AGADIR, Marruecos — Boujemaa Kouti aún recuerda los gritos de sus vecinos atrapados bajo los escombros de sus casas, pidiendo ayuda aquella horrible noche hace 63 años.
Tenía sólo 8 años y dormía cuando un gran terremoto azotó Marruecos en 1960, acabando con barrios enteros en la ciudad costera de Agadir, cerca de las montañas del Atlas, y matando a al menos 12 mil personas.
“Vi estrellas cuando me desperté”, dijo Kouti, y luego escuchó “a gente gritando ‘¡Sálvenme!’ —llamando a su familia”.
El hermano mayor de Kouti murió y la familia Kouti vivió en tiendas de campaña durante casi un año, ya que Agadir fue reconstruida en su mayoría en un lugar cercano considerado más seguro.
La Agadir Oufella, una fortaleza del siglo 16 parcialmente dañada por el terremoto, fue restaurada con el tiempo.
Ahora, los marroquíes enfrentan un nuevo desafío en las cercanas montañas del Atlas: cómo reconstruir las alguna vez pintorescas aldeas destruidas por el poderoso terremoto que devastó la región el 8 de septiembre y mató a 3 mil personas.
Agadir se salvó en gran medida esta vez, pero posiblemente cientos de miles de personas, según estimaciones, todavía viven en tiendas de campaña en aldeas devastadas a lo largo de las montañas del Atlas, esperando que comience la reconstrucción; muchos otros han buscado refugio con familiares. Las recientes lluvias e inundaciones los han expuesto aún más a condiciones de vida vulnerables mientras esperan que las autoridades actúen.
El Gobierno se ha comprometido a gastar alrededor de 11.8 mil millones de dólares para reconstruir y reparar las viviendas de unos 4.2 millones de marroquíes en los próximos cinco años. Al mismo tiempo, los funcionarios están sopesando la mejor manera de restaurar el patrimonio cultural de una región que también es una parte importante de la industria turística del País.
En las montañas del Atlas, la arquitectura tradicional había perdurado durante mucho tiempo, con pintorescas casas de techo plano, construidas ladrillos de lodo y piedra mezclados con paja, agrupadas en paisajes espectaculares que atraían a visitantes.
Muchas de esas estructuras colapsaron debido a la fuerza del terremoto, pero también porque a menudo no se siguieron las normas sísmicas implementadas hace 20 años.
Expertos como Amine Kabbaj, un arquitecto radicado en Marrakech, dicen que es difícil hacer cumplir las normas en zonas rurales donde la gente rara vez tiene la posibilidad de contratar arquitectos o ingenieros. Esto puede provocar una falta de cimientos y protecciones inadecuadas.
Salima Naji, arquitecta y antropóloga que dirigió el proyecto de restauración de la fortaleza de Oufella y también ha promovido formas tradicionales de construcción en las montañas del Atlas, está de acuerdo. “Las recientes construcciones apresuradas no respetan ninguna regla; las empresas, contratistas y constructores trabajan rápido y mal”, afirmó.
Naji también aboga firmemente por el uso de materiales y técnicas que reflejan las costumbres locales y abordan los retos climáticos. Si bien son necesarios métodos modernos para proteger los edificios contra terremotos, dijo, se pueden combinar con técnicas antiguas.
La Academia del Reino de Marruecos, una institución cultural nacional, ha consultado a expertos de diferentes disciplinas sobre cómo el uso de materiales tradicionales para la reconstrucción puede ayudar a preservar el patrimonio de Marruecos.
Kouti, de 71 años, es el custodio del cementerio de Ihchach, donde fueron enterradas muchas víctimas.
El cementerio se encuentra en una colina que alguna vez fue un barrio de Agadir. No queda mucho: algunos árboles, un hospital en desuso y las ruinas de casas derrumbadas.
Kouti dijo que estaba dormido cuando se produjo el terremoto en septiembre.
“No tuve miedo”, dijo. “Ya experimenté eso antes”.
Por: AIDA ALAMI
BBC-NEWS-SRC: http://www.nytsyn.com/subscribed/stories/6996784, IMPORTING DATE: 2023-11-22 21:40:07