente debe recomponer su relación con los medios: “Twitter solo lo comunica con un pequeño sector. Televisión y radio lo comunica con la Colombia que lo votó”.
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En cuanto a Ómar Rincón, este apunta a que “la pelea mediática ha opacado al gobierno. No ha podido comunicar porque se opaca esa oposición simbólica”. Incluso consideró poco acertada esa posición de querer competirles a los periodistas. No obstante, este compartió la tesis de Morales de que “los periodistas y medios no son autocríticos”.
Sobre la relación con los medios también hay que remitirse a los múltiples llamados de atención que ha hecho la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) al primer mandatario. En uno de los últimos mensajes, en mayo, la organización no gubernamental expresó sus reparos a la posición del primer mandatario ante los medios.
“Sus mensajes terminan restándoles credibilidad; buscando presionar la agenda mediática para que aborde favorablemente su gestión; alimentando un discurso en el que la prensa es antagonista, y así abre la puerta a la criminalización de los medios”, dijo la Flip, que ha recordado las mayores implicaciones que tiene que un presidente se exprese de esta manera en contra de un medio de comunicación.
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