Argentina: quién es Sergio Massa, el ministro que asume la economía – Latinoamérica – Internacional

Con la urgencia de encontrar una salida a la aguda crisis económica, marcada por la inflación en los precios de los productos, el Gobierno argentino nombró al reconocido político Sergio Massa nuevo ministro de Economía (el tercer titular de esta cartera en un mes) tras la aparatosa salida de Silvina Batakis, quien duró tan solo 24 días al frente.

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En medio de una resquebrajada coalición de gobierno entre las fuerzas del presidente Alberto Fernández y las de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, Massa se convirtió en el punto intermedio para, entre otras cosas, cumplir el acuerdo del país con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y reducir la alta inflación que, se prevé, para julio y agosto estará en los niveles más altos desde que Fernández asumió la presidencia a fines de 2019, dado que los precios aumentaron significativamente por cuenta de la agitación política.

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“Se puede esperar que los resultados mensuales de inflación superen el máximo anterior del 6,7 por ciento que la administración de Fernández alcanzó en marzo”, dijo un funcionario del Ministerio de Economía, quien solicitó no ser identificado debido a que las proyecciones gubernamentales no han sido publicadas.

La vicepresidente de Argentina, Cristina Fernández, durante la discusión sobre el acuerdo logrado con el FMI hoy, en la sede del Senado, en Buenos Aires (Argentina)

Cristina Fernández, vicepresidenta de Argentina.

Foto:

EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

Economistas de JPMorgan Chase & Co. esperan un alza mensual del 7,3 % en los datos de inflación de julio, que se publicarán hoy.

Y es que el reto de Massa, quien aspira a que su gestión sea la punta de lanza para una sólida candidatura presidencial el próximo año, no es sencillo. Argentina enfrenta una de las tasas de inflación más altas del mundo, con un acumulado de 36,2 % para el primer semestre de este año, cuando la pobreza alcanza al 37 % de la población.

A sus 50 años, este abogado, que hasta ahora fungía como el jefe de la Cámara de Diputados, asumió el cargo de ‘superministro’, dado que con su nombramiento se fusionaron las carteras de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura.

“Tenemos que enfrentarnos a la inflación con determinación porque es la principal fábrica de pobreza a la que se enfrenta cualquier país”, señaló Massa durante su primer discurso, al subrayar que el “orden fiscal” es la solución esencial para controlar el gasto público y aumentar la confianza.

Cumplir con lo planteado por el exministro Martín Guzmán –autor de la refinanciación por 44.000 millones de dólares que Argentina mantiene con el FMI– de bajar el déficit fiscal hasta un 2,5 por ciento este año será su otra gran meta.

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Argentina

El presidente de Argentina, Alberto Fernández (izq.), felicita a Sergio Massa luego de la toma de juramento como nuevo ministro de Economía.

Para Guillermo Oglietti, subdirector del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), este es un objetivo realizable, dado que el exministro Guzmán dejó la hoja de ruta clara para bajar el déficit fiscal.

“Martín Guzmán hizo una política bastante restrictiva para cumplir con las metas del Fondo, así que no creo que a Massa le cueste. Aun así, sí va a implementar nuevas medidas como el control de los subsidios a partir de cierto volumen”, le explica Oglietti a EL TIEMPO.

El experto se refiere a que ahora los subsidios del agua, la luz y el gas tendrán topes por consumo en Argentina. En el caso de la energía eléctrica, por ejemplo, el Estado solo subsidiará hasta 400 kilovatios, mientras que para el gas el tope dependerá de la región y del costo de distribución.

El plan de Massa también se centra en impulsar las exportaciones y aumentar las decrecientes reservas del Banco Central, por lo que se comprometió a dejar de imprimir dinero.

Aislado de los mercados internacionales de capital, el gobierno de Fernández recurrió a la impresión de dinero para cubrir su déficit fiscal crónico, cuestión que el nuevo ministro buscará subsanar con préstamos privados.

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Massa adelantó que el país esta considerando cuatro ofertas de préstamo de tres bancos internacionales y un fondo soberano; y que lanzará un canje voluntario de deuda local en pesos por bonos que vencen en los próximos 90 días.

Alberto Fernández Argentina

El presidente Alberto Fernández junto con su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Foto:

MAXIMILIANO LUNA / AFP

“No es una medida suficiente para frenar la inflación. Pero, teniendo en cuenta las altas expectativas, es una forma de cortarla”, afirma Oglietti.

Y es que, antes de su designación, consultoras como EconViews y Alberdi Partners pronosticaron una inflación de hasta 90 por ciento para fin de año, mientras que la consultora Fiel indicó que los precios al consumidor podrían llegar hasta un 92 por ciento en diciembre.

En ese sentido, Massa, que desde ya pidió quitarse de encima el título de ‘superministro’ -“Leí que soy salvador, bala de plata o superministro. No soy un mago o un salvador, vine a trabajar- tiene a su favor la proyección de crecimiento económico positivo. El FMI estima 4 % para 2022 y 3 % para el año siguiente. El Banco Mundial lo sitúa en 3,6 % y 2,5 %, respectivamente.

No obstante, para el analista político Santiago Rodríguez Rey habrá que ver si ese crecimiento ya “tocó techo”. “El año pasado tuvimos un crecimiento económico muy importante, Argentina fue de los países que rebotaron más fuerte respecto al 2020 en América. Eso generó un efecto de arrastre al año que le sigue. Hasta el mes pasado ese arrastre podía verse consolidado, pero se comenzó a ver cierto freno”, dijo en declaraciones al diario El Comercio.

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Desde la visión de Abel Gilbert, especialista en América Latina, por ahora, los mercados se han mostrado piadosos con un ministro que, en rigor, viene a hacer casi lo mismo que sus antecesores, pero cuya diferencia es que será aún más austero, a pesar de su promesa de no devaluar la moneda.

“Si evita el vaticinado desplome anunciado por los gurús financieros y la oposición de derechas, estará en mejores condiciones de alcanzar su sueño más preciado: ser un candidato competitivo en las presidenciales de 2023”, dice Gilbert.

Sergio Massa

Sergio Massa, nuevo ministro de Economía de Argentina.

Aires presidenciables

Se estima que los argentinos sacaron mil millones de dólares de cuentas bancarias en el último mes, por lo que muchos inversionistas esperan que Massa cambie la política monetaria en una dirección más ortodoxa después de que el uso de controles de precios y otras medidas antiempresariales por parte de la administración Fernández en los últimos dos años y medio no lograron frenar la inflación o estabilizar la economía.

Y si bien los bonos subieron y la moneda se fortaleció en los mercados paralelos después de que Massa fuera nombrado ministro, su capacidad para reducir el déficit puede verse afectada por las elecciones presidenciales del 2023, que lo presionarán para aumentar el gasto.

Para lograrlo, Massa deberá sortear un camino de espinas más allá de lo económico, pues si bien la vicepresidenta Fernández de Kirchner avaló su llegada e incluso durante su primer gobierno (2007-2011) lo tuvo como jefe de ministros, terminaron enfrentados luego de que numerosos cables de WikiLeaks, destacados por el periodista Santiago O’Donnell en su libro ArgenLeaks, revelaron que Massa le expresó a la diplomacia estadounidense su aversión por los Kirchner.

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Sergio Massa quiere ser presidente
desde hace 15 años.
Es una figura joven, ambiciosa y estratégica. Él ve esta oportunidad de ser ministro de Economía como su momento

Pero, conscientes de la necesidad mutua, se volvieron a unir como ya lo hicieron en 2019 para derrotar en las urnas a Mauricio Macri. Eso sí, el actual panorama parece mucho más incierto, puesto que una de las grandes ausentes a la ceremonia de juramentación como ministro fue Cristina, la misma a la que se le achaca haber motivado la renuncia de Guzmán, en parte por la falta del apoyo político que tiene el ala oficialista dentro de la coalición que gobierna Argentina.

“Ese es el gran interrogante: ¿en qué medida Cristina Kirchner está dispuesta a corregir los desequilibrios en la economía, que impiden un funcionamiento normal?”, sopesa Lucas Romero, director de Synopsis Consultores. “¿Va a apoyar estas políticas, aun si ello afectará su futuro electoral?”, continúa el analista al asegurar que nadie más que ella tiene la respuesta.

En contraste, Facundo Malvicino, economista del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (Ocepp), opina: “Ahora resulta difícil que se dé un enfrentamiento de las mismas características que hubo en su momento (con Guzmán), porque al Gobierno ya no le queda margen de error”.

Muestra de ello fue la foto que se hizo viral en redes en la que se les ve –a Massa y a Kirchner– conversando en el despacho vicepresidencial, gesto político que fue interpretado como una muestra de respaldo, pero con distancia (dada la larga mesa que los separaba).

Para Malvicino, debido a su amplia trayectoria política, el nuevo ministro “asume con bastante control y gerencia sobre varias palancas del Estado”, lo que podría traducirse en lo que se divisa como su gran objetivo: una nueva candidatura presidencial, luego de que lo fue en 2015, aunque entonces no le alcanzó para la segunda vuelta.

No obstante, para Juan Negri, profesor de la Universidad Torcuato di Tella, los ires y venires de Massa con el kirchnerismo le pueden pasar factura.

“Desde que en 2013 rompió con el kirchnerismo, Massa se convirtió en una figura central del peronismo opositor a Néstor y Cristina (Kirchner). Sin embargo, su cambio de discurso y pasar de crítico acérrimo a ser parte del Gobierno le puede costar mucho en términos electorales”, destaca.

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De ahí que, para Malvicino, sus chances presidenciales dependerán en gran medida de si logra estabilizar la macroeconomía –como lo hizo en Brasil Fernando Henrique Cardoso, cuando en 1994 logró bajar la inflación del 1.100 al uno por ciento en un año– y alejar los riesgos de una devaluación descontrolada. “Son desafíos importantes, que si Massa logra resolver con relativo éxito, le darían las condiciones para aspirar a la presidencia”, apunta el analista.

DIEGO STACEY SALAZAR
REDACCIÓN INTERNACIONAL
EL TIEMPO

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