Luz Stella Amaya lleva nueve años como gestora de diálogo social en Bogotá. Durante todo ese tiempo ha atendido protestas en la ciudad, pero tal vez ninguna la ha impactado tanto como la de los indígenas emberás en el centro.
Ella fue agredida cuando se dirigía hacia el edificio Avianca, donde dos gestores estaban siendo atacados con palos por los manifestantes, entre quienes estaban niños y mujeres con los que ha estado en constante contacto en el último año, tanto en el parque Nacional como ahora, en la UPI de La Rioja. “Hay vinculos afectivos y de respeto”, asegura.
Es por eso que para Luz Stella una de las cosas que más la asombraron durante la protesta fue ver cómo la comunidad que los conoce desde varios meses atrás actuó de forma tan violenta contra ellos.
Los conocen desde que los acompañaban en el Parque Nacional y como ayer, cuando salieron caminando de La Rioja hacia el centro, y ellos estuvieron cerca velando por su seguridad y garantizando una manifestación pacífica.
“Hemos estado siempre que nos han necesitado, siempre hemos estado para ellos, día y noche, 24 horas acompañados”, comentó cartagenera radicada hace 20 años en Bogotá y quien es madre de tres niños, el más pequeño de ellos es una niña de 5.
Y agregó: “Llevamos años acompañándolos… nos duele que los menores fueran usados e instrumentalizados por estas personas, nos duele de personas con las que hemos compartido todos estos meses“.
De hecho, en videos que circulan por las redes sociales se logran ver a niños entre los 8 y los 10 años y mujeres cargando algunos bebés en la primera línea de la manifestación, algunos de ellos cogiendo piedras para tirárselas a la fuerza pública.
La manifestación en el parque Santander, en el centro de Bogotá, era acompañada por un grupo de 15 gestores de diálogo de la Secretaría de Gobierno y de otras entidades del Distrito. Cerca de estas protestas siempre están presentes dichos gestores.
“En todo momento hubo una confrontación directa, no fue que nos quedáramos en medio de la manifestación”, motivo por el cual también está mujer expresa sentirse conmovida.
Luz Stella Amaya reitera que su equipo está conformado por personas que portan una chaqueta que dice gestor de convivencia, quienes son servidores públicos que están dispuestos a ayudar a los manifestantes con el fin de garantizar la protesta y también para garantizar los derechos de los otros ciudadanos.
Cuenta que desde el 2000, los gestores de diálogo han atiendido al rededor de 4.000 manifestaciones en Bogotá y que solo en el tres por ciento de ellas ha terminado haciendo presencia la fuerza pública.
REDACCIÓN BOGOTÁ
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