“Que la lucha por la paz no nos cueste la vida”, esa frase, dicha por Carlos Pizarro Leongómez, miembro del m-19 y candidato presidencial asesinado, fue la que lució su hija, Maria José, en una chaqueta de color rojo, adornada con la foto de su padre, al momento de imponerle la banda tricolor al nuevo presidente, Gustavo Petro.
Es la primera vez, al menos en la historia reciente, que una persona ajena a la presidencia del Congreso, le impone la banda presidencial a un nuevo mandatario. El protocolo indica que es el Presidente del Senado quien tiene la responsabilidad de hacer este gesto simbólico, con el que el nuevo mandatario queda oficialmente investido.
Sin embargo, en esta ceremonia de posesión, marcada por múltiples simbolismos y rupturas del protocolo, fue la senadora del Pacto Histórico quien, visiblemente emocionada, le entregó la investidura al nuevo Jefe de Estado.
En sus discurso, Barreras destacó este gesto como una reivindicación de las víctimas del conflicto y de una persona que fue asesinada, como candidato presidencial, en la campaña de 1989-1990, cuando el narcotráfico segó la vida de tres candidatos presidenciales: Luis Carlos Galán Sarmiento, Bernardo Jaramillo Ossa y el propio Pizarro Leóngómez.
Barreras también recordó a otros líderes de la izquierda asesinados en medio del exterminio del partido Unión Patriótica (UP): José Antequera y Jaime Pardo Leal.
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Carlos Pizarro fue asesinado el 26 de abril de 1990 en un avión comercial de Bogotá a Barranquilla. El sicario, quien recogió el arma escondida previamente en el baño de la aeronave, murió a manos de los escoltas del candidato. El avión, tras el ataque, regresó a Bogotá y de inmediato el ex miembro del M-19 fue llevado a un centro médico, donde falleció.
Pizarro, como máximo jefe del M-19, fue el comandante de Petro, hoy presidente de la República. Esta guerrilla entregó las armas y se convirtió en partido político el 9 de marzo de 1990. Luego de eso, participó en la redacción de la Constitución de 1991.
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