El presidente Gustavo Petro hizo un diagnóstico de la situación que vive la isla de Providencia tras cerca dos años del paso del devastador huracán Iota por la zona.
“La isla tiene una profunda zozobra económica y un problema de inseguridad alimentaria grande. En la isla hay hambre”, señaló el Mandatario en la noche de este domingo durante una rueda de prensa a medios en la isla.
Gustavo Petro visitó San Andrés y Providencia este domingo, en compañía del canciller Álvaro Leyva y de su ministro de educación, Alejandro Gaviria. Durante su recorrido visitaron varias obras de la zona y tuvieron encuentros con algunos habitantes de las islas.
Petro hizo referencia a las condiciones de la economía en la isla en el proceso de reconstrucción tras el desastre natural.
“La isla está sufriendo una crisis económica, de hambre, ese es el resultado de nuestra visita hoy”, puntualizó.
Petro hizo énfasis en el plan de reconstrucción, desarrollado durante el pasado Gobierno.
“No se tuvo en cuenta la comunidad raizal, ni su cultura arquitectónica (…), se llevó cemento y acero, empresas bogotanas a construir”, dijo.
El Jefe de Estado detalló el avance de las obras en el lugar. “La reconstrucción fue una imposición y tiene consecuencias que cualquier turista no vería en casas de colores sino que habría que adentrarse. Al ser una arquitectura bogotana, basada en el concreto y en el acero, se tuvo que traer una fuerza de trabajadores, centenares, foráneos, y eso provocó un golpe económico quizás más destructivo que el huracán”, señaló.
Petro también hizo referencia a la propuesta de establecer embajadores raizales “para construir una influencia en las Antillas”.
La madrugada del 16 de noviembre de 2020 todo cambió en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. El huracán Iota provocó una de las peores tragedias ambientales de la historia reciente de Colombia.
Iota pasó a 35 kilómetros de Providencia cuando era categoría 4, y a 65, cuando alcanzó su máximo nivel, según reportó en ese momento el Centro Nacional de Huracanes. La isla quedó incomunicada por al menos 16 horas. Cuatro personas fallecieron ese día y otras 6.000 resultaron damnificadas. Además, el 98 por ciento de la infraestructura quedó destruida.
EL TIEMPO
Fuente