En medio del impulso por ejercitarse, muchas personas se cuestionan por cuál práctica le vendría mejor a su búsqueda de objetivos: bajar de peso, mejorar la sensibilidad a la insulina, tener más fuerza en los brazos, desarrollar musculatura o en general ser más saludable.
Bajo esa óptica, algunas personas deciden priorizar el entrenamiento de uno u otro deporte.
Ahora, un estudio publicado por la McMaster University de Hamilton, de Ontario, Canadá, ha vuelto a poner sobre la mesa el debate de la efectividad entre la intensidad y la duración del ejercicio.
Según la investigación en cuestión, la intensidad parecería ganar el pulso en su análisis con miras a mejorar la salud cardiometabólica.
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¿Un minuto intenso o 45 a ritmo moderado?
El estudio, titulado de forma descriptiva, presenta la conclusión de entrada: “Doce semanas de entrenamiento de intervalos de sprint mejoran los índices de salud cardiometabólica de manera similar al entrenamiento de resistencia tradicional a pesar de un compromiso de tiempo y volumen de ejercicio cinco veces menor“.
La investigación se desarrolló durante tres meses con un grupo de varones jóvenes sedentarios con condiciones de salud similares y capacidades parecidas para regular el azúcar en sangre a través de la insulina.
Según el artículo, se dividieron a los participantes en tres grupos. Uno de control, que mantuvo su rutina sedentaria. Otro, que entrenó ciclismo bajo techo durante tres días a la semana bajo 45 minutos de un ritmo moderado, dos de calentamiento y tres de enfriamiento. Y uno último, que entrenó tres días a la semana, con “un entrenamiento interválico de 20 segundos de trabajo de alta intensidad y dos minutos de descanso activo (más uno de vuelta a la calma) por un total de 10 minutos”.
Terminado el estudio, los dos grupos que tuvieron actividad física obtuvieron las mismas ganancias en cuanto a resistencia aeróbica y sensibilidad a la insulina. Asimismo, los cambios en cuanto a peso y masa muscular fueron similares en ambos.
“En resumen, informamos que un protocolo que involucra 3 días de ejercicio intermitente intenso por semana, dentro de un compromiso de tiempo total de 30 minutos, es tan efectivo como 150 minutos por semana de entrenamiento continuo de intensidad moderada para aumentar la sensibilidad a la insulina, la aptitud cardiorrespiratoria y contenido mitocondrial del músculo esquelético en hombres previamente inactivos”, concluye el estudio.
“Este tipo de ejercicio requiere un nivel muy alto de motivación y claramente no es adecuado para todos”, se lee al final del documento.
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