A causa de un proyecto de minería a cielo abierto en el que está trabajando la empresa Gravas y Arenas Filauri S. A., en el municipio de Tabio, en la vereda Río Frío Occidental, varios vecinos del sector están inconformes porque aseguran que este atentaría contra fuentes hídricas de la zona y no le aportan nada al municipio.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) se pronunció ante esta situación.
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Según la CAR, el contrato de concesión No. 15243, contó con un trámite administrativo denominado Plan de Manejo, Recuperación y Restauración Ambiental (PMRRA). Dicho permiso fue otorgado por la Corporación mediante Resolución No. 1220 de 08 de julio de 2005, por un periodo de ocho años, término que fue modificado por la Resolución No. 3462 de 27 de diciembre de 2006, hasta el 22 de mayo de 2028.
Luego, la sección tercera, subsección b de la sala de lo contencioso administrativo del Consejo de Estado declaró la nulidad del Contrato de Concesión No. 15243 el 29 de abril de 2015. Por ende, la Corporación emitió la Resolución No. 2253 de 01 de noviembre de 2016, mediante la cual se reconoció la pérdida de ejecutoriedad de un Plan de Manejo Recuperación y Restauración Ambiental.
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“Por otro lado, se revisó la plataforma Anna Minería de la Agencia Nacional de Minería ANM, con el fin de evidenciar si existe un título minero donde anteriormente se encontraba el Contrato de Concesión No. 15243, y se evidenció que en esta área no existe título minero o solicitud minera alguna”, indicó la autoridad ambiental.
Y agregó que, adicionalmente ese sector, se encuentra por fuera de las zonas compatibles con minería establecidas por la Resolución MADS No. 2001 de 2016, modificada por la Resolución MADS No. 1499 de 2018.
El problema
Según Patricia de Debout, veedora de Tabio desde hace varios años, el suelo del municipio ha sido explotado por actividades mineras, y este caso no va a ser la excepción. Lo que más les preocupa es que las actividades se llevarán a cabo en un sector por donde pasan importantes fuentes hídricas.
Asegura que este proyecto es de un empresario a quien ya le suspendieron el título minero en 2016. A de Debout le inquieta que la CAR termine dándole licencia “a un señor que ya tiene un antecedente de haber dejado un pasivo ambiental en Tabio y de haber hecho las cosas mal”.
También dice que actualmente hay una empresa llamada Triturados de Los Andes que aún sigue operando y que es de las mismas personas que quieren volver a explotar, según afirma, cerca de 40 fanegadas. “Actualmente, cuando trituran la gravilla, los lodos de las arcillas residuales quedan en los pozos de aguas cercanos. Llevan dos años vertiéndolos”, indicó.
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Javier Ortiz de la Prada, líder comunal y habitante de Río Frío Occidental, dijo que este proyecto no ha sido socializado con la comunidad debidamente, puesto que los accionistas hace un año están trabajando en él y solo hace ocho días hicieron una reunión a puerta cerrada en un predio privado y no los invitaron a todos.
“Nos preocupa el manejo de la compensación y cómo es que ellos van a resarcir ese daño ecológico que van a generar en el municipio, basado en que los dueños son los mismos que causaron daños antes, pero ahora le pusieron otro nombre a la empresa”, dijo Ortiz.
Y agregó que no se ven beneficiados con estas actividades, ni con trabajo ni en trato preferencial en cuanto a tarifas del material, y que las vías de la vereda no tienen la capacidad para resistir el paso de los vehículos que van a cargar ese material.
REDACCIÓN BOGOTÁ
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