La economía de Estados Unidos se contrajo un 0,2 por ciento en el segundo trimestre del año medido de forma anualizada, y encadena así dos trimestres de caídas del Producto Interior Bruto (PIB), como consecuencia de la crisis global derivada de la guerra de Ucrania y de la desbocada inflación.
Este dato significa que la primera economía del mundo estaría entrando en una recesión técnica, ya que tradicionalmente se considera que una economía ha entrado en recesión cuando encadena dos trimestres seguidos de caída del PIB, un diagnóstico que sin embargo no comparte el Gobierno estadounidense.
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En el segundo trimestre, el PIB de del país norteamericano tuvo una variación negativa de -0,9 por ciento, según datos oficiales, con lo cual, según Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de la firma Casa de Bolsa, señaló que oficialmente ese país ha entrado en recesión.
La contracción se da debido a la inflación más alta en décadas, que socavó el gasto de los consumidores y los aumentos considerables de las tasas de interés de la Reserva Federal, que obstaculizaron la inversión empresarial y la demanda de vivienda.
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Así, el producto interno bruto cayó a una tasa anualizada del 0,9 por ciento después de una baja del 1,6 por ciento en los primeros tres meses del año, según mostró el jueves la estimación preliminar del Departamento de Comercio.
A su turno, el consumo personal, la mayor parte de la economía, aumentó a un ritmo del 1 por ciento, evidenciando una desaceleración con respecto al periodo anterior. La proyección mediana en una encuesta realizada por Bloomberg a economistas era de un crecimiento del 0,4 por ciento del PIB y un alza del 1,2 por ciento en el gasto del consumidor.
La definición comúnmente aceptada de recesión corresponde a dos trimestres consecutivos de disminución del PIB, pero muchos economistas, así como la administración Biden, afirman que la economía no está necesariamente en recesión ya que muestra otros indicadores más favorables.
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