Avianca: por que su presidente sale en defensa de su competencia Viva – Empresas – Economía

Ustedes se preguntarán qué hace un chileno, presidente de Avianca, escribiendo una columna para hablar de su competencia. Sencillo: más allá de dónde soy o qué hago, creo que, en este país, en una época surreal de postpandemia, pero también de renovación, funciona la gente que logra decirse las verdades de frente y con respeto. Verdades que cuando responden a un propósito merecen ser oídas. Hoy les voy a hablar de Viva.

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Adrian Neuhause, Presidente y CEO de Avianca.

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El Tiempo / cortesía

Con voluntad de escuchar quiero entablar un diálogo que deje de lado las rabias y busque soluciones conjuntas; que aparte el imaginario de lo que “podría ser” y se enfoque en lo que hay.

Hablemos de la importancia de que Viva sobreviva y de que la alternativa más viable para que eso ocurra es ser “hermana independiente” de Avianca como parte de un mismo grupo. Esto era inimaginable hace años… hoy es necesario.

Nosotros, estamos más que dispuestos a revisar y resolver las válidas preocupaciones de la opinión pública por evitar mayor concentración, revisando los slots; comprometiéndonos a mantener la marca, el modelo de negocio y la conectividad única que entrega Viva. Estamos listos para ser aliados del fortalecimiento de Satena aportándole tráfico internacional para que de verdad las regiones apartadas estén conectadas.

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Y para conseguir todo lo anterior es fundamental que Viva exista.
Como los pioneros de un modelo diferente se propusieron no parecerse a ningún otro y darle a todo el que quisiera, la posibilidad de volar. Tanto así que cerca del 20 % de los viajeros en Colombia hoy vuelan con Viva. Pasaron diez años para que su modelo, ya más que probado en otras geografías hace décadas, fuera preferido en Colombia. Incluso a nosotros, como Avianca, nos tomó tiempo cambiar el foco y acomodarnos, no solo a la industria, sino también al cliente de hoy. Entender que viajar es una necesidad, que no es para unos pocos, sino para todos.

Hoy Viva tiene más de 40 rutas, conecta al país, genera más de 1.000 empleos directos y varios miles más indirectos; pero sobre todo llegó a tener millones de clientes viajando en avión por primera vez

Pero la verdad es que esa compañía, que democratizó el servicio aéreo, no ha sido del todo exitosa – cifras disponibles en la Aerocivil-, incluso a pesar de ser uno de los operadores más costo-eficientes de la región. Y hoy la está pasando mal. Primero, la pandemia, ahora el alza de precios del petróleo que representa un incremento del 45 % en el combustible de avión, sumado a la alta inflación y la devaluación de varias monedas. Esas condiciones afectan a todas las aerolíneas, y de paso a ustedes que ven como se encarece el costo de vida, pero impacta aún más a operadores aéreos, que como Viva, venden en pesos, tienen sus costos en dólares, y dependen de sus tarifas bajas para generar una ventaja competitiva.

La crisis de Viva, en palabras de los arrendadores de aviones, no mías, es inminente. Pero, ¿entonces, por qué la conversación no ha sido sobre ellos?; ¿por qué no hablamos de la necesidad de que esa compañía permanezca en el mercado?; ¿de cómo hacemos todos para que Viva permanezca?; ¿de cómo salvamos más de 5.000 empleos, más de nueve rutas exclusivas, la conectividad de Medellín?; ¿por qué asumimos que vamos a sustituir a Viva rápidamente con algo mejor, siendo que a todas luces es un operador con niveles de eficiencia de clase mundial? Simple. Porque es más sencillo que la discusión sea sobre Avianca que a favor de Viva.

Conversación centrada en nosotros: por la historia de una marca que generaba división social, con precios inaccesibles, por la memoria de una huelga, cuando hoy tenemos relaciones laborales constructivas. Pero también sobre nosotros porque ya no somos los mismos, porque la nostalgia de la Avianca que fue persiste. Una Avianca que estaba condenada a desaparecer a menos que nos ajustáramos a lo que los viajeros están dispuestos a pagar; los mismos viajeros que le dieron a Viva su 20 % de participación de mercado, validando su modelo.

De ninguna manera desconozco que a muchos los cambios en Avianca no les han caído bien, a pesar de que funcionan. Hay mucho que destacar y se los escribo porque detrás de esta marca hay 12.000 empleados, un equipo que lo deja todo en la cancha cada día por ustedes: hoy somos la cuarta aerolínea más puntual del mundo, ofrecemos más de 125 rutas, 91 de ellas en Colombia, tomamos la decisión de seguir apostándole a este mercado, con fondos 100 % de privados, cuando otros han preferido irse, y sobre todo, ahora a nuestros aviones se montan cada vez más colombianos. No solo aquellos en traje y corbata. A la Avianca de hoy no le interesa tener la mayor participación del mercado, nos interesa conectar a Colombia, tener mejores tarifas para todos y alinearnos con la política de gobierno de turismo sostenible.

No, no somos ‘de lujo’. Pero somos un lujo para el país. Si esta industria crece, logramos ayudar a balancear el foco productivo de Colombia, nivelarlo hacia el turismo. Nuestro éxito es también el éxito de este país, el de los colombianos. 

Entonces, lo que les pido hoy en esta columna es que no busquen hacerle daño a Viva, por concentrar su atención en Avianca. A que miren la discusión, como dicen los académicos últimamente, “desde el balcón” y que no dejen que les nuble el juicio las diferencias que puedan tener con nosotros, con este equipo que está convencido de que tenemos que cambiar. Los invito a que piensen más en Viva que en Avianca, a que le den el trato justo que merece una empresa que cambió el panorama del transporte aéreo en Colombia.

Como bien ha dicho el Presidente Gustavo Petro, el diálogo es la herramienta para todo y nosotros creemos que también es el camino para cuidar un actor como Viva, para tener un mercado aéreo fuerte, que ponga al consumidor en la discusión y en el que predomine la necesidad de conectar un país que se mueve por los aires.
Acá estamos. Acá seguimos. Hablemos.

ADRIAN NEUHAUSE
Presidente y CEO de Avianca.


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