¿Por qué el presidente Petro trata de descalificar las multitudinarias marchas contra su gobierno?


Gustavo Petro es uno de los líderes políticos más estigmatizado. Sus adversarios lo han acusado de múltiples hechos y en ocasiones lo han señalado de cuestionables acciones en las que nada tenía que ver. ¿Cómo es posible que con este historial haya calificado las masivas movilizaciones del 21 de abril como marchas de la muerte? ¿Cómo se sentirán los 250.000 colombianos, que, según sus propios datos, reciben este juicio de valor? 

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Estos interrogantes sin respuesta gravitan en la discusión pública en el día después de las, también masivas, movilizaciones del 1 de mayo en las que él fue el protagonista.

Es una paradoja porque el primer mandatario podría haber puesto el énfasis en que ambas manifestaciones fueron multitudinarias, cívicas, tranquilas, emotivas. Para un país que tiene un doloroso historial de violencia y en el que muchos actores políticos han buscado la eliminación física del que piensa diferente, el Presidente podría mostrarse orgulloso de dirigir un país que a pesar de las circunstancias y la polarización sale a la calle a expresar con sus puntos de vista. Un avance por donde se le mire.

Un aspecto de las marchas de este 1 de mayo en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Foto: Milton Diaz / El Tiempo

Foto:Milton Diaz / El Tiempo

Sin embargo, entre los analistas y actores políticos hay es un rechazo y sorpresa por la forma en las que el Presidente definió a las marchas del 21 de abril.

“Pensaron que llegando aquí a esta Plaza de Bolívar, cuna de la libertad, se ponían a gritar como si hubiese la gran cosa y había que tumbar al presidente de la República o que el presidente de la República se tenía que morir en uno de sus ataúdes”, dijo en ese momento el primer mandatario.

“Porque los que llegaron aquí no llegaron a decir, vamos a dialogar, compañero presidente, como dicen ustedes. No dijeron, allá usted, aquí nosotros, pero estas son nuestras propuestas, no, señores. No llegaron a decir, ustedes están equivocados en este y en este otro punto y se podría mejorar con este y este otro punto, no”, agregó.

“Llegaron fue a decir que el presidente de Colombia se tenía que ir porque no es de ellos o se tenía que morir y por eso trajeron los ataúdes. Constituyeron la marcha de los ataúdes, la marcha de la muerte en Colombia”.

Una imagen de una marcha en contra de la gestión del presidente Petro, en Medellín.

Foto:Jaiver Nieto

En las marchas del 21 de abril sí se llevó un ataúd que, naturalmente, la gran mayoría de manifestantes se enteró de su existencia al final en los resúmenes informativos y por la amplificación que le dio el Presidente.

“Matar al presidente, gritan estas personas ricas. Allí va un hombre negro y de bajos recursos ayudando a cargar el féretro. ¿Sabrá esta persona lo que le pasaría a Colombia y a su gente si el deseo de estas personas se cumpliera?”, dijo en su cuenta de X el Presidente.
 
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En respuesta Rafael Nieto Loaiza, miembro del partido Centro Democrático y quien fuera precandidato a la presidencia en las elecciones a la presidencia del 2018, respondió: “Mentiroso Petro, como siempre. El féretro no lo llevaba simbólicamente a usted, sino a los sistemas de salud y de pensiones que sí está enterrando”.

En las imágenes que circularon en redes, el ataúd tiene un par de cintas que dicen “sistema pensional” y “sistema de salud”.

De este hecho, el jefe del Estado sostuvo su argumento para definir a las protestas de ese 21 de abril como “marchas de la muerte”.

Manifestación en la Plaza de Bolívar, primero de mayo.

Foto:Prensa Presidencia.

El señalamiento es severo porque en las marchas del 21 no solo hubo opositores a la gestión de su gobierno sino personas que él conoce bien, demócratas convencidos, que votaron por él, que ahora están decepcionados, o que él mismo llevó a su gabinete ministerial.

“El presidente debería haber dado ejemplo, porque es que a nosotros nos tocó que Duque dijera que las marchas estaban infiltradas por la guerrilla y cómo eso nos exponía, como ahora que él salga a decir que es una marcha de la muerte, cuando hay gente que votó por él, que aun así salió a marchar el 21 de abril”, dice la representante a la Cámara Jennifer Pedraza. “Eso es antidemocrático”, sentencia ella.

El valor que el Presidente Petro le da al sistema democrático y el respeto a la oposición son dos de los conceptos que más inquieta hoy.  Semejante apreciación a tantos colombianos por parte de quien representa la unidad de la Nación sorprende.

“Como dirían en la Costa, el presidente Petro en su discurso del 1.º de mayo se pasó de calidad. Calificar la movilización del pasado 21 de abril como “la marcha de la muerte” no solo es una expresión de intolerancia, inadmisible en un presidente de la República. También muestra una peligrosa propensión antidemocrática del primer mandatario cuando la gente no está de acuerdo con él. De ahí a la tiranía, hay muy pocos centímetros”, escribió en su columna de EL TIEMPO el analista Pedro Medellín

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Miles de colombianos se movilizaron para rechazar la gestión del presidente Petro el pasado 21 de abril como se aprecia en esta imagen.  Fotos Santiago Saldarriaga Quintero / EL TIEMPO

Foto:Santiago Saldarriaga Quintero

Toda movilización ciudadana pacífica es una muestra de vitalidad ciudadana, social y democrática que hemos logrado con enorme esfuerzo y que debe inspirarnos orgullo colectivo. La de Mayo 1.° es una celebración de logros históricos de los trabajadores y ciudadanos que mucho nos ha costado obtener y que aún tenemos mucho por mejorar.

“Debió ser tan grande la molestia que le causó a Petro la marcha del domingo pasado que la persona que estaba más cerca de él (Laura Sarabia) se atrevió a enviar un mensaje a las redes en un tono conciliador que buscaba anticipar o contener cualquier desbordamiento que pudo adivinar con la contrariedad que vio ese día en su jefe”, agregó este profesor titular de la Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional.

Quien concluyó: “Pero resultó infructuoso. Una semana después, la movilización que la directora del Dapre calificó de “llamado a la reflexión y la autocrítica del Gobierno” y el ministro del Interior “mensaje político que tiene que ser escuchado con respeto”, el Presidente la terminó graduando como la “marcha de la muerte””.

El senador independiente Humberto de la Calle aprecia en alto grado la expresión democrática de ambas marchas aunque también dice que la valoración usada por el Presidente no solo es innecesaria, por su significado, sino por el efecto político. ¿Por qué?  De esta manera aleja la posibilidad de un acuerdo nacional.

“Ambas marchas tradujeron un mensaje de apoyo político. Lástima que el Presidente hubiera calificado la del 21 como la marcha de la muerte, expresión incompatible con el llamado a un acuerdo nacional”, dice De la Calle.
 
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En una línea similar opina Claudia López, exalcaldesa de Bogotá: “Toda movilización ciudadana pacífica es una muestra de vitalidad ciudadana, social y democrática que hemos logrado con enorme esfuerzo y que debe inspirarnos orgullo colectivo. La de Mayo 1.° es una celebración de logros históricos de los trabajadores y ciudadanos que mucho nos ha costado obtener y que aún tenemos mucho por mejorar”.

“Con el discurso de hoy Gustavo Petro no hizo el menor esfuerzo por demostrar que desde el alto cargo que ostenta busque ‘simbolizar la unidad nacional’”, dijo, por su parte, el exministro de Agricultura y ex jefe del equipo negociador con el Eln, Juan Camilo Restrepo

“Por el contrario: profundizó una zanja de odio y dividió el país en dos: el de los esclavistas, acaparadores, y egoístas que dizque lo “quieren matar” a él; y el de la otra mitad de colombianos que – según su versión de las cosas- sufren los abusos de los primeros”, aseguró.

Finalmente, Yann Basset, director del Grupo de Estudios de la Democracia (DEMOS UR) de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, concluye: “Esto de llamar “marcha de la muerte” a una legítima manifestación de la oposición no es aceptable. El presidente Gustavo Petro ha sufrido suficientemente la estigmatización de la oposición en su carrera para saberlo.” 

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