Plan Financiero: riesgos que tiene el Gobierno para las metas del 2023 – Sectores – Economía

Aunque el Comité Consultivo de la Regla Fiscal (Carf) reconoce que el Plan Financiero del Gobierno presenta un escenario con cifras positivas para el 2023, advierte sobre los niveles con los que cerró la deuda neta y su lenta disminución para este año, lo que podría limitar la capacidad de reacción ante choques inesperados.

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Y señala, además, que para un escenario de más largo plazo, es decir, el 2024 y los años subsiguientes, se percibe un ‘riesgo en el cumplimiento de las metas del balance primario neto estructural (BPNE)’ y la convergencia hacia el ancla de la deuda.

Al cierre del octavo mes del 2022, la deuda bruta del Gobierno Nacional Central superó los 804,9 billones de pesos, según cifras de la dirección de Crédito Público del Ministerio de Hacienda.

Así, para agosto de ese año, la deuda de la Nación alcanzó cerca del 60 por ciento del producto interno bruto (PIB).

El mensaje es que las cuentas están mejor, el escenario fiscal parece probable, pero el abanico de riesgos es amplio

De acuerdo con el Carf, hacia el futuro, la dinámica de la deuda dependerá críticamente del comportamiento de las tasas de interés de la deuda pública, hoy en niveles altos, y de la tasa de cambio.

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“Una senda de deuda pública más alta limita la capacidad de reacción de la política fiscal ante choques inesperados”, argumentó dicho comité a través de un comunicado.

Según lo previsto en el Plan Financiero, como resultado del ajuste fiscal, la deuda del Gobierno Nacional Central (GNC) se reduciría de 60,8 por ciento en 2021 a 59,6 por ciento en 2022, y a 57,5 por ciento en 2023, en línea con una convergencia hacia el ancla de deuda (55 por ciento) en el mediano plazo. En 2022 y 2023 se lograría un sobrecumplimiento de la regla fiscal de 2,9 y 0,3 por ciento del PIB, respectivamente.

Sobre el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, el comité resaltó el compromiso por saldar la deuda.

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Joana Toro / EL TIEMPO

En líneas generales, el Carf encuentra que los supuestos macroeconómicos utilizados en el Plan Financiero son razonables y están en línea con la visión de los analistas del mercado. Sin embargo, alerta de que el escenario macroeconómico y fiscal continuará siendo “retador” y altamente dependiente del desempeño de variables económicas.

Por ejemplo, menciona que los choques de precios podrían mantener la inflación alta, de forma más persistente, teniendo efectos sobre los gastos y los intereses de la Nación.

“El supuesto de crecimiento, si bien es conservador, tiene riesgos a la baja por una mayor debilidad de la demanda externa debido al contexto internacional, y por la posibilidad de que se necesite una política monetaria contraccionista por un período más largo que el previsto anteriormente para anclar la inflación interna”, explica.

Además, advierte que el escenario fiscal dependerá, en gran medida, de que se consoliden los ingresos programados tras la reforma tributaria.

Respecto al déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, el Carf resalta el compromiso del Gobierno por saldar la deuda y continuar la política de aumentos de precio de los combustibles.

Sin embargo, asegura que pese a los incrementos realizados en el último trimestre del 2022, y en enero del 2023, el precio por galón de gasolina en Colombia es el tercero más barato de la región (después de Venezuela, 291 pesos, y Bolivia, 9.944 pesos), está por debajo del precio de países del continente que son productores, como Ecuador (11.647 pesos), Brasil (18.087 pesos) y México (23.059 pesos); y es menos de la mitad del precio promedio internacional (23.691 pesos).

El comité también dijo que es indispensable que el Ejecutivo publique el plan para la transición energética y dé tranquilidad al mercado

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Jaime Moreno / EL TIEMPO

Otras alertas

El Carf destaca que el Plan Financiero contempla mayores ingresos por 42 billones frente el Marco Fiscal de Mediano Plazo, producto del mejor desempeño de la economía, la reforma tributaria y un escenario favorable de ingresos petroleros.

Por ello, el Gobierno anunció un aumento del gasto primario y los recursos se utilizarán también para cubrir el aumento en el pago de intereses, saldar la totalidad del déficit acumulado por el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc) en 2022 y disminuir los requerimientos de financiamiento interno.

El supuesto de crecimiento, si bien es conservador, tiene riesgos a la baja por una mayor debilidad de la demanda externa debido al contexto internacional

A pesar de ello, el comité reiteró que la deuda neta del Gobierno Nacional Central terminó 2022 por encima de lo previsto en el Marco Fiscal, y que los planteamientos para su reducción son ahora más lentos.

Según el reporte, la mayor carga de intereses continúa siendo una fuente de preocupación.

En 2022 esta llegó a 24 billones y para este año se estima en 68,3 billones.
Además, el análisis del Carf reconoce que “el escenario macroeconómico y fiscal continuará siendo retador en 2023 y altamente dependiente del desempeño de variables económicas” y que este depende a su vez de que se consoliden los ingresos programados tras la reforma tributaria, tanto en 2023 como en el mediano plazo.

Crudo más barato

Además, a ello se suman la desaceleración económica prevista para el presente año, así como parte del 2024, que traería efectos adversos en el recaudo, y “un menor ingreso derivado de un precio del petróleo más bajo al consignado en los supuestos, y la interacción de esto con las señales internas adversas a la industria de hidrocarburos”.

Desde noviembre del año pasado, el crudo Brent, principal referencia para Colombia, ha estado por debajo de las estimaciones del Gobierno de 94,2 dólares. Este año, el precio del barril ha oscilado entre los 77 y 85 dólares. La Agencia Internacional de Energía (IEA, por su sigla en inglés) tiene una expectativa menos optimista en cuanto a precios para este 2023, pues estima un promedio por barril de 83 dólares. Esto significa que hay una diferencia de al menos 11 dólares por barril entre los cálculos del Gobierno y las estimaciones de la IEA.

Por eso, el comité también recomienda tener presente el riesgo de un menor ingreso petrolero.

“Para dar mayor tranquilidad sobre las proyecciones fiscales y de balanza de pagos de corto y mediano plazo, sigue siendo indispensable que el Gobierno publique cuanto antes el plan para la transición energética y dé tranquilidad al mercado, y a los actores del sector, sobre la continuidad de la exploración y explotación de hidrocarburos en el país”, señala en su documento.

Y agrega que la eliminación de la incertidumbre en este frente contribuirá a afianzar las expectativas de los agentes sobre el tipo de cambio, la inversión y el crecimiento, al tiempo que hará más predecibles los ingresos de la Nación tanto a través de los impuestos esperados del sector como a través del flujo de dividendos de Ecopetrol.

De acuerdo con Andrés Velasco, director técnico del Carf, la incertidumbre que percibe el comité no se refiere tanto a 2023, sino a mediano plazo. “La meta de déficit de este año pensamos que está bajo control en la medida que hay unos ingresos importantes y se están incorporando al plan financiero. La incertidumbre es del 2024 hacia adelante”, indicó el experto del comité.

Los argumentos, según Velasco, se relacionan con la reforma tributaria y los recursos que pueda generar hacia adelante, el precio del petróleo, que de ser inferior afectará las cuentas en 2023 y 2024, y también las reformas de política pública.

“Las reformas que el Gobierno está promoviendo seguramente tendrán un efecto hacia adelante. El mensaje es que las cuentas están mejor, el escenario fiscal parece probable, pero el abanico de riesgos es amplio y hay que tener cuidado para garantizar la sostenibilidad de las finanzas”, dijo Velasco.


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