Planeación Nacional: los objetivos de Jorge Iván González, nuevo director – Sectores – Economía


Tras el comienzo del nuevo Gobierno lo que fue un plan de campaña ahora se deberá traducir en el Plan de Desarrollo que el Congreso deberá aprobar como ley.

Esa responsabilidad la encabeza el nuevo director del Departamento Nacional de Planeación, el economista Jorge Iván González. Un día después de posesionarse, habló con EL TIEMPO.

(Lea también: Gustavo Petro: los nombramientos de gobierno que le hacen falta al presidente)

¿Cómo recibe su nombramiento?

Con mucha satisfacción, porque creo que es una responsabilidad enorme, pero esto implica un cambio muy fuerte en el ritmo de vida que llevaba, pero evidentemente para mí es un honor. Creo que desde Planeación Nacional se pueden hacer muchísimas cosas, pues es una entidad muy importante para el país. Entonce estoy con ánimo y sé que implica empezar a pensar desde otra dimensión. Cuando uno hace trabajos de investigación, de consultoría, opina; aquí toca mirar cómo se ejecuta.

La primera tarea es darle forma al plan de desarrollo ¿Cuál es el primer mensaje a su equipo?

El mensaje es que, desde un punto de vista metodológico, pensemos en un plan de desarrollo que no pase de 120 páginas. A mí me da mucha risa que hacemos unas discusiones enormes sobre participación y entregamos un plan de desarrollo de 900 páginas. Si hablamos de participación tenemos que entregar a la ciudadanía un plan que se pueda leer.

A mi me da la impresión de que Planeación se ha quedado mucho en la mirada de corto plazo. Ha perdido la perspectiva estratégica

Me dicen que soy demasiado optimista con el plan de desarrollo de 100 páginas. Bueno, hagámoslo de 120. Eso marca toda la dinámica de trabajo. Y, segundo, en lugar de 500 indicadores o de 100 indicadores, Planeación tiene que pensar en 15 indicadores. Si Planeación no es capaz de pensar en 15 indicadores, no puede planear.

¿Además del plan, qué otras tareas vienen en este nuevo cargo?

Lo primero es saber cómo le damos a Planeación una perspectiva estratégica. A mi me da la impresión de que Planeación se ha quedado mucho en la mirada de corto plazo. Ha perdido la perspectiva estratégica y tiene que cumplir un oficio central: pensar, analizar estudios que existen, revisar la información y proponer alternativas de largo plazo. Lo primero es ir a la entidad y ver cómo recuperamos el principio de planificación que se ha perdido (no solamente en Colombia). Planeación tiene que empezar a proponer planes a 10 o 20 años, donde realmente haya decisiones de tipo estratégico.

¿Qué temas son prioridad a largo plazo?

Lo fundamental es ir descarbonizando estas economías y ver cómo vamos utilizando los excedentes que tenemos por el lado de petróleo, de carbones minerales.

En primer lugar, el ordenamiento territorial. Eso incluye la demografía y cómo se ubica la población en el territorio. Hay que incluirlo de una forma explícita. Asimismo, cuál es el futuro de las grandes ciudades, qué está pasando con las densidades y cómo nos estamos moviendo en el territorio. Otro punto es la integración de planes, ya que es increíble cómo los planes de ordenamiento sencillamente no están articulados. Otro punto, complicadísimo, tiene que ver con actividades ilegales, minería ilegal o narcotráfico, que tienen que ver con la presencia del Estado en los territorios. Otro tiene que ver con las jerarquías, ya que después de la Ley 388 de 1997 se ha llenado de entidades que tiene que ver con el ordenamiento territorial, pero no hay jerarquías.

También el tema de seguridad humana. Es absolutamente importante la seguridad alimentaria. Es inaceptable que Colombia esté importando 15 millones de toneladas de alimentos básicos. Creo que este diagnóstico todos lo compartimos.

El último punto es el tema fiscal. El Estado colombiano es absolutamente pequeño. Usted no puede construir una sociedad con un Estado que tiene una tributación de 17 por ciento del PIB y un gasto del 22, el 23 por ciento del PIB.

¿En estos puntos, cómo encaja el tema ambiental, el cambio climático o la transición energética?

Lo fundamental es ir descarbonizando estas economías y ver cómo vamos utilizando los excedentes que tenemos por el lado de petróleo, de carbones minerales. En esto, la función de Planeación es conversar y determinar la complejidad para pensar y entre todos idear cómo avanzar en la descarbonización.

¿Es conveniente poner fechas específicas a los cambios relacionados con descarbonización?

El problema es que las personas tienen una visión de muy corto plazo y en estos temas climáticos hay que pensar de 100 años a 200 años. Yo tengo que pensar en el conjunto de personas del planeta tierra. Las personas insisten en vivir en zonas de riesgo porque tienen una miopía, una subjetividad, y piensan que no les va a pasar nada. Entonces usted los tiene que incitar a razonar de manera colectiva. (William) Nordhause, el Premio Nobel de Economía que trabajó el tema dice que hay que empezar y hay que combinar todos los elementos: unos elementos impositivos y unos elementos de pedagogía y de trabajo colectivo para lograrlo.

¿Cómo ve la negociación de recursos cuando se discuta el plan de desarrollo?

El contralor Maya hizo un diagnóstico absolutamente pavoroso de lo que está pasando: usted no se puede gastar las regalías en 22.000 proyectos. El reto de Planeación es, al llegar a una comunidad, decirles que las necesidades que tienen son pertinentes e importantes, pero que las tenemos que integrar a una perspectiva estratégica. Si no logramos que todas estas iniciativas se enmarquen en, digamos, 5 -6 grandes programas estratégicos, pues sencillamente Planeación perdió su función.

¿Considera que iniciativas como el tranvía en Bogotá, que la alcaldesa calificó como un proyecto bonito pero un juguete costoso, se deben revivir?

La estratificación fue una maravilla en su momento, pero yo sí creo que hay que pensar seriamente ese punto.

Nunca entendí que en regalías se diga que el 10 por ciento tiene ir a tecnología. Puede que en un año necesitemos más o menos para ese fin. Si usted tiene flexibilidad en el manejo de los recursos se pueden estimular inversiones de largo plazo. También debería estimularse a las ciudades grandes e intermedias a generar más recursos. ¿Por qué no estamos cobrando por congestión? ¿Por qué ciudades intermedias están cobrando prediales tan bajitos? Una ciudad de 8 millones de habitantes como Bogotá tiene posibilidades de ir generando recursos. ¿Por qué no hay cobro por congestión ? ¿Por qué estamos tan débiles en plusvalías? En Bogotá hay al menos 15 alternativas de financiamiento asociadas a las dinámicas urbanas. Ahí hay márgenes de tributo, de recursos enormes. Una ciudad como Bogotá no puede decir que no tiene recursos para transporte.

¿Piensa en algún ajuste en el tema del Sisbén?

Hay un punto central y es ver cómo unificamos los subsidios. En los países europeos las familias de mayores recursos no reciben subsidios y pagan impuestos y las familias de menos recursos reciben subsidios y no pagan impuestos. Durante la pandemia avanzamos muchísimo en registros administrativos. Lo que ha hecho planeación para integrar distintas fuentes de información, el hecho de pasar de una encuesta a un giro, eso es colosal. Pasar de un nombre en una cuenta a un giro a través del sistema bancario, eso es una maravilla.

¿Se va a hacer algún intento de no usar los estratos como criterio para subsidios, como se alcanzó a mencionar en el Plan de Desarrollo anterior?

En Planeación Distrital durante el mandato del alcalde Petro se empezaron a hacer unos estudios con el Dane sobre estratificación y hay una propuesta que es basar el estrato en el valor unitario integral. Hay un tema que en Colombia no hemos entendido bien y es que el estrato es vivienda y los ingresos son de los hogares. Usted nunca podrá a través de la vivienda entender de manera completa las características del hogar. El valor unitario integral permite desde la vivienda comenzar a acercarse al hogar, pero la única manera de llegar al hogar es a través de declaraciones de ingresos anuales. Una persona puede habitar una casa relativamente buena, pero tener problemas durante todo el año y no tener plata. Eso no se puede saber con la vivienda. La estratificación fue una maravilla en su momento, pero yo sí creo que hay que pensar seriamente ese punto.

Hay un documento que quedó al final del gobierno anterior: Visión 2050. ¿Ha tenido la oportunidad de verlo?

Me parece que el documento 2050 es una maravilla, tiene cosas valiosísimas. Ahí están todos los insumos y ahora debemos determinar cómo los ordenamos y cómo, sobretodo, convencemos a las distintas instancias ciudadanas de que tenemos que trabajar en conjunto en programas estratégicos.


Fuente