Cambio Radical ha sido tal vez el único partido político que, por el momento, se le ha parado en la raya al nuevo gobierno y ya manifestó públicamente que no acompañará la reforma tributaria que el Congreso tramitará en los próximos meses.
El senador de esta colectividad Carlos Abraham Jiménez, quien hace parte de la comisiones económicas del Congreso, le explicó a EL TIEMPO las razones para que esta fuerza política no apoye el proyecto de ley.
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¿Por qué Cambio Radical no acompañará la reforma tributaria?
A nosotros nos invitaron a un diálogo nacional y para dialogar lo primero que tiene que pasar es que a uno lo escuchen. Hemos venido proponiéndole a este gobierno que nos escuche nuestras propuestas, pero ninguna ha sido tenida en cuenta. La visión de país que tenemos es que hay que definir si es el Estado el que contrata a todo el mundo o si es la empresa privada la que tiene la capacidad de contratar.
¿Qué le preocupa al partido del proyecto de ley?
Nos preocupa que la reforma tributaria pone más carga en las empresas. El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ha venido diciendo que les va a quitar carga a las empresas para trasladarla a personas naturales y no es así. Aquí siguen cargando más a las empresas y esto, en el mediano o largo plazo, va a ocasionar que las empresas se van a ir del país. Ya hemos visto ejemplos de empresas muy reconocidas que han preferido sacar su producción de Colombia e irse a producir a Perú, México, Costa Rica o los Estados Unidos y desde allá seguir vendiéndonos a los colombianos.
Esto, para usted, ¿qué efecto tiene?
Que si no se produce en Colombia, no hay puestos de trabajo y esto ocasiona que haya mayor desempleo y esto puede afectar la economía. Esto nos parece supremamente delicado.
¿Qué otra cosa le preocupa a Cambio Radical de esta reforma tributaria?
Hay un adagio popular que dice que de buenas intenciones está construido el camino al infierno. Hoy los colombianos tienen un problema de inflación. Hoy el salario no le está alcanzando a la gente para comer y todos estos pequeños impuestos, que pueden tener un buen propósito, van a ir generando inflación. Nos preocupa que en este momento, que la inflación está disparada y no se ha podido frenar, meter estas nuevas cargas va a hacer que los productos de la canasta básica se disparen aún más y sea más difícil para la gente seguir comprando sus alimentos. En este momento que tenemos la inflación disparada no podemos darnos el lujo de ponerles más carga a los productos de la canasta básica y que se disparen aún más.
¿Qué efecto creen que puede haber con esta reforma tributaria en temas como, por ejemplo, la informalidad?
Esta reforma tributaria invita a la informalidad. El impuesto a las ganancias ocasionales del 30 y del 33 por ciento ya lo tuvo Colombia anteriormente y se bajó porque las ventas de las casas se hacían por fuera y subfacturadas. La gente prefería hacer el negocio dentro de la informalidad. Cuando se bajó ese impuesto de ganancias ocasionales del 30 al 10 por ciento el mercado se legalizó, hubo más ventas sobre el precio real y eso produjo más impuestos, que es lo que quieren producir.
El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ha venido diciendo que le va a quitar carga a las empresas para trasladarla a personas naturales y no es así.
¿Entonces, para ustedes, este no sería un buen camino?
Hoy, al tratar de aumentar la ganancia ocasional, le estamos diciendo a la gente que siga en la informalidad, que es más barato y no estamos haciendo atractivo que la gente trabaje legalmente. Eso mismo está pasando con el café, que se está viendo afectado con esta reforma tributaria.
¿Por qué?
Al reducirle la exención a la mano de obra resulta mucho más costoso para los cafeteros contratar trabajadores y más complicado tener quién les ayude a los cultivos de café. Uno ve que este gobierno no está conectado con la realidad de la calle y que tiene una visión más dogmática que práctica y estas cosas pueden hacer que la economía del país en los próximos seis meses o en el próximo año siga en esa escalada inflacionaria que nos puede afectar a todos los colombianos y por eso no la acompañamos.
Germán Vargas, jefe natural de Cambio Radical, ha dicho que los impuestos a los socios de las empresas se incrementarían a cinco y serían de más del 60 por ciento de sus utilidades. ¿Cómo ve usted este tema?
Por eso es que nosotros estamos haciendo este llamado. El capital no pelea con nadie, simplemente se va. El capital no va a salir a marchar, a protestar, lo que está haciendo es recogiendo lo que le queda y colocándolo en otros países. Eso afecta la productividad nacional, hay menos consumo, menos productos y menor generación de empleo. A veces, cuando países como Argentina o Venezuela, que hemos visto que se han ‘totiado’ en los últimos años en el vecindario, se les ha aumentado el desempleo, la gente no sabe por qué y es por esta clase de impuestos, que hacen que para la gente no sea atractivo seguir gastándose la plata en este país, sino en otro. Esto afecta a todos los nacionales, porque la plata se nos está drenando y vamos a tener una dificultad enorme para poder bajar las cifras de desempleo en Colombia.
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¿En el Congreso hay los votos para frenar este tipo de afectaciones que ve Cambio Radical con la reforma tributaria?
No, yo creo que no. Hoy vemos cómo hay partidos que son felices con cada gobierno acompañándolo. Nosotros tenemos una responsabilidad con el país. Yo tengo unos niños de 7 y 8 años y quiero que ellos tengan un país que disfrutar y con esta reforma tributaria van a deteriorar la economía. Va a ser muy difícil para ellos tener un país estable. Lo hemos visto en otras latitudes y por eso es que tomamos la decisión más difícil, pero la responsable,
Esto confirma que Cambio Radical se va a declarar independiente del Gobierno…
Eso ya está definido. Nosotros no haremos parte de la coalición de Gobierno. Lo anunció Germán Vargas. Hay cosas que no nos gustan, especialmente todo este tema de tributación. Nos parece que es hundir la economía y esta hay que cuidarla. No podemos decir que todo está funcionando bien. Hay oligopolios que nos afectan y nos ponen unos precios por encima de lo que debería pagarse normalmente en un mercado competitivo, pero esta reforma no está apuntando hacia allá y por eso es que no la acompañamos.
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