Selección femenina, golpe a futbolistas y debut Carlos Bacca: Gabriel Meluk – Fútbol Internacional – Deportes

La Selección Colombia femenina de fútbol enfrenta esta noche el partido que tiene que ganar, el que debe ganar para cumplir con su meta mínima real en la Copa América de la que es local: ser finalista, ser subcampeona. Hoy, en Bucaramanga, Argentina, un equipo difícil, duro, práctico y corajudo, es el obstáculo que obligatoriamente debe superar. Que Colombia ganará su grupo era lo esperado. Que lo hiciera de manera invicta era lo presupuestado. Que venciera a Paraguay, Bolivia, Ecuador y Chile era una apuesta fija.

Argentina sí es un rival más mano a mano, pero Colombia de todas formas es la favorita para el juego de hoy. Es tan claro el asunto que el enfrentamiento por los premios se resolvió (palabras más, palabras menos) dándoles la plata que se había propuesto por ser campeonas por ser subcampeonas. El tema es que Brasil es la gran mandamás y con ventaja del área, y aunque es fútbol y todos los partidos hay que jugarlos para ganarlos, pues el campeonato para el resto de verdad es ser segundos. Incluso, las clasificaciones al Mundial y a los Panamericanos, ambos el próximo año, como terceras del la Copa América se dan por descontadas para Colombia desde antes del torneo. Un detalle: campeona y segunda van, además, a los Olímpicos de París 2024. Por eso, la obligación de victoria para Colombia como favorita y local esta noche es inocultable. Lo hecho hasta ahora era lo esperado, como lo es también derrotar a Argentina, que luce como su rival más fuerte hasta ahora.

(No deje de leer: Miguel Borja, desatado: vea su tremendo primer gol con River Plate).

¿Por qué acá no se va a poder?

Protesta

En 2013 hubo una protesta pacífica de los futbolistas colombianos.

La Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) sufrió un duro revés por parte del Ministerio del Trabajo: según la entidad, ni la Federación de Fútbol ni la Dimayor están obligados ni siquiera a oír una petición colectiva de su parte, pues ni es sindicato (una interpretación delgada) ni son los empleadores directos.

En Colombia, el solo mencionar las palabras ‘negociación colectiva’, ‘pliego de peticiones’ o ‘sindicato’ ya es ser ilegal y subversivo. Como si los sindicatos más poderosos del mundo no estuvieran en las economías más poderosas del planeta.
No entiendo cómo, si en las principales, más fuertes y más ricas ligas del fútbol mundial existen las negociaciones colectivas (¡es el derecho de las cosas!), acá eso no se pueda hacer.

La resolución del ministerio me deja una inquietud tremenda: siguiendo sus consideraciones, ¿hay que constituir entonces 36 sindicatos, uno por equipo, para que, por ejemplo, un club acuerde un mes de vacaciones; otro, 20 días, cuando la Dimayor programa una liga tras otra con dos semanas de diferencia? Una decisión que, a primera vista, luce retrógrada. Repito: si pasa con naturalidad y normalidad en las ligas más poderosas y ricas, ¿por qué acá no se va a poder?

(Además: Piqué: inesperada reacción al escuchar los abucheos y gritos de ‘¡Shakira!’).

Bacca, ‘paradito’, dimensiona nuestra Liga

Carlos Bacca

Carlos Bacca, en su presentación como nuevo jugador del Junior.

Carlos Bacca jugó con Junior media hora en su regreso al fútbol colombiano y fue el crac del triunfo sobre Santa Fe. Asistencia, remate, dos pases que debieron terminar en gol… ¡Y jugando paradito! Que Bacca, suplente del Granada que descendió en España (no hizo ni un gol en 17 participaciones), venga y en solo 30 minutos marque tremenda diferencia de calidad pues, a mano alzada, dimensiona nuestra Liga.

Y, tras verlo, pienso: ¿por qué no ponerlo de armador o ‘9 y medio’ o media punta, que es casi que lo mismo? Teo ya lo hizo. Paradito, puso a jugar a un Junior que ganó, muy corto, apenas 2-0.

GABRIEL MELUK
​EDITOR DE DEPORTES EL TIEMPO@MelukLeCuenta

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